No fue solo un mal partido. Algo en el pulso de Manresa se detuvo por un instante en Eurocup. Ahora, en Lituania, el equipo busca reencontrarse con su propio ritmo y volver a la senda del triunfo. No será fácil. Los viajes empiezan a pesar. Ganar fuera de casa siempre es complicado.
La bestia del rebote: El rival de Manresa que domina las “segundas vidas” y castiga cada despiste.
Neptunas Klaipeda no es un rival cualquiera. Su fortaleza está en el rebote ofensivo donde domina con autoridad, castigando cada despiste y generando segundas oportunidades que rompen el equilibrio. Para Baxi Manresa, el desafío está claro: controlar el aro y recuperar el control del ritmo, aquello que le hizo perder en su último encuentro europeo, frente a Bahçeşehir College en el Nou Congost (67-81). El conjunto catalán sabe que si permite al rival más de una vida por jugada, el partido se escapa por inercia.
El jugador que más preocupa en el Neptunas Klaipeda es Donatas Tarolis, ala-pívot lituano de 31 años y 2,02 metros, que está firmando un inicio de EuroCup sobresaliente. Promedia 16 puntos y casi 5 rebotes por partido, siendo el faro ofensivo de su equipo y una amenaza constante en la pintura. Su versatilidad le permite anotar tanto al poste como desde el perímetro, y su lectura del juego convierte cada bloqueo en una oportunidad. Tarolis no necesita mucho para encenderse: cuando encuentra ritmo, arrastra al resto del equipo con su intensidad y su capacidad para castigar segundas opciones. Frenarlo será una de las prioridades de Manresa si quiere mantener el control del partido en Lituania.
Una reacción que puede marcar el curso de Baxi Manresa
Manresa afronta este viaje al norte de Europa como una oportunidad para reafirmarse. Más allá de la clasificación, el grupo necesita volver a sentirse equipo, reconocerse en su juego coral y en esa mezcla de calma y energía que lo ha definido. Ya han dado el primer paso tras ganar a Bilbao Basket en ACB. Ahora, Jugadores como Dani Pérez, Álex Reyes o Retin Obasohan tienen el reto de sostener el equilibrio, de ser los puntos de apoyo cuando el rival aprieta y favorecer un contexto donde los jóvenes y los que aún están por adaptarse vuelvan a sentirse cómodos.
El calendario no da tregua y la EuroCup no perdona, pero es en esas noches donde se mide la madurez de un proyecto. Si el Manresa logra imponerse en el esfuerzo, más que en el marcador, podrá considerar la misión cumplida. Porque en esta fase de la temporada no se trata solo de ganar, se trata de no perder lo que te hace reconocible.