Cuando una cosa empieza bien… más fácil es que acabe igual. Y así ha sido. Pese al ímpetu de un Madrid que ha sido capaz de dar la vuelta al marcador en el último periodo, el Barça ha hecho valer un genial primer cuarto (25-4) para llevarse el derbi en el Palau (72-65) y superar a su rival en la clasificación del Top16 (además de ganar el basket average particular). Satoransky (17p, 3r y 3a) ha jugado un gran partido, muy bien acompañado por Perperoglou (20p y 6r) y Dorsey (10r).

El Barça sabe de la importancia del rebote cuando juega delante del Madrid. Especialmente controlar el defensivo para evitar segundas opciones de los blancos. Pero los de Laso conseguían capturar los dos primeros rechaces en canasta contraria del encuentro. A partir de ahí, recién empezado el choque, no ha habido color durante el primer cuarto: recital blaugrana.

Encabezados por Satoransky (10 puntos con 2/2 en triples y 3 asistencias), los locales no daban opción a su rival, anonadado ante la intensa defensa del Barcelona. Dudas, desacierto en el tiro y una diferencia que iba aumentando con el paso de los minutos de la mano del base checo y de Doellman. Hasta los +21 (25-4) del final del primer periodo y con un Madrid totalmente superado.

Pero las rotaciones no han sido buenas para los de Pascual y el Chacho ha aprovechado a la perfección el bajo nivel físico de Arroyo para superarlo una vez tras otra y generar juego para sus compañeros. El canario ha puesto la primera piedra de una remontada blanca que se ha fraguado paso a paso, como un trabajo de hormigas. Cambios defensivos, mucho más ritmo ofensivo y los triples de Llull al contraataque daban vida a un Madrid que parecía tocado y hundido después de lo vivido durante los primeros diez minutos.

Y del 31-6 se acabaría pasando al 52-54 del inicio del último cuarto. Culminada la remontada, los de Laso se ponían por delante de nuevo. Ni los espectaculares mates de Satoransky ni el saber hacer de Perperoglou incomodaban a un Madrid cada vez mejor sobre el parqué de un abarrotado Palau. El miedo en el cuerpo. La sensación de haber perdido una oportunidad única.

Pero con el viento en contra, tras ver como el eterno rival era capaz de conseguir lo imposible, volvería a aparecer de nuevo el base checo para clavar un triple y conseguir otro mate de concurso que daban vida a los blaugrana (57-58). El ímpetu de Reyes no cesaba y parecía ser Dorsey el único capaz de frenar la embestida blanca. El pívot de Baltimore, muy desgastado, no podía frenar dos puertas atrás consecutivas de Ayón que terminaban en alley oop y mate con sendas asistencias de Sergio Rodríguez (63-64).

El balón quemaba. La presión se respiraba en el ambiente. Los balones no entraban y era el turno, como todo final apretado en Europa, para los tiros libres. Suerte tendría el Barça de contar en estos últimos minutos con un Perperoglou muy seguro desde la línea de personal (a diferencia de Dorsey o Samuels) y del trabajo en el rebote ofensivo. La jugada decisiva sería un rechace capturado por Oleson, rotación de balón y antideportiva sobre el alero griego de un Llull que iba a por todas, llegando tarde. Perperoglou  y Doellman pondrían el 72-65 desde los tiros libres.