Debacle malagueña. Es el resumen perfecto del encuentro, un esperpento de 40 minutos y un suplicio para la afición del equipo costasoleño. El Darussafaka se limitó a minimizar errores y aprovechar la bajada de brazos del equipo de Joan Plaza, que se vio sobrepasado durante gran parte del encuentro. Ni los escoltas (2 puntos y -4 de valoración entre ambos) ni los bases, ni el juego interior, dieron la cara, cayendo por 78 a 55 ante Darussafaka. Harangody, con 21 puntos y 8 rebotes, fue el mejor del encuentro, bien secundado por Erden y un Yagmur que comenzó muy acertado. Por parte de Unicaja, Kuzminskas dio alguna muestra de su potencial, acabando con 12 puntos, y sólo merece la pena destacar la mejora de Vázquez, con otros 12 tantos.
Era un encuentro clave para medir la mejoría de Unicaja tras el parón copero. Kuzminskas era el encargado de abrir el marcador en el regreso de Unicaja a la Euroliga y la buena defensa malagueña dejaba a los turcos sin anotar durante dos minutos. Sería el lituano el sustento ofensivo de Unicaja en los primeros minutos, y Yagmur anotaría los siete primeros puntos de Darussafaka, para darle la primera ventaja a los de Mahmuti.
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Unicaja se rehacía gracias a un triple y falta que obtendría el propio Kuzminskas y Unicaja abría una pequeña brecha que no tardaría en remontar el Darussafaka, gracias al excepcional partido de Yagmur, que no sólo anotaba, si no que nutría de balones a sus interiores. Unicaja se desmoronaba en ataque y se marchaba por debajo al final del segundo cuarto, 19-16, tras un tiro libre anotado de Richard Hendrix.
El inicio del segundo período no mejoraría la imagen de Unicaja. Errores en ataque, con varias pérdidas y con Carlos Suárez cometiendo fallos constantes. Slaughter hacía daño en la zona y el Darussafaka mantenía su ventaja en el marcador gracias al desacierto malagueño. DeMarcus Nelson sería el encargado de anotar la primera canasta malagueña, y pronto entraría en bonus el equipo turco, lo que aprovecharía Unicaja para acercarse en el marcador, 22-20, lo que obligaba a Mahmuti a parar el encuentro con un tiempo muerto.
Plaza proponía una presión a todo campo con traps para frenar al jugador que subía el balón, y el aumento de la agresividad defensiva de Unicaja, con Nelson destacado en esas labores, compensaba el mal día en el tiro exterior, donde Unicaja ya llevaba un 1/9 desde el perímetro. El parcial mediado el segundo cuarto era de 5 a 4 para Darussafaka y la tónica habitual eran los errores en el pase y los fallos en el tiro, que permitían a los turcos controlar el marcador sin demasiado esfuerzo.
El despropósito malagueño se personificaba en Jackson, que encadenaba errores en todos los aspectos. En la jugada de fondo de Darussafaka, su par siempre salía liberado para anotar, y en ataque se dedicaba a cometer errores o consumir posesión sin generar. Ante ese panorama, y con el tiro libre como única forma de sumar puntos, Unicaja necesitaba un ataque coherente. Y fue Alberto Díaz quien lo dio, con una buena jugada de pick'n'roll con Fran Vázquez, que machacaba el aro sin contemplación.
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Y era el propio Fran Vázquez el único que quería anotar y tirar del carro, ante la falta de acierto generalizado. Darussafaka se dedicaba a sumar poco a poco, y lograba poner la máxima, de +7, a falta de un minuto para el descanso. Y, en ese último minuto, poco más mejoraría. Los tiros cómodos que se obtenían tenían como resultado el hierro, como el que lanzó Will Thomas para recortar a cinco puntos la diferencia. En cambio, Darussafaka si lograba encestar y Wilbekin cerraría el cuarto rozando los diez puntos, 37 a 28, cuando se llegaba al descanso.
