Escenario perfecto, cita soñada. 20 años después, en casa, ante el mismo rival, el Real Madrid ha conseguido levantar el título de la Euroliga después de derrotar al Olympiacos por 78-59. Los de Pablo Laso han sido superiores y esta vez han sabido sufrir, defendiendo, bajando a las trincheras con Nocioni como máximo emblema de este baloncesto, ofensivo pero más consistente. Junto al argentino, un Carroll estelar en el tercer cuarto, ha sido decisivo en la victoria blanca.
Madrid y Olympiacos han empezado el duelo con un juego eléctrico, anotando. Después de un inicio con 3 ataques fallidos, los de Sfairopoulos han sabido encontrar siempre la mejor opción de tiro, con un Lojeski muy acertado. Desde el bloqueo central Spanoulis generaba y la pelota circulaba perfectamente (12-16), permitiendo a los helenos dominar el ritmo del encuentro. La respuesta de los blancos, a los que su rival no permitía una sola canasta fácil, llegaba de la mano de Llull (15-19).
Con Petway luciéndose en un par de defensas a Llull y Sergio Rodríguez, una apuesta de Laso, que ha dispuesto en pista a un equipo muy alto, todos superiores a sus pares, ha bloqueado a los griegos. El Madrid ha aprovechado bien la superioridad con situaciones de poste bajo para sus aleros – Nocioni y Rivers – que acababan abriendo el balón a un Maciulis especialmente acertado (9 puntos al descanso sin error). Ataques bien pensados, carga del rebote ofensivo y defensa para conseguir un claro parcial favorable (20-9) que daba la vuelta al marcador y permitía al Madrid marcharse con ventaja a los vestuarios (35-28).
Pero en el baloncesto, en una Final Four y menos ante este rival, no hay nada fácil. Tras el descanso ha sido el Olympiacos quien ha cogido la iniciativa desde detrás. Con su móvil defensa ha provocado varias pérdidas en el equipo blanco que se han convertido en canastas fáciles de los griegos. Juntadas las contras más dos triples de Sloukas y Lojeski, los de Sfairopoulos se hacían con la iniciativa (40-41).
Momento complicado, momento Carroll (26 puntos con 4/5 en tiros de 3p). El tirador ha encadenado tres triples consecutivos que han dado vida tanto al Madrid como al Palacio (53-46). El de Wyoming conseguía 11 puntos en un santiamén desatando la locura en el pabellón.
Con el bullicio local, Nocioni (12 puntos, 7 rebotes y 2 asistencias), que ha dotado de carácter a este equipo, anotaba otro triple desde la esquina para abrir el último cuarto (56-46). El argentino, MVP de la final, no daba tregua en defensa. Ni él ni el Madrid. Como bloque. Y esto lo ha pagado el equipo que más domina esta faceta en el viejo continente. El Olympiacos, hoy con un Spanoulis generador pero sin la posibilidad de hacer muchos tiros y sin acierto en ellos, conseguía reducir la ventaja con un triple de Sloukas (62-55). Pero, de nuevo, volvía a ser Nocioni quien, con otra canasta desde más allá de 6,75, ponía punto y final al partido.
A partir de ahí, minutos finales de fiesta, con la gente volcada, celebrando el título ante un rival duro de roer que esta vez no ha podido derrotar al que partía con la vara de favorito, el equipo local, el Madrid. Las acciones del final no deben empañar el título, ni una gran Final Four del los blancos.