
- El Barça, penúltimo y a cinco partidos del play off
Corría el quinto mes de hace casi quince años. La húmeda primavera mediterránea hacía sus habituales estragos en las inmediaciones de un Palau Sant Jordi al que poco a poco iban llegando las más de 16.000 almas afortunadas que iban a contemplar la final de aquella primera Euroliga de color blaugrana. El equipo inquilino recibía a la mítica escuadra de la ciudad de nombre Treviso y de apellido Benetton, que hoy pena aquellos gloriosos años en la segunda división del Pallacanestro italiano. El entrenador de los locales por aquel entonces es el mismo que se sentaba hoy como visitante en el Zalgirio Arena de Kaunas. El que ejecutaba sus órdenes en la pista en aquella noche mediterránea se ajustaba la corbata al otro lado de la cancha. Pesic y Jasikevicius, maestro y discípulo, se veían las caras por primera vez vestidos de la elegancia de los trajes y las corbatas casi quince años después. Un devenir de los años pintado en la nostalgia del correr del tiempo y los recuerdos. Los de los equipos desaparecidos, las glorias perdidas y los cambios en los banquillos. Una cuestión de memoria.
Con muy poquito ritmo empezaba este duelo de banquillos, memorias y recuerdos, con Toupane atacando a Claver, con el Barça penando el rebote en su propia canasta sin centers de inicio y Hanga destacando en su nuevo rol ofensivo. Dos transiciones rápidas de los de verde, tras la cuarta pérdida visitante ponía la primera diferencia (13-9 min. 6) que mandaba parar rápidamente el entrenador maestro. El pecado de las bolas perdidas (6) y la herida de los rebotes ofensivos (5) no era del todo aprovechado por unos locales atascados en el tiro libre y en el exterior, para irse a la primera pausa sólo con cuatro puntos de ventaja (19-15).
El segundo acto comenzaba con bombardeo verde desde detrás de la línea para una máxima de 27-19 capitaneado por Kevin Pangos. Koponen daba réplica al incremento en la cadencia de canastas en el que se convertían estos minutos y Pesic volvía a llamar a los suyos a la banca tras recibir 15 puntos en apenas cuatro minutos. No fluía la defensa azulgrana y se ahogaba su basket delante, para un ya preocupante 40-29 tras una buena continuación de Davis. La defensa del discípulo desdibujaba el ataque del maestro, dejando un 44-34 camino de los vestuarios.
Un triple de inicio de Toupane ponía la máxima ventaja local a la vuelta de las cabinas. El propio alero francés culminaba una contra poco después para amenazar con la rotura de la partida. Entre Tomic y Oriola sostenían la sangría, para seguir compitiendo la cosa y para aflorar un nuevo enfado de Jasikevicius. Con Heurtel, Jackson y Navarro en el backcourt catalán, White hacía cinco puntos seguidos para un +17 espectacular. Salía a escena el Zalgiris de toda la temporada y sí, también el Barça de todo el año, salvo el oásis de la Copa, claro. Pangos seguía encontrando las cosquillas de la defensa visitante para redondear la diferencia en los 20 de ventaja (70-50 min. 29) y retornar a los malos recuerdos.
El basurero de los minutos intrascendentes de este Barça europeo se llenaba nuevamente con otro cuarto de condena en lo que parece ya una reminiscencia recurrente en esta temporada, por mucho que Oriola no quisiera. Se divertían por contra los más de 14.000 lituanos y lituanas con el recital de un equipo de los que dicen modestos que asoma la ventaja de campo en los play offs, codeándose con los grandes presupuestos continentales. Todo un recuerdo que guardar en la memoria de los locales. Toda una memoria que borrar para los visitantes.
1 Daniel gana a Miyagi: todas las previas de hoy apuntaban al reencuentro entre Svetislav y Sarunas, entre entrenador y base titular, entre Daniel y Miyagi. Aquello que el maestro enseñara al alumno, éste ya llevaba tiempo implementándolo en el equipo revelación de la temporada europea. Y hoy, el Daniel Jasikevicius le daba un repaso de condena clasificatoria al Miyagi Pesic para asomar la última plaza de la tabla al equipo que compartieran allá por los albores del siglo XXI. Una lección defensiva que ahogaba aquellos ataques sencillos y claros que propone Pesic para este Barça de reconstrucción y una batalla en el rebote en la que el discípulo ponía todas las ansias como clave para ganarle el combate a su instructor. Hoy, Daniel ganaba claramente a Miyagi.
2 La manida intensidad: si ha habido una palabra que se haya repetido en la temporada blaugrana con asiduidad y alebosía esta de la intensidad ha sido ella. Como si de un mantra se tratara, la metamorfosis que vive este Barça con o sin ella es tal, que ha sido capaz de pasar de los ridículos más bochornosos a levantar un título copero. Hoy, tocaba la versión sin la manida palabra y, por consiguiente, una nueva paliza que desterrar en la memoria azulgrana de esta curiosa temporada. Las 16 pérdidas acumuladas y, sobre todo, los 12 rebotes ofensivos consentidos atestiguan la falta de aquella manida palabra. Ayyyy, las cosas de la intensidad.
3 El Pangos de siempre y el nuevo Toupane: más allá de las batallas tácticas desde las pizarras eran los jugadores los que tenían que ejecutar todo aquello planificado. Y hoy, los de verde llevaron a la práctica muchísimo mejor todo eso que su entrenador dibujó. Kevin Pangos generaba casi en cada posesión, en la primera parte con sus puntos y en la segunda repartiendo desde el 2x2. El Pangos de siempre, vamos.
There goes @Brandon_Davies0 again!
— EuroLeague (@EuroLeague) 1 de marzo de 2018
And #7DAYSMagicMoment pic.twitter.com/CO4gpCbiGc
Todo lo contrario del factor X del choque, un desatado Toupane que se fue hasta su máxima anotación de la temporada, haciendo cuatro triples sin fallo y hasta 21 puntos del nuevo Toupane.


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Comentarios
O han decidido hacer el ridículo en Euroliga, ahorrar fuerzas y centrarse en la ACB o el efecto Pesic se ha diluido como un azucarillo tras la copa. Si lo primero, mal, porque a parte de elegir la Euroliga para hacer el indio no es lo más inteligente, cuando un equipo empieza a flirtear con el juego de esta manera, suele ocurrir que cuando se quieren poner en serio y no les sale, naufragan sin remedio. Y si lo segundo, mal también, porque entonces el Barça ya puede ir haciendo balance de la temporada. No sé, a ver cómo responden en ACB, pero estoapunta a que la imagen de el Barça de la copa será solo la imagen de lo que un equipo podía haber llegado a ser si hubiera habido profesionalidad y buen trabajo, lo cual al buen aficionado culé supongo que le dará aún más rabia.
Harían bien en ser un poco más profesionales y dejar de arrastrarse en la Euroliga. Pueden ser un equipo duro y competitivo como han demostrado en la Copa. Lo de la competición europea es de vergüenza. Paliza tras paliza.
Escandaloso ? Patético ? Desmadre ?
No se ya que decir, de cómo calificar esta auténtica tomadura de pelo, es que no tengo palabras.
Sito Alonso, Pesic, Nacho Rodríguez ...
El barça siempre arruinandome las apuestas.... Ni efecto Pesic ni nada