Cualquier seguidor asiduo de la Euroliga sabe que el Partizan es una fábrica de estrellas que tenía un polvorín latente hasta el momento y que este jueves explotó en las manos del mismísimo Zeljko Obradovic, primero ovacionado antes del partido por los hinchas de Belgrado (la afición del Partizan me ovacionó de una manera maravillosa y estoy muy contento, dijo el técnico) y después castigado por los talentosos jóvenes del equipo yugoslavo.

El juego del equipo balcánico va in crescendo jornada a jornada (lamentablemente parece que no han despertado lo suficientemente pronto como para conseguir el pase para el Top-16), y ayer las tres promesas en las que más esperanzas se tienen: Peker, Tripkovic y Bogdanovic se conjuraron para realizar el mejor partido de la temporada, siendo una ayuda inestimable para el que siempre cumple: Milojevic (23 puntos, 6 rebotes). “Tenía la impresión de que iba a ser difícil vencer al Partizan porque han jugado muy bien los últimos cuatro o cinco partidos“, dijo Jaka Lakovic.

Uros Tripkovic (27 puntos) mantuvo a su equipo a flote a base de triples que dejaron claro que los locales no salían dispuestos a rendirse. Además, evitó que el PAO se escapara mediado el encuentro gracias a sus tiros en suspensión, sus asistencias y sus cinco recuperaciones de balón. Desafortunadamente para el Partizan, tanto él como Milojevic cometieron su quinta falta antes de los minutos decisivos.

Kosta Perovic anotó menos puntos (diez), pero cuatro de ellos permitieron a los de Vujosevic iniciar el encuentro respondiendo a las canastas del Panathinaikos con puntos y entrando en una dinámica que impedía que ninguno de los dos equipos se fuera en el luminoso. Sin embargo, falló una última opción de tiro en los últimos segundos tras un rebote ofensivo que le habría dado la victoria a su equipo.

Luka Bogdanovic tuvo unos números excelentes (17+6) mostrando su principal recurso, el tiro exterior. Gracias a sus triples el Partizan se puso por delante en el último cuarto y cuando las cosas estaban peor, se colocó a dos puntos, dejando el final del encuentro abierto y a merced de la suerte que corriera Stefanovic desde la línea de tiros libres (anotó el primero, falló el segundo y los dos rebotes ofensivos posteriores no tuvieron el premio de la canasta).