Empezó mucho más entonado el Real Madrid ante un inseguro Zalgiris. A pesar de un parcial de 0-8 que ponía el 4-8 en el minuto 4 de partido, los blancos aprovechaban el dominio de Edy Tavares en la pintura (2 puntos, 7 rebotes, 3 asistencias y 1 tapón en el primer periodo) para controlar el marcador en los primeros minutos. Un triple de Luka Doncic devolvía el parcial en forma de 11-2 para poner el 15-10. Jasikevicius, desquiciado con el inicio de los suyos, intentaba buscar la figura que les hiciera despertar. Fue Beno Udrih, con 5 puntos consecutivos entre el primer y el segundo cuarto, quien hizo acto de presencia, pero enfrente tuvo a la pareja Doncic-Reyes, que no hacía más que sumar e impedía la remontada de Zalgiris.
El segundo triple del esloveno y 8 puntos casi consecutivos del capitán ponían al Real Madrid con la máxima de la primera mitad (32-24, min. 15). Sin embargo, cuando parecía que los blancos podían romper el partido, bajaron dos o tres marchas que permitió a Zalgiris resucitar. Con un orden exquisito en ataque, asestaron un parcial de 9-20 en los últimos 5 minutos de segundo cuarto, con un Milaknis espectacular (4/4 en triples, 6/6 para su equipo en los primera mitad) mandaba al Madrid al vestuario con desventaja (41-44) y un enfado monumental de Pablo Laso. Como pocas veces se le ha visto.
Ulanovas, nada más salir, rebote ofensivo y amplía la diferencia. El Madrid daba pocas señas de reacción tras el descanso. Quien sí lo hacía era Campazzo, en blanco durante la primera mitad, con 5 puntos consecutivos que empataban el partido tras un inicio muy espeso (48-48). La sensación era que, con poco que hiciera el Madrid, el partido se ponía de nuevo a su favor. Dos triples seguidos de Casueur devolvían la ventaja a los locales (57-54) y de paso despertaba a un Wizink Center poco animado para lo que se estaba jugando su equipo. El octavo punto seguido del francés y otros dos de Carroll devolvían la tranquilidad al marcador de Goya después de muchos minutos (61-56 min. 27).
Pero Zalgiris estaba lejos, muy lejos, de dar un mínimo respiro a los blancos. Impresionante como, a pesar de la enorme diferencia en valoración 88-55 al final del tercer cuarto, conseguían colocar el 65-64 en los inicios del último. Otro despertar, el de Kevin Pangos (10 puntos en 5 minutos) no dejaba que el Madrid se distanciase, a pesar de una gran mejora en la selección de tiro. Pero es que la de Zalgiris estaba siendo impecable, con Jankunas asumiendo muchos tiros liberados, pero sin consistencia (8/15 para él). Una nueva asistencia de Doncic para Thompkins ponía el 81-74 con menos de tres minutos por jugarse pero Jankunas, de nuevo, conseguía reducir distancias. Sin embargo, ahí apareció Rudy Fernández para anotar un triplazo que puso la puntilla (84-76, min. 39).
El Madrid consigue, así, una victoria (88-81) que se antojaba VITAL en las aspiraciones por la cuarta plaza. Más aún después de la victoria de Panathinaikos en Tel Aviv (75-76).
1. Felipe Reyes. Imposible hacer más en menos. El capitán madridista fue el más valorado del partido… ¡jugando 12 minutos! Su salida en el segundo periodo a punto estuvo de romper el partido para los suyos, con tres canastas bajo aro, dos de ellas con adicional. No volvió a pisar la cancha hasta final del tercer cuarto, donde encadenó 5 minutos más en los que sumó otros 8 puntos casi inmaculados. En total, 16 puntos (6/7 en tiros), 3 rebotes y 6 faltas recibidas para 21 de valoración.
2. El Madrid no pudo elegir peor momento para dejar de defender. La defensa había sido notable durante los primeros 15 minutos de partido y Zalgiris no terminaba de dar con la tecla para encontrar la fluidez en ataque. Ello, junto a una segunda unidad blanca bastante superior a la lituana (Doncic y Reyes a la cabeza) permitió a los de Laso irse al 34-26 sin jugar un baloncesto brillante, casi por inercia, parecía que podían romper el partido. Sin embargo, a partir de ahí, el Real Madrid desapareció. Víctima de sus propios errores, de su propia desconcentración (aspavientos de Rudy, Campazzo, un “en qué c*****s estamos pensando?” de Laso que llegó hasta la tribuna de prensa…) y de una nula defensa (20 puntos permitidos en poco más de 5 minutos) permitieron a Zalgiris reengancharse y ponerse con un peligroso, más por sensaciones que por distancia, 41-44 al descanso.
3. Zalgiris, muy ordenado en ataque pero demasiado amable atrás. El partido de los lituanos, sin ser malo, estuvo lejos del mejor nivel que pueden dar. Sin dejar de jugar a lo que ellos saben, un baloncesto con las ideas claras que busca siempre la mejor opción, no estuvieron ni lo suficientemente acertados, ni con la consistencia atrás que podría haber puesto las cosas mucho más complicadas al Madrid. No renunciaron a los tiros que Laso permitió (entendemos) a Jankunas desde el tiro libre, aunque el lituano alternaba un error con un acierto, que acabó siendo insuficiente. Faltó energía en defensa, sobre todo en el juego interior, que permitió a los blancos firmar un 21/31 (67%) en tiros de dos y dar 27 asistencias en 28 tiros de campo. Faltó solidez.