Por estas fechas no sólo las universidades se juegan el todo o el nada. También en high school se juegan las elimiinatorias dentro de las regiones estatales para poder luchar por ser el mejor instituto del estado.
En Minnesota, en la final seccional que enfrentaba a Waseca y Marshall, se rompieron todos los imposibles y hechos milagrosos que pueden ocurrir en un encuentro de baloncesto. Nada más y nada menos que 4 prórrogas y 3 canastas sobre la bocina. No una ni dos, nada menos que tres canastas sobre la bocina, cada una mejor que la anterior. Impresionante:
Primero fue Trey Lance para Marshall el que forzó el primer tiempo extra con un triple que entró llorando. Entró con tanto suspense que alguno de los jugadores de Waseca ya celebraban la victoria antes de tiempo.
Al final de la tercera prórroga, un tiro libre ponía el 95-98 para Marshall, pero Nick Dufault hacía lo impensable para volver a empatar con una canasta digna de una película de Hollywood.
Ya en el cuarto tiempo extra, con empate y 7,5 segundos para el final, fue Cole Streich el que conseguía el triple que daba la victoria final a los de Waseca. Increible pero cierto.
Este deporte no deja de sorprendernos.