
Estrella Roja se mostró muy sólido desde el primer minuto, dispuesto a no conceder al Madrid ni un mínimo de comodidad sobre el parqué del Wizink Center. Atrapado en sus propios errores (5 pérdidas de los blancos en los primeros 5 minutos), los blancos se veían incapaces de superar una férrea defensa que, sin embargo, castigaba a Estrella Roja con el bónus después de poco más de 3 minutos de juego (8-11). Salió Doncic desde el banquillo para anotar 12 puntos casi sin fallo y revolucionar el encuentro, poniendo a los suyos por delante al final del primer cuarto (24-19).
En el segundo periodo, los de Alimpijevic dieron una rosca más en defensa para terminar de desquiciar al Real Madrid. El partido se encharcaba y, con un parcial de 4-13, Estrella Roja volvía a ponerse por delante (32-36) ante un Madrid más incómodo que nunca. La vuelta de Campazzo sentó bien a su equipo, aunque se encontró con un Taylor Rochestie “on fire” (12 puntos en la primera mitad), que se encargó de premiar el sacrificio de los suyos para poner, casi por su cuenta, el 39-46 al descanso.
Estrella Roja volvió a salir más enchufado en la reanudación y con un triple de Antic ponían la máxima en el minuto 24 (47-60). La entrada de Rudy y Randle fue decisiva para irse metiendo poco a poco en el partido a pesar de que la defensa serbia seguía sin dar un respiro. Una buena lectura en la salida de presión permitía al Madrid conseguir las primeras canastas fáciles del partido y con cuatro tiros libres conseguían reducir la distancia hasta el 58-65, pero Davidovac, casi sobre la bocina, ponía las cosas más difíciles a falta de 10 minutos.
Cuando peor pintaban las cosas, fue el Madrid quien, junto con los más de 9.000 espectadores del Wizink Center, dejaba sin opciones a su rival, masacrándolo, además, desde el triple. El segundo consecutivo de Carroll ponía a los de Laso a tiro (66-67), pero Estrella Roja contestaba a cada lanzamiento con otro en el otro lado. Doncic empató por partida doble a 79 y a 81, pero perdió el balón decisivo que les hubiese puesto por delante a 30 segundos para el final. Fue Pero Antic el encargado de rematar el partido con un triple a 7 segundos para el final. Todavía hubo tiempo para un déjà vu en el que Rudy la perdió en la jugada de saque de banda que, aunque improbable, podría haber dado alguna opción al final del encuentro.

Doncic como revulsivo desde el banquillo. El esloveno dio la cara por los suyos al inicio del partido, saliendo desde el banquillo y firmando una serie inmaculada de tiro. Salvo un lanzamiento que intentó “in extremis” desde medio campo, Doncic se fue con 12 puntos en 4 minutos con 2/2 en tiros de dos, triples y tiros libres. Acabó desquiciado por el constante acoso de la defensa serbia (10 faltas recibidas, que pudieron ser más) y tomó una mala decisión en el ataque que les hubiese puesto por delante con 30 segundos por jugarse.
La apuesta por la defensa al límite le dio la victoria a Estrella Roja. No dejaron de apretar en todo el encuentro. Tenían una directriz clara y, aunque arriesgada (los jugadores más importantes acabaron con 3 o más faltas), acabó siendo la clave para la victoria. Cambiaron en la defensa del base durante todo el encuentro, buscando al jugador que, liberado de faltas, pudiese meter manos, aprovechando un criterio arbitral basado en pitar lo justo y necesario. El Madrid, salvo en las figuras de Campazzo, Randle y Rudy, no supo leer esta circunstancia y acabó desquiciado.
Un último cuarto trepidante y surrealista. La carta de tiro lo dice todo. Durante los primeros 7 minutos del encuentro, solamente un tiro de Carroll (pisando, además) fue de dos puntos. Dos de Rudy fueron contestados por Dangubic para el 69-76. Después fueron Thompkins, Dobic y Carroll quienes se unían al festival, antes de que cuatro tiros libres de los blancos empatasen a 81. Finalmente, 4 míseras canastas de dos frente a 10 triples anotados por ambos equipos. Una inusual lucha que acabaron llevándose los balcánicos (17/40 desde el exterior para ellos).



