No pudo ser. Bizkaia Bilbao Basket no pudo dar una alegría a su afición, que había acudido en masa al Buesa Arena. Alba de Berlin fue superior, gestionó mejor sus ataques y disputará la final ante Power Electronics Valencia, tras ganar a los de Katsikaris por 77-70. Ganó el oficio y la experiencia frente al deseo y el ímpetu.
Tensión desde el inicio en esta segunda semifinal. Bizkaia Bilbao Basket planteaba una defensa al límite, liderados por un motivadísimo Jerome Moiso. El galo era un muro infranqueable para Sekulic y en ataque se iba hasta los 6 puntos en pocos minutos. Alba Berlin no es, sin embargo, un rival que se venga a abajo a las primeras de cambio. Los de Pavicevic se fueron asentando en la cancha. Los berlineses llegaron al final del primer cuarto con igualdad en el luminoso (18-18) y empezaron a marcar diferencias en los primeros minutos del segundo periodo (31-22, min. 14).
La defensa de Alba Berlin se le atragantaba a Bizkaia Bilbao Basket, que no encontraba buenas posiciones de tiro y abusaba del lanzamiento exterior. Adam Chubb (15 puntos al descanso) aprovechaba a la perfección la ausencia de Moiso para anotar en la pintura. Precisamente la vuelta del pívot galo supuso una bocanada de aire fresco para los de Katsikaris. Con Moiso en pista, aportando en positivo, pero con un ataque muy deslabazado, los vascos alcanzaban el descanso con una desventaja de 5 puntos (35-30).
La corta renta de Alba Berlin parecía una losa infranqueable para los de Katsikaris. Los germanos se mueven perfectamente en este tipo de situaciones; optimizando sus recursos ofensivos y aplicándose duramente en defensa. Los vascos ponían la pasión y el deseo, pero el acierto no les acompañaba. Alba Berlin minaba, además, la moral de los jugadores de Bizkaia Bilbao Basket anotando, una y otra vez, sobre la bocina de final de posesión. 7 puntos era la ventaja teutona de cara a los minutos definitivos (56-49). Mal estaban las cosas para los intereses de Bizkaia Bilbao Basket.
Un par de acciones positivas en defensa y un triple de Blums situaban a los bilbaínos a 4 puntos de los berlineses (58-54, min. 33), e incluso, el propio jugador letón y Markota tenían la oportunidad de poner a 1 a su equipo. En el otro lado de la cancha, a Immanuel McElroy no le temblaba la muñeca y dejaba las cosas en su sitio (61-54, min. 35). En un último esfuerzo, los triples de Hervelle y Mumbrú volvían a insuflar moral en las filas bilbaínas. Pero se repitió la historia: Mumbrú perdió la oportunidad de poner a 1 a su equipo y McElroy volvió a enmudecer el pabellón con otro triple (70-64, min. 39). Misión imposible. 77-70 para Alba Berlin. Jarro de agua fría para los de Katsikaris y para los más de 3.000 aficionados bilbaínos congregados en el Buesa Arena.
Encuentro impecablemente bien planteado por Pavicevic. Su equipo estuvo perfecto en defensa y muy eficaz en ataque (con continuos pick`n roll-es para Chubb y jugadas individuales de sus exteriores). Contó con un Adam Chubb, que completó el partido de su vida (27 puntos y 7 rebotes), hizo de Banic, anotando en posiciones cómodas y siendo muy bien buscado por sus compañeros; además, también es de destacar la labor de los ya habituales Immanuel McElroy (13 puntos) y Julius Jenkins (11 puntos).
Por parte bilbaína, mal encuentro en ataque; abuso del tiro exterior, con muy malos porcentajes (5/23). Jerome Moiso fue el mejor con 12 puntos, 3 rebotes y 2 tapones. Chris Warren estuvo mal en el tiro exterior, pero aportó en el rebote y anotando en penetración (14 puntos y 8 rebotes). En lo negativo, a destacar el pobre partido de Marko Banic. El MVP del torneo estuvo completamente desconocido, acabó el partido con 4 puntos y 1 rebote.