La defensa planteada por el técnico italiano iba a ser terrorífica, todos lo sabían, pero hasta que no han tenido que enfrentarse a ella no han conocido lo que es no poder jugar. Vujcic fuera del partido en la primera parte, y Baston no sujetado, pero sí limitado por las ayudas defensivas de un Savrasenko importantísimo en la primera parte en las que sólo los primeros minutos fueron de color amarillo.
Con el Ministro de Defensa ruso al lado del propietario del club, Messina obsequió a los espectadores con una estrategia consistente en subir las líneas en la zaga, presionando el perímetro donde Solomon no pensaba y Parker no conseguía sentirse cómodo. Varios contraataques fueron fruto de esta idea. Después una zona impidió recibir munición a un Baston que se había convertido en el arma más hiriente de los hebreos.
Llegada la contienda a su ecuador, el CSKA daba la sorpresa, estaban cinco puntos por encima del Bicampeón, un Maccabi de Tel Aviv ahogado en la concienzuda presión rusa, unos movimientos muy estudiados que a duras penas dejaban a los de amarillo sacar de fondo.
Después, un guerrillero como David Vanterpool sustituyó al mando de las operaciones a Papaloukas. El americano se echó al equipo a las espaldas y anotó los 9 primeros puntos de su equipo en la segunda mitad, pero el nivel rojo bajó un punto y Gershon utilizó sus armas menos usuales: Penney y Arnold se unieron a la fiesta para ayudar a conseguir un parcial de 2-13 que igualó un partido en el que el rojo seguía siendo el color dominante.
Pero la Batalla de Praga no estaba destinada a resolverse por la aportación de un solo jugador y pronto Solomon caería en los errores implícitos a sus características como jugador. Una mala lectura del juego la hizo tirar un triple muy largo que erró, y desde ese momento, una nueva ráfaga de morteros accionados por Smodis y Vanterpool hicieron que el CSKA se fuera en el marcador.
A la desesperada, Gershon trató de conseguir una última reacción, y el entrenador del CSKA tuvo que reaccionar in extremis para meter a Holden en la cancha cuando el israelí salió con cuatro pequeños. Solomon y Arnold acercaron al Maccabi a base de triples desesperados, y fue entonces cuando Trajan Langdon tuvo que enfrentarse a los fantasmas del pasado.
El acorazado llamado CSKA de Moscú, un año después de lo previsto, después de tres intentos fallidos y tras un cambio de capitán, ha llegado al puerto que deseaban: el cetro europeo es rojo, y el Army Team es el jefe del viejo continente.
Enhorabuena a los campeones.