En ambos lados. Ha defendido aquí y allí, ha intimidado, ha taponado, ha reboteado, ha asistido y ha anotado. Pese a que acababa de llegar en Barcelona, Dorsey (12p, 8r, 3a, 3r y 3t para 20 de valoración) ha sumado en todas las facetas del juego. Su participación ha sido una de las claves de la victoria blaugrana, dotando al juego interior de los de Pascual de más posibilidades. Su entrada en pista ha coincidido con el mejor momento de los griegos, que dominaban el tempo del partido. A partir de ese momento, entre finales del primer cuarto y consolidándose en el segundo, el Barça ya no ha dado opción.

Empezaba el choque al ritmo de Olympiacos, con ataques lentos y bajo la supervisión de Spanoulis. Junto a su mejor socio, Printezis, los del Pireo conseguían una canasta fácil tras otra (3-10). En el lado local, solo Navarro tenía claras las ideas en ataque, ajustando el duelo tras un triple. Ya en los segundos diez minutos ha sido cuando el FC Barcelona Lassa se ha ido encontrando más cómodo sobre el parqué, básicamente con la entrada del pívot americano. Junto a Dorsey también ha destacado Samuels, sin demasiadas dificultades para anotar cerca del aro.

Tras el paso por vestuarios (45-31) parecía que la única opción de los griegos para intentar llevarse el triunfo pasaba por un inicio a gran intensidad, colapsando a los de Pascual. Pero no sería así. Con un gran acierto en el lanzamiento de 3 puntos y más de una variante defensiva como una presión a toda la cancha más una zona y en ataque con Perperoglou (16p y 6r) jugando de ala-pívot, los locales ampliarían distancias prácticamente insalvables para los de Sfairopoulos (71-47).

Finalmente, la motivación del Barça con un duelo con la victoria ligada era el de conseguir superar el basket average del partido de ida, de +12 para Olympiacos. Misión que también han conseguido los de Pascual, mostrando una cara bien distinta a la ofrecida en el partido de Copa.