
Concedía el colista visita al Palau en la noche de víspera de la víspera de Reyes Magos y no quería desaprovechar el regalo el Barça Lassa de proyecto serio y comprometido con los playoffs de Euroliga. Sexto contra decimosexto en una partida que el técnico local quería resolver rapidito. Y es que como en la noche de Reyes, quería irse pronto a la cama y con los deberes hechos el bueno de Pesic para afrontar el comprometido mes de enero con los regalos de una nueva victoria que les impulse en aquel objetivo. Hoy, el Barça Lassa y su jefe querían acostarse pronto, muy prontito.
Y pronto, muy pronto contrarrestaba el Barça Lassa los dos primeros enchufes desde la línea de tres turca, para que Ante Tomic jugara con sus movimientos de bailarín con la pivotada visitante. Hasta Blazic, encomendado a las tareas de presa de la estrella de turno, anotaba para comenzar a estirar la cosa (15-8 min. 5). Controlaba el partido este Barça Lassa en todas las facetas del juego y seguía descosiéndose todo en modo temprano. Una versión seria para afrontar la seriedad de enfrentarse al colista de la Euroliga. Todos los contactos, los rechaces, los rebotes eran asegurados por los locales, como si los de Darussafaka no esperaran ya nada de los Reyes Magos, esos que vienen de Oriente. No negociaba esfuerzos Pesic, empeñado en cerrar la victoria lo más ligero posible, consciente de la necesidad de repartir esfuerzos ante la cuesta de enero que se viene. Así, picaba los 30 puntos en el primer cuarto para comenzar a marcar distancias (29-16).
Seraphin lucía músculo para seguir subiendo la comodidad, que no la intensidad: 6-0 de parcial y un solo rebote visitante en 12 minutos de juego (35-16). La amenaza de la quiebra temprana se consumaba con los 23 puntos de ventaja que ponía Claver, hiperactivo delante y detrás (41-18 min. 14) que pronto serían 25 y una pérdida turca después, 26.
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— EuroLeague (@EuroLeague) 4 de enero de 2019
El chorreo era mayúsculo, ante la escasa actitud venida desde Estambul. Heurtel ponía un tan bonito 50-25 como su plástica bandeja, mientras este escribidor se preguntaba ya cómo podría completar esta crónica con los veinte minutos restantes. Doblaba al descanso el titular de la cancha al conjunto de jugadores que se pusieron la misma camiseta blanca de Darussafaka en la noche de hoy y cumplía sus objetivos el bueno de Pesic (54-27). Todo finiquitado desde muy prontito.
Buscaba un poquito de dignidad Selcuk Ernak con siete puntos en dos minutos y una zona canchera que no arreglaba sin embargo la sangría del rebote defensivo. Toney Douglas, por nombrar a algún jugador otomano, metía el super yo-yo del narcisismo de las posesiones, pero ni con todo aquello ganaban siquiera el cuarto (64-36 min. 26). Ya sí que la partida se iba directamente al basurero de la intrascendencia de los minutos y el lucimiento de los fundamentos blaugranas. Décimo en su liga y colista en la competición de entre semana, no está Darussafaka para trotes de este nivel y todo el que pierda algún partido contra ellos en la competición continental penará muchas de sus opciones a lo que sea. No es el caso de un Barça Lassa que pensaba ya en la noche mágica de mañana, ganando también el parcial del tercer cuarto para un 73-45 de partido liquidado (si alguna vez comenzó…).
La zona de liga de veteranos que mantenía el técnico turco permitía a Kuric calentar su muñeca y picar los cuarenta puntos de ventaja (84-47 min. 32). Poco o nada quedaba por ver, salvo los minutos de show impulsados por las genialidades de Heurtel o los abusos de Seraphin y saber si llegaría el equipo local a los tres dígitos en su marcador. Finalmente, quedaría la cosa en 97-65 y un trámite cumplimentado como quería el jefe de todo esto; pronto, muy prontito

1 La intensidad no se negocia: noche de previa de noche de Reyes y visita del colista a lo que se espera sea el fortín del Palau en la segunda vuelta continental. Noche de victoria que se presupone fácil ante un rival sin nivel para esta competición. No para Svetislav Pesic. Metido casi hasta media pista en el minuto 31 de partido y con 29 puntos a favor, mostraba el serbio que no van con él las pachangas. Desde el vestuario activaba a sus muchachos para poner la energía y el vigor que siempre se demandan, pero pocas veces se consiguen. Con ello y con la endeblez endémica visitante, por mucho que las ventajas se hicieran escandalosas, la exigencia no disminuía. Y es que con Pesic, ya sabe todo el que salga a la cancha que, la intensidad no se negocia.
2 Derrota por incomparecencia: mejor les hubiera ido a los que vestían esa camiseta blanca con tanto sponsor no haber comparecido y dar por derrotada la partida, antes que forzar a sus aficionados a pasar por tan lamentables calvarios. Con cero actitud en la primera parte, algo más de coraje después y una lamentable zona 2-3 de casi veinte minutos y 30 abajo, poco bueno o regular se puede decir de un equipo que no merece esta competición, ni la competición a él. Quitando quizás al pancista Toney Douglas y sus números particulares, le harían un favor a la Euroliga una constante derrota por incomparecencia.
3 Tiempo de jugones: ante tanta facilidad desde el lado rival, no cabía otra que divertirse y sacar a relucir fundamentos de jugador, sonrisas de jugón y momentos de diversión para que la afición que vino hoy al Palau se divirtiera tanto como lo hacía su equipo allá abajo sobre la cancha. Todo ello encabezado por el más jugón de todos, un Heurtel que anotaba y repartía, lo mismo que Seraphin abusaba, Singleton ni sudaba o Kuric apenas calentaba. Hoy, en la noche de antes de la noche de Reyes, todo era tiempo de jugones en el Palau.
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