Primero Willie Solomon y luego Derrick Sharp. Mientras que Anthony Parker martilleaba el aro baskonista una y otra vez durante la primera parte del partido (19 puntos), estos dos jugadores se han ocupado de la defensa de Pablo Prigioni, desdibujando por completo el juego de los de Perasovic.

Fue diferente a la defensa del Panathinaikos, porque los griegos permitieron que el base argentino tuviera espacios para lanzar, todo en pos de cortar las líneas de pase que daban acceso al juego de pies de Luis Scola. Hoy, sin embargo, Pablo no ha podido hacer nada (al descanso llevaba cero puntos, cero asistencias y cero balones robados) y el Baskonia se ahogó sin su principal fuente de alimentación

Nunca nos hemos sentido cómodos, nunca hemos tenido claro como parar sus cambios automáticos.“, decía Perasovic respecto a la defensa de un Maccabi que volvió a los orígenes, con reminiscencias de la defensa match-up-zone que hicieron famosa el año pasado. Los rasgos más destacados: empezar a defender en zona para reconvertir rápidamente el sistema en una individual y protegerse especialmente del dos para dos de Prigioni y Scola.

Ni con la defensa zonal

Uno de los recursos más temidos por Gershon, que llegó a preguntarle en la rueda de prensa previa a Perasovic si podría la zona ante el Maccabi, tampoco ha tenido su efecto. Dos motivos explican este hecho:

  • El primero de ellos es la lesión de Tiago Spliter, que se ha tenido que retirar en el segundo cuarto tras sufrir una lesión en su hombro cuyo alcance está por conocer. Si como se teme, es una rotura de un tendón, el brasileño diría adiós a la temporada. La velocidad del pívot baskonista es la clave para que pueda jugar en uno de los lados, y los jugadores del banquillo, David y Drobnjak, convierten la zona en una defensa vulnerable por velocidad.
  • El segundo es la actitud de los jugadores, que no ha sido la de siempre. El mal inicio y la pérdida del referente principal han supuesto un bajón en el ánimo de los jugadores que ha conllevado que el nivel de juego en ambos lados de la cancha haya sido inferior: “Nos hemos rendido muy fácil, hemos dado demasiadas facilidades.“, concluyó el técnico croata.

Sin “carácter Baskonia”

Esta ha sido el eslogan que el club de Vitoria ha intentado transmitir durante toda la temporada, haciendo referencia a la casta de un equipo capaz de vencer el año pasado al CSKA en la Final Four de Moscú o derrotar en Atenas a un Panathinaikos muy favorito en el partido decisivo del Playoff, pero en esta ocasión, el TAU ha adolecido de este carácter.

Nos pudo la importancia del partido, los nervios pudieron con nosotros y no jugamos un partido digno.“, comentaba Perasovic en la rueda de prensa, haciendo gala de la sinceridad del que ha visto perder una oportunidad de alcanzar el mayor éxito posible a nivel de clubes.

El técnico también tuvo unas palabras para la afición baskonista, que ha contado con una representación de 1.500 fans en la grada del Sazka Arena: “Es el momento de mayor amargura para mi, por las expectativas que habíamos creado tras la derrota contra el Panathinaikos. Duele muchísimo, sobre todo cuando se ha desplazado tanta gente“.

A quedar terceros

Luis Scola, capitán de la nave vasca, sólo tenía una idea en mente tras finalizar el encuentro: “El objetivo inmediato no es la liga ACB, es quedar tercero“, y es que nadie quiere pasar a la historia como último equipo clasificado.

Es un partido que no quiere jugar nadie, pero el domingo tenemos que ganar“, decía un Travis Hansen que ha dado la cara durante todo el encuentro. ¿Cómo planteará el partido el entrenador? Fácil respuesta: “Vamos a intentar lavar un poco nuestra imagen y demostrar que podemos jugar un mejor baloncesto.“.

Mientras tanto el Maccabi espera, frotándose las manos, a su último escollo en el camino a su tercera Euroliga.