España consiguió su primer triunfo en estos Juegos Olímpicos tras doblegar a una Nigeria que peleó y luchó hasta la extenuación. Los de Scariolo fueron una montaña rusa, encadenaron minutos buenos con otros alarmantes y Nigeria lo aprovechó para ponerse por delante a diez minutos del final. Cuando la necesidad apretaba, Navarro y Willy aparecieron para apagar el fuego, para darle a España una bombona de oxígeno a la que agarrarse. Al final, la Selección Española salvó el match-ball y sigue viva, de momento
La soledad del Carioca Arena 1 por el hallazgo de un paquete sospechoso, pero España no sentía el frío en esos instantes. Los de Sergio Scariolo se jugaban la vida y en el inicio quisieron mostrarse muy agresivos de cara a canasta, buscando siempre la mejor manera de correr. Nigeria, por su parte, intentaba con descaro superar la defensa hispana, pero los lanzamientos de tres puntos no les estaban entrando. España puso tierra de por medio rápidamente, aprovechó los problemas defensivos de los africanos, siendo Ricky Rubio uno de los hombres más destacados en ese primer cuarto. Los españoles encontraron la inercia positiva suficiente como para ponerse el mono de trabajo y cuajar sus mejores minutos en estos JJOO, marcando su territorio desde el principio (11-25).
Nigeria no quería perderle la cara al partido, necesitaba encontrarse más cómoda sobre la pista y la forma de hallar ese camino era la velocidad. De esa manera, los de William Voigt empezaron a mostrarse tal y como son, consiguiendo mejorar sus prestaciones de forma notable en ambos lados de la pista. Por otro lado, a España le salían mejor las cosas; la defensa física de Nigeria era superada con pases y con buenos tiros. No obstante, todo se iría al traste; las pérdidas y otro atasque hispano, dieron vida a una Nigeria que se desquitaba los grilletes de sus problemas en el primer periodo. España entró en la misma mala dinámica de los dos primeros partidos con demasiada facilidad y los africanos llamaban a la puerta (41-43).
La defensa española empezó a funcionar tras el descanso, haciendo hincapié en una presión en toda la pista que pronto daría sus frutos. Con la mejor versión de Ricky y Rudy en ambos lados de la pista, España cogió alas; los ex jugadores de la Penya consiguieron abrir brecha en el marcador en un momento en el que la necesidad de mejorar las sensaciones apretaba. Pero, otra vez, Nigeria apretó y España se perdió en ataque, además de estar más pendiente del arbitraje que de otra cosa. Los hispanos perdieron trece puntos de ventaja en un visto y no visto, y los africanos revolucionaron el partido con un ritmo frenético en la que España se enredó tanto que hasta perdieron su ventaja en el marcador (66-65).
Las alarmas empezaban a sonar, y por la cabeza de muchos pasaban los peores augurios. Sin embargo, Juan Carlos Navarro apareció como Batman y Willy Hernangómez como Robin para cambiar las tornas; ambos jugadores tiraron de personalidad para sobreponerse a los problemas. Pero Oguchi seguía a lo suyo, hechizado por las circunstancias y con la línea de tres como arma más letal, aunque otra vez Juan Carlos Navarro hizo acto de presencia para anotar otro triplazo y poner un poco de ventaja que daba algo de tranquilidad (69-77).
Navarro era el hombre, necesitaba un partido así, necesitaba decir una palabra más alta que la otra y lo consiguió con maestría, demostrando que quería más. Nigeria se defendía con fuerza, había cogido el toro por los cuernos y tiraba de físico para dejar seca a España en ataque. Sin Pau, fuera del partido por varios encontronazos con los colegiados, la Selección Española estaba cumpliendo, pero Oguchi machacaba a sus defensores con fiereza para acercar de nuevo a los africanos en el marcador. España no conseguía marcharse (79-81).
Los de Scariolo necesitaban solvencia, necesitaban tres minutos a tope tras un partido en el que habían jugado como si de una montaña rusa se tratase. Pau volvió a pista y Felipe empezó a convertirse en el buque insignia del rebote defensivo en un momento importantísimo, algo que rubricó desde la línea de tiros libres. Otro colchón daba algo de aire a España, pero Nigeria seguía empeñada en ganar. A pesar de ello, ya no había marcha atrás, y tras una canasta de Gasol convirtió el final del partido en un quiero y no puedo de una Nigeria que lo dio todo.
España salvó el match-ball, de momento.
Así están las cosas para #ESP en #Baloncesto masculino:
a) con una derrota más, a casa.
b) con 2 victorias: 2º, 3º ó 4º (lo más probable 3º)— MisterChip (Alexis) (@2010MisterChip) 12 de agosto de 2016