Tras poner el conjunto ruso un 2-0 en el Sports Arena Center de Moscú ante un combativo Baskonia (98-90 el primer encuentro, y 84-82 en el segundo), la serie se colocaba muy cuesta arriba para los chicos de Sito Alonso. No obstante, esto es deporte y todo podía pasar. Los terceros partidos siempre se le han dado bien al conjunto vitoriano en su cancha (recordemos los cuartos jugados en 2010 y 2013), aunque el global de las series indica que los moscovitas llegarían a la Final Four. A pesar de todo, no había dudas de que sería un gran partido.

Con todo esto, el Buesa Arena, cuyo ambiente era tremendo y animaba desde el segundo 1, veía como la primera bola era para el CSKA, que anotaba sus primeros puntos a través de dos tiros libres de Kurbanov. Los tiros libres, precisamente, fueron uno de los males para los alaveses, que veían cómo su contador de faltas ascendía a cinco antes de sobrepasar el ecuador del cuarto (con Larkin cometiendo dos personales). Esto y el trabajo de Hines bajo los tableros permitía adquirir la primera -pero mínima- ventaja a los visitantes: 9-12, lo que forzó un tiempo muerto del técnico madrileño.
Tras esto, y con un Chase Budinger voluntarioso, los baskonistas fueron capaces de hacerse con el mando en el luminoso (15-14), merced a una ligera mejora defensiva y a la circulación en ataque, que empezó a destacar más. Con bonitos contraataques en los que lucían los robos de Beaubois y Hanga, las sensaciones cambiaban de bando: 20-18, tras triple de Laprovittola. En general, el juego era bastante coral por parte de ambos conjuntos, pero Baskonia finalizaba el período con mejores sensaciones y luchando mucho: 24-22, tras un canastón final de Higgins.

El segundo cuarto daba comienzo con un par de errores, que llevaban a un triple al contraataque de Blazic. Esto sumado a un robo y mate preciosos de Hanga, dejaba un 29-22 que ponía las cosas complicadas a los moscovitas. Por no hablar de la falta antideportiva de Vorontsevich sobre Blazic (que, probablemente, no fue). Pero Itoudis encontró un gran socio en Cory Higgins tras el tiempo muerto. El estadounidense anotó los siete puntos siguientes de su equipo, comenzando con un mate brutal a una mano y finalizando con un triple. CSKA volvía al partido, sobre todo, a través del bloqueo y continuación y las jugadas de calidad en el 1×1.
De este modo, pasábamos a un 30-31, gracias a robo y canasta de Jackson; y devuelto el parcial para igualar la contienda. Sin embargo, vivíamos momentos aún más tensos, si cabe, tras una mini tangana entre Jackson y Hanga (ya había habido otra antes, en este mismo cuarto). Pero la cosa transcurrió con normalidad, con un intercambio de canastas que favorecía, levemente, a CSKA, que tenía siempre una ventaja de 2-3 puntos. Ambos equipos jugaban con algo de ansiedad: sobre todo los locales, que, aunque derrochaban intensidad, cometían muchos errores, producto de la falta de calma. Aunque, al final, y con un imperial Budinger ejerciendo de contrapeso de Higgins (15 puntos, 6 rebotes y 18 de valoración al descanso el baskonista, por los 13 puntos del moscovita), los vitorianos lograban hacerse de nuevo con el control antes del descanso: 44-43, gracias a un triple de Hanga.
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Tras el pase por los vestuarios, CSKA comenzaba empujando con más fuerza, y rápidamente anotaba dos lanzamientos, que les colocaban en un 44-47. Larkin, out casi toda la primera parte, anotaba sus dos primeros puntos, pero veía cómo su equipo volvía a la dinámica del anterior cuarto, en la que los visitantes tenían un leve control del partido. Durante estos diez minutos hubo una concatenación de enormes jugadas y marcadores empatados, que se alternaban con errores extraños y diferencias de 2-3 puntos de CSKA. Así, en el ecuador el marcador señalaba un 52-53.
En los cinco minutos siguientes la tónica fue similar, con la excepción de que Shengelia salía al rescate baskonista. El georgiano anotó 17 puntos en este cuarto (acabando el mismo con 19). Con Tillie negado en el día de hoy, «Toko» se hizo con los mandos interiores de su equipo (que también sufrió el problema de las faltas, acabando Diop eliminado). Pero, a pesar de ello, la sensación era que faltaban elementos para superar al rival. CSKA anotó 29 puntos en el tercer cuarto, con Higgins primero (terminaría como máximo anotador del encuentro, con 21), y Teodosic después, sumando en cada jugada. La defensa de ninguna plantilla era buena, aunque los rusos siempre lo hacían un poco mejor. El resultado antes del último período: 70-72.

El cuarto definitivo, que marcaría si CSKA pasaría o no a la Final Four en esta jornada, daba inicio con Blazic empatando y Teodosic perdiendo la bola. Una pequeña esperanza para los vascos de alargar la serie. Sin embargo, De Colo empezaba a amasar la bola, y anotando de vez en cuando, hacía lo suficiente como para aumentar la diferencia. De hecho, aunque el partido aumentó enormemente su dureza, Baskonia tuvo momentos en los que no era capaz de igualar el luminoso. 72-79 con 4:33 para terminar. Mención destacada a un mate inhumano de Hanga ante dos defensores.
Y la diferencia se disparó hasta una máxima de 10 puntos, con tan solo tres minutos por jugarse (74-84). Pero, a partir de este momento, y tras una técnica a Jackson, Baskonia dio su último aliento para intentar ganar o forzar una prórroga. Larkin, que había esperado pacientemente su momento, tiró de su brillantez individual para ello: primero, con un dos más uno; y después, con tres triples, los cuales llevaron al 87-90 que hacía creer al Buesa Arena. Más tarde, sacaría una falta para poner un 88-90. Entre él y Blazic (quien merece mucho reconocimiento por su profesionalidad y gran esfuerzo) forzaron una pueril pérdida de De Colo y Teodosic, dando una opción muy clara de victoria. Pero, en el último lanzamiento de tres de Larkin, los árbitros se tragaron el pito en la clara falta de Kurbanov, perdiendo la última opción de ganar o forzar la prórroga, y poniendo un CSKA de mucha calidad el 3-0.

Tras una eliminatoria muy dura, pero corta, Baskonia demuestra que tiene nivel ofensivo, y defensivo, como para competir cara a cara con cualquier equipo de Europa. Sin embargo, no pudo ser, seguramente por la necesidad de una mejor defensa y la falta de regularidad a lo largo de la temporada (porque, no lo olvidemos, Baskonia ha pagado su trayectoria anterior). CSKA es un gran equipo y ha merecido pasar, pero no ha jugado a su mejor nivel. Sobre todo, dejando que los baskonistas se agarraran a cada uno de los partidos, y metiendo excesivo miedo en el cuerpo.
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