Berlín.Los actuales campeones, el CSKA de Moscú defenderan la corona en el impresionante O2 World de Berlín tras imponerse a un Regal Barcelona que fue decreciendo con el partido por 78 a 82. Los defensores de la corona, plantearon un partido que mucho puede recordar al de las semifinales del año pasado, estando agazapados para dar el zarpazo final en la recta final. Los catalanes cometieron muchas pérdidas innecesarias y cedieron el rebote defensivo para que un inconmensurable Ramunas Siskauskas rompiera la semifinal en el segundo tiempo para acabar con 29 puntos. A él le acompaño un siempre efectivo Khryapa. En el Barcelona destacó un Andersen en los primeros treinta minutos, pero no acompañó un equipo que llegó muy cansado al final.

El Regal Barcelona tuvo un inicio excelente, manejando ambas partes de la pista a su antojo. Una de las claves de este sensacional inicio fue la defensa sobre el catalizador Holden que no pudo oxigenar su privilegiada cabeza para el baloncesto y tomó decisiones erroneas más dignas del anterior JR de la época del AEK de Atenas. A partir de no dejar sentirse cómodo al equipo moscovita, que con muchos tiros consiguieron muy poca efectividad, los de Xavi Pascual supieron encontrar tiros largos y cómodos para tomar las primeras ventajas de hasta 11 puntos.

En el segundo cuarto el CSKA cambió totalmente el chip saliendo con una defensa más fuerte, siempre desde muy arriba y presionando mucho el pase para encontrar salida rápida hacia el aro, en parte gracias al gran trabajo oscuro de Khryapa. Además el ataque estático ya cogía más color y un últimamente muy confiado Shasha Kaun, machacaba el aro con rotundidad, dando un center puro a su juego.

El CSKA sin sacar un juego demoledor, empieza sentirse cómodo sobre la pista, sobre todo a tener más confianza y más paciencia en su juego, buscando provocar ayudas y castigarlas. Todo a la vez que el Barcelona iba perdiendo poco a poco confianza en su juego ofensivo, una confianza que en el equipo culé depende en demasía de si encuentran buenos tiros exteriores y los anotan. Al descanso se llegaba con 36-32 con palmeo a dos manos de Andersen sobre la bocina, que fue certificada con Instant Replay.

El Barça en el tercer cuarto salió otra vez fuerte, con un triple de Andersen y un mate de Grimau, pero el Barça no pudo subir el nivel defensivo ya que los árbitros no les permitían demasiados contactos. El CSKA, conseguía castigar mediante falta cada defensa blaugrana – muy castigados hombre clave como Navarro, Grimau o Vázquez– pero los catalanes se resistían a otorgar el mando del partido con acciones en la cercanía de la canasta y también sacando faltas para ir al tiro libre, aunque cada vez con un juego más espeso, sin demasiado claro que hacer en cada ataque.

Siskauskas mata

Así es como empató el CSKA, con un brillante Langdon y con un Siskauskas que aparecía para ser otra pieza del martillo pilón que conforma el equipo de Messina. Afortunadamente para el barça estaba la mejor versión de David Andersen, un jugador al que le gustan estas citas – ya lo vimos en las semifinales del pasado año-.

Los rojos salía dispuesto a dar la estocada final, dominando el rebote ofensivo y poniéndose por primera vez por delante en el marcador. Aún así, seguían sin acierto en sus tiros cuando por el contrario David Andersen seguía exhibiéndose ante sus ex con cinco puntos consecutivos, para volver a hacer la goma.

Pero el CSKA es el actual campeón y Siskauskas sacó su clase a relucir, clase que le llevó a ser el mejor jugador en Europa la temporada pasada y que certificaba con dos triples punteados y una penetración con tiros libres para poner por encima de nuevo a su equipo.

Los catalanes seguían coleccionando pérdidas absurdas, esta vez propiciada por la excelente defensa rusa que conseguía forzar cinco segundos sin poner el balón en la pista tras el último bote y que propiciaba el onceavo punto consecutivo de Siskauskas, para poner el 61-67.

Basile respondía de fuera, pero Siskauskas anotaba su treceavo punto seguido. Los rusos encontraban su mejor baloncesto, pero el Barcelona se resistía a abandonar el partido a pesar de seguir cometiendo pérdidas absurdas y seguir concediendo el rebote ofensivo. Pero al final el CSKA minimizo los errores y el Barcelona pagó su menor experiencia cometiendo demasiados errores que los rusos no perdonaron cerrando el partido con un tiro corto tras rectificado, como no, de Ramunas Siskauskas.