España ha dejado casi certificado el billete para la próxima Copa del Mundo tras vencer a Países Bajos por 64-86. Los de Scariolo tuvieron que remontar las primeras embestidas locales, y lo hicieron gracias a Rudy primero y Lorenzo Brown después. En la segunda mitad, Willy y Brizuela aprovecharon los minutos y dejaron sentenciado el encuentro. El acierto desde el triple (14/23) y la intensidad defensiva a partir del segundo cuarto, claves.

Crónica del partido

Países Bajos llegaba al duelo contra España con una racha de 11 derrotas consecutivas y, aunque Scariolo ya había avisado del peligro que suponía enfrentarse a un equipo atlético, la selección española salió algo fría. La energía defensiva y la rapidez en la transición de De Jong y Kloof, el buen hacer de Kok o los triples de Schaftenaar pusieron un preocupante 18-4 en el marcador a favor de los neerlandeses. De hecho, en ese momento los de Scariolo acumulaban más pérdidas (5) que puntos (4). Malos pases, ritmo poco fluido y errores constantes. Los locales se lo creían cada vez más, pero gracias a Rudy, que anotó tres triples seguidos, el combinado nacional le endosó un parcial de 2-11 y se reenganchó al partido. La buena defensa del alero del Real Madrid en el segundo periodo, la diferencia en el rebote y el acierto desde más allá del arco pusieron por delante a los visitantes por primera vez en el encuentro (28-30, min. 17). Ese ánimo de reacción no terminó ahí, pues Juancho Hernangómez y Jaime Fernández metieron sendos triples y España puso tierra de por medio al descanso (32-40).

Tras el paso por vestuarios, Lorenzo Brown asumió la responsabilidad en los primeros ataques, que tuvieron más fluidez y precisión que en los primeros tramos de la contienda. Sin tanta presión y con el marcador favorable, la circulación de balón posibilitó tiros liberados y la diferencia iba a más (36-53, min. 24). El ataque neerlandés había colapsado hace tiempo y solo Jok y De Jong mantenían a flote a su equipo, aunque daba la sensación de que una reacción local era improbable. Y menos con el acierto exterior de España, con Brizuela como autor de dos triples consecutivos antes de finalizar el tercer cuarto -acabó con 13 puntos, máximo anotador del combinado nacional-. Aunque el último acto no tuvo mucha historia y la renta superó los 20 puntos, la tensión y la intensidad no la perdió la selección en ningún momento. Buena prueba de ello fue ver cómo Garuba se lanzaba a por un balón antes de que saliera de banda o saltara a por todas en un rebote ofensivo. Al final, 64-86 y medio billete para el Mundial.