El baloncesto europeo ha vivido grandes momentos con jugadores nacidos en la antigua Yugoslavia. Toni Kukoc, Vlade Divac, Dejan Bodiroga y por supuesto el inolvidable Drazen Petrovic son la mejor muestra de ello. Después de la maldita guerra de los Balcanes, tan maldita como cualquier otra guerra que ha existido y existirá sobre la faz de la tierra, cada uno de ellos recaló en su respectiva selección; Bosnia-Herzegovina, Croacia, Macedonia, Montenegro, Eslovenia y Serbia.
Pero todos ellos tenían un denominador común, una manera de jugar y sentir el baloncesto única, muy particular y como no puede ser de otra manera, repleta de una inmensa calidad.
En nuestras días, la fuente inagotable de producción de buenos jugadores de baloncesto que es la zona de los Balcanes, no se ha agotado, ni muchísimo menos. En la Liga Endesa tenemos a Ante Tomic, Luka Doncic o Jaka Blazic entre otros y en Euroliga están Kuzmic y Milko Bjelika, por nombrar a alguno.
Pero quien lleva el estandarte del buen baloncesto de la actual Serbia, no puede ser otro que el Estrella Roja de Belgrado.
Quizá sea de momento la pequeña gran sorpresa de la competición. Pero, después de 20 jornadas disputadas de la Euroliga, es un poco atrevido mantener esta afirmación. Los de Dejan Radoncic, el montenegrino era un gran desconocido para las altas esferas del baloncesto europeo, ha logrado un equipo muy compacto, fuerte en defensa y con un baloncesto basado en la colectividad; lejos de grandes momentos de espectáculo pero con una enorme efectividad.
La virtud principal del equipo es la defensa. Recibe tan sólo 73 puntos de media por partido lo que le lleva a ser la mejor defensa del campeonato. En ataque tiene su tendón de Aquiles ya que es el segundo equipo que menos anota junto al Panathinaikos con 75 puntos. Una exigua diferencia respecto a los puntos encajados, pero a pesar de ello es el cuarto mejor balance de la Euroliga entre puntos a favor y en contra con 44 puntos.
En la actualidad es el equipo que más en forma está de toda la Euroliga. Es quinto en la clasificación, lleva la friolera de 7 victorias seguidas, las dos últimas esta misma semana en Vitoria y en casa frente a Panathinaikos, marca esta que ningún equipo esta temporada ha logrado un hito semejante. Tan sólo los Todopoderosos CSKA y Real Madrid han logrado 6 victorias de manera consecutiva.

También tiene a sus estrellas particulares. La principal es el center serbio Ognjen Kuzmic que es el MVP del equipo. Alcanza una valoración de 16 tantos, con unos números de 10 puntos y 8 rebotes. Estos últimos números le hacen ser el máximo reboteador de la competición. A su lado tenemos al anotador del equipo, el también serbio Marko Simonovic con una media de 13 puntos por encuentro y con una valoración de casi 12. Y para terminar la tripleta está Stefan Jovic. El alero serbio es el otro jugador del equipo que llega a los 10 tantos de valoración.

Del resto del equipo destaca Milko Bjelika. El ya veterano ala-pivot serbio aporta calidad en momentos puntuales, ya que juega una media de 16 minutos y medio en los que anota 8 puntos, captura 3 rebotes con una valoración de 8. El base de Brooklyn, Charles Jenkins es el otro jugador del equipo que llega a 8 en la estadística de valoración. El ex de Warriors y Philadelphia, es el jugador de toda la Euroliga que más balones roba con más de 2 por partido. Además de anotar 8 puntos, capturar casi 2 rebotes y dar 2.5 asistencias por partido.
Marko Guduric, Deon Thompson y Nate Wolters completan una rotación cuyo único objetivo es aportar un granito de arena para que el equipo logre su gran objetivo de la temporada que no es otro más que entrar en los Play Off de la Euroliga. Y si se puede, lo más alto posible.
De momento van por el buen camino.
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La pasión con la que se vive el baloncesto en Belgrado es algo que traspasa la pantalla de la televisión. El Kombak Arena, lugar donde se jugará la Final Four de 2018, se llena cada partido, la afición es el sexto jugador del equipo animando y porque no decirlo, apretando todo lo que puede al equipo visitante. Como muestra nos vale con ver cómo se vivió la última victoria en casa frente al Panathinaikos de Xavi Pascual. Toda la gente enchufada al partido desde el minuto -55 y dándolo todo en cada acción de los de Radonjic.
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Para finalizar no nos queda más que reiterar la afirmación de que Estrella Roja puede que sea la pequeña gran sorpresa de la presente Euroliga, no porque no haya hecho méritos más que suficientes para destacar, si no por estar delante en la clasificación de nombres ilustres como Baskonia, Panathinaikos o Maccabi.
Pero lo que está claro es que Estrella Roja ha llegado para quedarse, para lograr disputar unos Play Off que le den una pequeña opción de entrar en la Final Four de Estambul. Y quizá tan sólo con esa pequeña posibilidad, es más que suficiente para un equipo y una ciudad que sabe vivir y sentir el más puro baloncesto en su esencia más auténtica.