Hace tres temporadas el Darussafaka S.K. de Estambul lograba el ascenso a la TBL, después de cuatro años en la segunda división del baloncesto turco. Entonces el empresario multimillonario Ferit Faik Sahenk, cogió las riendas del equipo y se propuso devolver al equipo a la primera línea del baloncesto europeo.

El Darussafaka vivió sus años de esplendor a principios de la década de los 60 cuando quedó campeón de la liga el año 61 y 62, además de ser finalista de la Copa ese último y lejano año de 1962.

Debemos recordar que el equipo turco juega su segunda participación en la Euroliga. El año pasado ya dio la sorpresa al avanzar al Top 16 y dejar en la cuneta, entre otros al Maccabi de Tel Aviv. En el Top 16 tuvo un papel con cierta importancia quedando en sexta posición de su grupo.

Este año la directiva del equipo se propuso lograr una meta ambiciosa que no es otra que llegar por primera vez en su historia a la Final Four que este año se celebrará en su ciudad. Y para ello no escatimó en gastos. El “modesto” Darussafaka Dogus tiene el segundo presupuesto más alto de la competición con 30 millones. El primer puesto de esta clasificación pertenece al todopoderoso CSKA; actual campeón y líder de la euroleague.

Cuando comenzaron a planificar la presente temporada, la dirección del Darussafaka pensó en David Blatt como piedra angular de su proyecto y le ofreció un contrato de 2 años a razón de 3,4 millones en total. El entrenador nacido en Boston y con pasaporte israelí decidió comprometerse con los de Estambul después de año y medio en la franquicia de Cleveland de Lebron James y compañía.

David Blatt es un viejo conocido de la Euroliga, en el presente curso cumple su décima temporada en la máxima competición europea que ganó en la temporada 2013-14 con el Maccabi.

El Darussafaka Dogus de Estambul ha ocupado plaza de Play Off todas las jornadas excepto la segunda al caer en su estreno europeo ante su público y frente al EA7 Milán. Su cénit en la clasificación la ocupó después de robarle la imbatibilidad al CSKA y colocarse terceros en la jornada 7. En estos momentos ha caído hasta la octava posición después de perder tres partidos de manera consecutiva. De todas maneras, a pesar de que el equipo turco no tiene nada de modesto en lo económico, competir en la más alta competición siempre es muy difícil y más para un equipo novel como es el Darussafaka Dogus de Estambul.

Los de David Blatt son la octava defensa de la Euroliga con una media de 80 puntos, los mismos que anota pero en esta otra estadística ocupa la posición 11. Números que les lleva a ser el equipo número 14 en cuanto a valoración se refiere.

Entre sus hombres, tan sólo Scottie Wilbekin ocupa un puesto destacable entre los líderes de las diferentes clasificaciones. El base americano es el tercer jugador que más balones roba con una media de casi 2 por partido. Para encontrar a otro jugador entre los diez primeros nos tenemos que ir a la clasificación de puntos anotados donde están en la novena posición los también americanos, Brad Wanamaker en la posición de escolta y el alero Will Clyburn con 14 puntos cada uno.

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Con estos datos en contra encima de la mesa, uno se pregunta cómo este equipo puede ser uno de los mejores de la actual Euroliga. La respuesta más inmediata es que su valor principal es el de ser un equipo. Es decir, que cada uno de sus jugadores aporta todo lo que puede y sabe en el bien común de todos.

Tiene 5 jugadores que destacan sobre el resto. Además de los ya comentados Wilbekin, Wanamaker y Clyburn, están Adrien Moerman y a James Anderson. Entre los 5 anotan el 75% de los puntos y 2 de cada 3 rebotes que capturan los de Blatt, caen en las manos de estos 5 protagonistas principales. En cuanto a valoración no andan lejos de estos números ya que valoran 60 puntos de los 83 totales que logra el equipo. Completan la terna de destacados los jugadores ex ACB Marcus Slaughter, Darius Bertans y Luke Harangody. Todos ellos son unos complementos perfectos para que el engranaje del equipo funcione. Junto a todos ellos completan la plantilla el grupo de jugadores turcos formado por E. Arslan, M. Yagmur, M. Turen, B. Batuk, S. Erden, F. Aldemir y O. Savas.

Otro dato que corre en su contra es que no es un equipo que se haga especialmente fuerte en su cancha del Volkswagen Arena cuya escasa capacidad para tan sólo 5000 personas hace de su recinto, una olla a presión pero hasta estos momentos no es muy efectiva ya que de las 5 derrotas que han sufrido, 3 han sido en casa.

El Darussafaka S.K. se siente más cómodo disputando partidos trabados, con muchas faltas personales (son el sexto equipo que más faltas comete con 22 por partido), con bajos guarismos en la anotación y donde las defensas se imponen a los ataques. Los de David Blatt deben mejorar en ataque para tener más opciones de ganar encuentros y así subir en la tabla clasificatoria.

Esta misma semana llegan a Vitoria para enfrentarse al Baskonia de Sito Alonso con una misión inmediata y que no puede ser otra que cortar la mala racha de tres partidos perdidos de manera consecutiva. Pero si esto no se produce, esta pequeña aldea de luchadores otomanos seguirán viendo al final del camino la meta que se han planteado para final de curso, que no es otra que llegar a disputar la primera Final Four de su historia.