Vázquez alcanzaría la decena de puntos nada más iniciar el tercer cuarto, con un alley-oop tras el bloque y continuación que realizó con Nelson, pero el tiro exterior seguía siendo una lacra para el juego malagueño, a lo que se sumaba un Erden que comenzaba a hacer daño en la pintura. Nelson era la réplica malagueña, muy activo durante todo el partido, y Unicaja se mantenía en el partido gracias al base americano.
Aún así, su esfuerzo resultó estéril, pues sus compañeros no mejoraban prestaciones para remontar el encuentro y Darussafaka volvía a tomar una cómoda ventaja, con dos triples consecutivos que ponía el 49 a 38 en el marcador en el ecuador del tercer cuarto. Erden volvía a ser ese jugador imparable en el poste como fue en los tres partidos anteriores y complicaba más el encuentro para los malagueños. Mahmuti cerraba su defensa y Kuzminskas aprovechaba para anotar el segundo triple de los malagueños, reduciendo la ventaja a los ocho puntos.
Mas el esfuerzo de Unicaja quedaría enterrado por Edwin Jackson, que volvía a pista para cometer dos errores seguidos: el primero, un triple forzado sin mucho sentido y el segundo, en la misma defensa que provocó su error, donde metía la mano ante una bandeja fácil de su rival, regalándole el tiro libre adicional. Unicaja estaba totalmente fuera del encuentro, sin ideas y cometiendo errores infantiles, lo que aprovechaba Darussafaka para volver a colocarse con una nueva máxima, esta vez de 12 puntos, tras triple de Wilbekin.
Plaza optaba por una defensa en zona que retrataba aún más a su equipo. Un desastre constante, errores en todos los aspectos del juego y falta de acierto tanto en el tiro libre como en los pocos tiros librados que se tenían hacían aumentar la ventaja de Darussafaka, que se crecía cada vez más y llegaba al último cuarto con 59 a 45 a su favor.
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Dani Díez era el único activo en el inicio del último cuarto, avispado en defensa, lo que le permitió recuperar balones y que Unicaja recortara cuatro puntos. Plaza insistía con la defensa en zona y en esta ocasión daba sus frutos pero la falta de acierto de Edwin Jackson volvía a ser una losa para Unicaja. Los escoltas malagueños, Nedovic y Jackson, no aportaban nada, sumando 2 puntos entre ambos mediado el último cuarto y -1 de valoración. Para rematar, Hendrix protagonizaba una espectacular caída al intentar frenar a Slaughter que acababa de forma dantesca: dos más uno para el pívot de Darussafaka y Hendrix sentándose por el duro golpe.
A falta de cinco minutos, Harangody asestaba el golpe definitivo a Unicaja con un triple, que colocaba el 64 a 49 en el marcador. Unicaja se limitaba a verlas venir, a recibir canastas, a no hacer nada por mejorar su situación. La desgana y la falta de actitud dejaban al equipo de Plaza como una caricatura de lo que fue. Una broma macabra para sus aficionados, un insulto para el que disfruta del baloncesto.
Sin más que hacer, la ventaja de Darussafaka crecía poco a poco. Los turcos tiraban librados, Unicaja no anotaba y el partido estaba más que acabado. De hecho, no quedaba ni la opción de mantener el basket average, que pertenecía a Unicaja al vencer por ocho puntos en Málaga y que quedaba en algo imposible. La imagen de Unicaja en Turquía era realmente preocupante y el partido finalizó con 78 a 55 en el marcador, la quinta derrota seguida de los malagueños en Euroliga. Una situación insostenible e irreversible, vista la mejoría tras el parón de la Copa. Harangody fue el más destacado, con 21 puntos y 8 rebotes para 26 de valoración, mientras que por Unicaja la única nota positiva se le puede dar a un Fran Vázquez que parece haber mejorado su rendimiento, al lograr 12 puntos.