
Salió con las ideas muy claras Zalgiris ante su público, que todavía no conoce la victoria como local en esta Euroleague. Las premisas de Saras Jasikevicius y compañía, claras: cambios en todos los bloqueos atrás y aprovechar la “superioridad” (qué poco frecuente escribir sobre esto) de Jankunas sobre Tavares en la media distancia. El “cuatro”, jugando de center, fue un quebradero de cabeza para el caboverdiano, que no encontraba el lugar para defenderle los tiros en la media distancia (10 puntos y 5/6 en tiros en el primer cuarto). Demasiado cerca para la muñeca del lituano, demasiado lejos, incluso, para los interminables brazos de Tavares. Con todo ello y la magnífica dirección de Wolters, los verdes jugaban a placer ante un Real Madrid que no se encontraba en ninguno de los dos lados de la cancha. La distancia no hacía sino aumentar y solo un par de lanzamientos exteriores, de Llull y Causeur, evitaban que la sangría fuera a peor. Los blancos se encontraban con el peor escenario de esta temporada: 32-18.
Reaccionó, claro que iba a reaccionar, el Real Madrid, de la mano de una segunda unidad muy física y el clarísimo bajón del banquillo de Zalgiris. Un 3+1 de Campazzo mandó a Grinonis al banquillo con su segunda personal y los blancos no tardarían en bajar de la decena en apenas unos minutos (34-30). La vuelta de Wolters era la única buena noticia en ataque de un Zalgiris sometido a la defensa del argentino, Rudy y Ayón. La siempre presente amenaza de Carroll (7) y un último arreón ofensivo de Randolph (8) hacían que hubiese partido completamente nuevo al descanso (44-43) tras un parcial final de 2-9.
Tenía ganas el Real Madrid de ponerse por delante y así lo demostró Laso con la primera buena defensa y primera pérdida de Zalgiris en el cuarto. Más todavía después del lanzamiento exterior de Randolph que ponía a los suyos por delante por primera vez en todo el partido (44-46). Pero un Nate Wolters desatado tomaba de nuevo las riendas y se convertía en el faro ofensivo de los suyos, con 5 puntos y una asistencia de forma consecutiva que volvía a poner a los suyos por arriba (52-50). Zalgiris se agarraba a esa ventaja, consciente de que una nueva desconexión podría ser letal para ellos. Pero encontraron la tranquilidad de nuevo en los tiros de Jankunas y Ulanovas, más un canastón y adicional de Walton Jr. que volvía a distanciar a los suyos (64-54). Llamó Laso a su dúo argentino para volver a poner un plus de intensidad que no conseguía poner Llull. Lo consiguió, y a pesar de que Jankunas seguía haciendo estragos (18 para él al final del tercer cuarto), las rotaciones volvieron a dar frecura defensiva a un Madrid que llegaba más que vivo al final del tercer cuarto (68-62).
Fundamental la figura de Gustavo Ayón, haciendo de balanza a ambos lados de la cancha en el partido que más le necesitaban (contrastando con el peor de Tavares). El mexicano volvió a cancha para ser el guía de los suyos, tanto con su defensa (9 rebotes, 3 robos, 1 tapón), como con su dirección desde el poste (3 asistencias) y evitar que el Madrid se viniese abajo tras un triple envenenado de Milaknis a falta de 7 minutos. Mucho más lejos de eso, la versión titánica de Ayón conseguía empatar el partido en el minuto 34, firmando además ya un doble-doble (11+10).
El Madrid se reecontraba consigo mismo de la forma menos frecuente, más desde el oficio que desde el talento. El de Gabriel Deck (las líneas de fondo empiezan a tener sus huellas incrustadas), Campazzo, el mismo Ayón y un Rudy Fernández que se apuntaba su segundo triple de la noche para volver a hacerse con un liderato que ya no soltaría (71-74). El partido en un puño y los pequeños detalles decidirían el thriller. Como el triplazo punteadísimo que anotó Randolph para el 74-79 y el que se le salió de dentro a Wolters en lado contrario. El Real Madrid, mucho más experimentado en estas situaciones, no perdonó el error doble de los lituanos y, en el siguiente ataque, Rudy aumentaba el parcial a un 6-20 ponía la máxima para los suyos a 2 minutos para el final (74-82).
Pero el festival no acabaría ahí. El cuarto y quinto triple de Rudy en el tercer cuarto (para el 5/7) y una asistencia (la séptima) para Ayón cerraban el partido para el Real Madrid. De sus manos salió la remontada blanca y el remate a un Zalgiris que puso contra las cuerdas al campeón de Europa pero, una jornada más, acabó cediendo ante la interminable rotación de los blancos que, hoy, fueron los artífices de la victoria (79-90).

1. Una primera parte de luces y sombras. La defensa marcó la diferencia. Lo reconoció Laso tras el partido, que admitió que el primer cuarto sirvió “para entender lo que nos ibamos a encontrar en el partido”. Un Zalgiris necesitadísimo de alegrías ante su público y un partido trabajado a conciencia. El Real Madrid, sin embargo, fue demasiado permisivo con Wolters y Jankunas de inicio y pagó cara la novatada con un primer cuarto terrible.
¿Qué hizo que todo cambiara? El trabajo atrás. Zalgiris pasó de anotar prácticamente en cada ataque a sufrir la presión a toda cancha de Campazzo (coincidiendo con unos minutos terribles de Westermann, todo hay que decirlo) y la actividad de manos de Carroll o Rudy, más un Ayón mucho más versatil que Tavares. Lo mismo ocurrió cuando Zalgiris amenazó con romper en el tercer cuarto con el 64-54. La vuelta de Campazzo, Deck y Ayón devolvió el control del rebote al Real Madrid y consiguieron así hacerse con la ventaja.
2. ¿Ha encontrado Jasikevicius el talón de aquiles de Tavares? Ha sido la gran novedad de este encuentro. El ver al MVP del mes de octubre y el probablemente mejor defensor de la competición completamente superado por Paulus Jankunas. Lo comentábamos antes, la media distancia se le atragantó al gigante de Maio e hizo parecer All Star por momentos al lituano, cuando, en realidad, lo estaba haciendo más fácil que nadie. No seguir a Tavares hasta la zona y ejecutar desde la media distancia, ya fuera esperando la penetracion de un compañero o tras el pick&pop.
Las malas sensaciones atrás afectaron además al rendimiento de Tavares en ataque, que firmó su peor partido en lo que va de temporada (0 de valoración). Habrá que ver si ha sido cosa de un día o si realmente Jasikevicius ha encontrado la forma de frenar el impacto del center del Real Madrid.


