La eterna y clásica final Panathinaikos-Olympiacos en la liga griega ha llegado a su fin. Panathinaikos superó un matchball en el cuarto partido, logrando la victoria en la pista de su eterno rival (65-67) en un choque que tuvo que ser interrumpido hasta en tres ocasiones por el lanzamiento de petardos a la pista y que tuvo como postre disturbios en los aledaños del Palacio de la Paz y la Amistad. La guinda la pondrían los inefables hermanos Aggelopoulos, propietarios de Olympiacos, con unas explosivas declaraciones acusando al Presidente de la Federación Griega y al Jefe del estamento arbitral de beneficiar al Panathinaikos, lo que les haría ser merecedores de una fuerte sanción económica.

Bajo estas circunstancias, Panathinaikos pudo volver a su OAKA para dar la puntilla a Olympiacos en el quinto y definitivo encuentro. Los de Alvertis lograrían la victoria por 82-71 para alzar con nada menos que trigésimo cuarto título liguero. En un partido sin prácticamente historia, los verdes llegaron a alcanzar los 22 puntos de renta (60-38) a lo largo del tercer periodo. Los del Pireo reaccionaron y llegaron a situarse a 6 puntos a falta de cinco minutos de juego (74-68). Pero ya era demasiado tarde. 

Con esta triunfo, Dimitris Diamantidis, capitán del conjunto del trébol, suma nada menos que su noveno título liguero en 10 años (2004-14) defendiendo la camiseta de Panathinaikos. Su equipo solo falló en 2012, año en el que el título fue a parar a las vitrinas de su eterno rival, el Olympiacos.

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