Primera parte del artículo: El (pen)último milagro de Darryl Middleton (I)

Sus actuaciones en Europa y en ACB no pasaron desapercibidas por el mejor equipo de Europa de esa época y Zeljko Obradovic incorporaba al “veterano” Middleton a su equipo repleto de estrellas: Panathinaikos.

El jugador acababa de conseguir la nacionalidad española y no ocupaba plaza de extranjero y el preparador serbio pensó que sería un complemento de lujo para los Bodiroga, Kutluay, Alvertis y compañía. Y así fue, su ética de trabajo coincidía con la de Obradovic y juntos se proclamarían campeones de la Final Four de 2002. Middleton que cuajó un gran partido en semifinales yéndose hasta los 15 puntos y siendo el escudero perfecto de Bodiroga, salió de titular en la final y, delante de la Kinder de Bolonia de los Jaric, Ginobili, Smodis y Messina, anotaría 10 puntos en 23 minutos de juego ayudando a su equipo a alzar la copa. De la época en Atenas, los duelos ante el gran rival ciudadano, el Olympiakos eran (y aún lo son) memorables. Allí vivió en sus propias carnes pedradas en el autocar de camino al pabellón con emboscada incluida, lanzamiento de objetos y escupitajos en pista e insultos y amenazas con el partido acabado. Fueron 5 intensas temporadas vistiendo la camiseta verde en las que se proclamó campeón de la liga griega en 4 ocasiones más 2 copas nacionales y la Euroliga mencionada (el título más importante de su carrera). En sus dos últimas campañas en Grecia compartió posición con uno de los jugadores más carismáticos que ha vestido la camiseta del Panathinaikos en los últimos años: Mike Batiste. Este jugador norteamericano sigue reconociendo varios años después la influencia positiva que tuvo en su juego Darryl Middleton. De sus consejos para amoldarse a las altas exigencias de Obradovic en cada entrenamiento, Batiste habla de Middleton como un verdadero ejemplo de profesionalidad y entrega durante esos dos años. En el club ateniense tampoco olvidan las cinco temporadas que el jugador estadounidense con nacionalidad española defendió sus colores. En su sitio web oficial, en el apartado Green Legends, aparece el nombre de nuestro hombre al lado de figuras internacionales como Stojan Vrankovic, Dominique Wilkins, Dejan Bodiroga o Zeljko Rebraca entre otros.

Con su etapa griega acabada, y recuperado de una lesión, Middleton cogió sus bártulos para partir hacia Rusia donde ya con 39 años se incorporaba al Dynamo de Sant Petersburgo (club ya disuelto) antes de volver a la que es su casa: Girona. Fichó por Akasvayu cuando el patrocinador apostó muy fuerte por el baloncesto de la ciudad. En ese equipo de ensueño donde llegaron a coincidir jugadores como Marc Gasol, Víctor Sada, Fernando San Emeterio, Gregor Fucka, Arriel McDonald y bajo la tutela de Svestislav Pesic aterrizó Middleton ya superados los 40 y con un rol más secundario en el equipo. En esos dos años sus duelos en los entrenamientos con Marc Gasol fueron durísimos y aún son recordados. La intensidad en la que se empleban ambos era extraordinaria, cosa que permitió al catalán seguir con su progresión deportiva y dar un nuevo rumbo a su carrera, consolidándose como uno de los mejores siete pies de Europa y, posteriormente, triunfando en la NBA con los Grizzlies. La relación de Gasol y Middleton fue parecida con la de Batiste en Panathinaikos. Choque de trenes en el entreno, saltando chispas en cada contacto pero que sirvió al joven Gasol para crecer hasta convertirse en MVP de la ACB en 2008. Actualmente los dos aún mantienen el contacto durante la temporada y se han pasado algunos veranos entrenando juntos movimientos en el poste bajo para no perder la forma. Con los gerundenses se proclamaría campeón de la Eurocopa FIBA rescabalándose de aquella semifinal contra Limoges de la copa Korac pero con un protagonismo en el juego mucho menor. Pero el invento Akasvayu se derrumbó al acabar la temporada 2007-08 dejando un club endeudado hasta las cejas y con nulo margen de maniobra. Se vio abocado a la desaparición.

Cualquier otro deportista con 42 años a las espaldas y con los deberes hechos en el mundo del baloncesto como Middleton se hubiera quedado en casa gozando de su familia y de unas merecidas vacaciones. El proyecto baloncestístico de la ciudad que empezaba en LEB Bronce le convenció para intentar devolver a Girona a la élite. Por supuesto el único jugador que se quedó en Girona del antiguo Akasvayu fue él. Todos los otros buscaron la mejor salida profesional posible para seguir con sus carreras. Middleton le unía una relación especial con Girona que iba mucho más allá de un contrato de trabajo. Aceptó jugar en la cuarta categoría del baloncesto nacional con un sueño en su mente: volver a la élite con el Sant Josep de Girona. La aventura de LEB Bronce duró sólo una campaña, ya que el club se hizo en la temporada siguiente con una plaza en LEB Oro. Allí estuvo entre 2009 y 2012.

Entre medio, otro milagro. Antes de los playoffs ACB 2010-11, Power Electronics Valencia tuvo dos bajas importantes por lesión. Caían Víctor Claver y James Augustine y Svestislav Pesic se fijó en Middleton para reforzar el equipo. Darryl aceptó la oferta y se convirtió en el jugador más veterano en disputar un partido de la Liga ACB. 44 años 8 meses y 6 días. Pesic no había olvidado la profesionalidad de Middleton y le brindó la oportunidad de competir otra vez al máximo nivel durante 2 meses en Valencia.

Parecía que este iba a ser el colofón a la trayectoria de leyenda de Darryl, pero aceptó otra vez el reto de Girona y con 45 años volvió a fichar por Sant Josep para defender sus colores en LEB Oro, una categoría considerarada por muchos expertos como una de las 5-6 ligas europeas más potentes con muchísmos nombres ACB en sus equipos. En la 2011-12, Middleton las ha visto de todos los colores: inicio deportivo ilusionante, impagos de nóminas, fuga de jugadores, pero también vimos al Darryl más luchador que nunca, al más comprometido con el equipo y la ciudad. Y su penúltimo milagro fue convertirse MVP de la jornada 28 de LEB Oro en un partido contra Tarragona en el que anotó 20 puntos, capturó 9 rebotes y se fue hasta los 31 de valoración.

20 de abril de 2012, Girona FC contra CB Clavijo. Esa es la fecha y el partido de su emocionante despedida de Fontajau. La ciudad de su vida se quedaba sin baloncesto de primer nivel y la última canasta del partido llevó su firma. Luego, entre lágrimas y sentimientos contradictorios, era manteado por sus compañeros ante la ovación sentida de la afición gerundense que no olvidaba la profesionalidad y el compromiso durante toda su trayectoria del mayor ídolo que han tenido. Hablar de baloncesto en Girona no tiene sentido sin nombrar a Darryl Middleton y sus 9 campañas en la ciudad ni sus 4 sonados retornos a la que ha sido su casa deportiva. 45 para 46, ¿se habrá acabado el baloncesto en activo de Darryl Middleton? o ¿se obrará el (pen)último milagro?