
Ambos conjuntos se encontraron con serios problemas para encontrar vía al aro en los primeros compases. Edy Tavares parecía ser el único que se salía del guión, y es que, además de su ya esperado impacto atrás (6 rebotes y 1 tapón en los primeros 8 minutos), se mostraba como el antídoto a los malísimos porcentajes de ambos equipos (por debajo del 30% en los primeros compases) con 6 puntos sin fallos. Budocnost encontró su propio faro en Gordic, que, con un canastón, anotaba su séptimo punto y le sacaba la segunda a Tavares, colocando el 14-13. Poco a poco los blancos conseguían carburar bajo la batuta de Llull (5 asistencias), que ponía, además, el 21-15 sobre la bocina con una bandeja al final del primer cuarto.
Edwin Jackson fue el encargado de estrenar el marcador en la reanudación, pero a la canasta del francés le siguió un parcial de 9-0 con el que el Madrid dejaba el partido prácticamente encarrilado (30-17), mostrando una enorme superioridad a los visitantes. Las terribles lagunas en el lanzamiento exterior solo eran maquilladas por unos grandes minutos de otro exACB como Alen Omic, con 6 puntos consecutivos que incluso parecían intimidar al Real Madrid (32-25).
Nada más lejos de la realidad. El incordio de Deck sin balón, la efectividad de Reyes en la zona y un par de triples de Rudy volvían a distanciar al Real Madrid en un visto y no visto. Con una nueva puerta atrás del argentino (es para analizar su trabajo en los cortes, de lo mejor que han tenido los blancos en años) se llegaba a un justo 44-31 al final de la primera mitad.
Estrenó Jeff Taylor su casillero (era el único que faltaba de los que habían jugado) con un triple que seguía poniéndole las cosas cuesta arriba a los visitantes, que ya habían tirado la toalla. Con Tavares implacable atrás, el Madrid solo tenía que encontrar al jugador liberado en ataque, y un triple de Sergio Llull ponía el 54-31 a falta de 17 minutos para el final. Otro partido de Euroleague finiquitado. Otro partido en el que el Madrid tuvo tiempo para ajustar rotaciones, para que algunos de los menos habituales se enchufasen.

Pocos efectivos en Budocnost Podgorica. Desastroso Earl Clark. Tras el primer cuarto, solo cuatro jugadores habían anotado. Al descanso, cinco, con Godric (11) y Omic (8) a la cabeza. El equipo montenegrino realizó una floja puesta en escena en ataque, sin ritmo, sin acierto de cara al aro (0/9 en triples en la primera mitad) y con actuaciones realmente deficientes como las de el exNBA Clark (-5) o Barovic (-4).
Lo del antiguo jugador de Lakers y Cavs fue un auténtico despropósito. Egoísta y fallón en ataque (0/10 en tiros de campo, el que más había tirado de su equipo en los primeros 23 minutos) y visiblemente inferior en la defensa de Anthony Randolph. Firmaba -13 de valoración (el récord, según nos indicó Javier Gancedo, está en -14) cuando le sentaron a falta de 17 minutos, ya con el partido roto, y no volvió a jugar.
Ni rastro de Edwin Jackson. El que fuera máximo anotador de la temporada 16-17 en la Liga Endesa, con la barbaridad de 21,4 puntos por partido, no ha vuelto a encontrarse con esa versión de anotador compulsivo, ni muchísimo menos. Tras un nuevo paso sin pena ni gloria por Barcelona, ficho por el Budocnost en vista de ser el referente ofensivo del equipo en la Euroleague. Pero los resultados no están siendo los esperados: en los tres primeros partidos, 11 puntos de promedio con un pobre 25% en tiros de dos, compensado solamente por un fantástico 10/14 (71%) en triples.
En el partido de hoy, fue el más activo de la segunda unidad durante el segundo cuarto, pero su aportación se redujo a 6 puntos, 1 rebote y 4 pérdidas. Debe ser el que de el gran paso al frente o su equipo podría ser el gran candidato a farolillo rojo de esta Euroleague.
¿Pero a este equipo quien lo para? Cuatro partidos y cuatro victorias en Euroliga para un Real Madrid que, aunque es cierto que solo ha jugado contra un equipo del pasado Top-8, Baskonia, está dejando un cementerio de los equipos contra los que se enfrenta. Cuatro victorias por una media de 18,5 puntos. Solamente Armani Milán ha sido capaz de plantarle cara al Real Madrid hasta el final del partido. Ahora falta trasladar esta superioridad a los equipos que vienen por delante. Jasikevicius espera en Kaunas y, de seguro, estará deseando ser el primer verdugo del Real Madrid en esta Euroleague.


