El Palau Sant Jordi se prepara para lucir sus mejores galas para ofrecer el mayor espectáculo del baloncesto europeo, así pues, los camerinos se decoran para dar cabida a la constelación de estrellas que nos deleitaran con un fin de semana de puro baloncesto. Allá van algunas de ellas.

Panathinaikos

Si hay alguien que destaque de sobremanera en el esquema del Panathinaikos ese es el máximo candidato al MVP de la temporada, Dimitrios Diamantidis. El carismático base griego ha sido el mejor jugador de la temporada y máximo artífice –junto a Mr. Zeljko Obradovic– de llegar hasta la Final Four y levantar el máximo entorchado europeo después de dos años.

Él es el hombre, es el Panathinaikos. Completísimo, hace de todo en la pista y desborda liderazgo. Crea el juego, bien como base puro o desde una posición más próxima al point-forward que otra cosa, es el pegamento en la extraordinariamente agresiva defensa de los verdes y cuando hay que aniquilar, el es el que pone la mira telescópica para dar el tiro de gracia. El día de su cumpleaños solo tiene una misión: vencer a Montepaschi y poder disfrutar de una final, uno de esos partidos donde el se siente como pez en el agua.

A pesar de que el factor 3D es indispensable, hay otras estrellas que relumbran en el cielo ateniense, como el veterano Mike Batiste, que ha vuelto a realizar otra gran temporada a pesar de no ser ya aquel jugador que combinaba fuerza y capacidad- atlética. Batiste es ahora un jugador más de pintura que con mucha fuerza y agresividad puede anotar cerca del aro. No nos olvidemos como Romain Sato, potentísimo alero que al igual que su compañero Fotsis, pueden estallar en cualquier noche a pesar de su irregularidad. Drew Nicholas también está siempre ahí al olor de la sangre, a pesar de su irregularidad ofensiva, siempre le gusta lanzar los tiros clave por muy difíciles que sean, con una especial facilidad para hacer tiros en giro en el aire.

Montepaschi Siena

A pesar de la larga lesión de estrella, Bo McCalebb, el Mens Sana Siena ha conseguido llegar hasta la Final Four después de un estrepitoso comienzo de playoff en El Pireo. Sin él, han conseguido dejar en la estacada a uno de los dos grandes favoritos del torneo, el Olympiacos.

En esta Final Four ya se espera una buena versión de McCalebb, que hasta la lesión partía como uno de los favoritos para llevarse el Mvp de la temporada. Base americano, tremendamente físico y atlético, que es perfecto para el juego explosivo y abierto del Montepaschi. A través de su velocidad anota y crea y además nos deja highlights extraordinarios en nuestras retinas. Sin duda, su duelo con Diamantidis promete ser de altos vuelos.

Los otros líderes, se podría decir que de siempre, son el dúo lituano formado por Lavrinovic y Kaukenas. Ksistof Lavrinovic siempre está ahí, un jugador comprometidísimo con el proyecto toscano. Tremendamente completo puede hacer daño de espaldas y de fuera hacia adentro. Kaukenas, volvió a Siena cual hijo pródigo tras una mala experiencia en Madrid. El sistema de la otra gran estrella – Pianigiani– le va como anillo al dedo y se ve menos encorsetado, con licencia para tirar y ser muy vertical al aro.

Siempre a la sombra, recordar, el siempre genial trabajo de Shaun Stonerook a pesar de sus números. Añadir además, a sus dos aleros, David Moss y la explosión final de temporada –tras una lesión- del completo alero Malik Hairston, que llega como una bala dispuesto a utilizar toda su fuerza en el juego.

Real Madrid

El Real Madrid vuelve a su territorio natural, la Final Four, en la ciudad de su eterno rival, Barcelona. Tras una temporada un tanto extraña, con la rara salida de su técnico Ettore Messina, el Real Madrid llega con una escuadra equilibrada con grandes jugadores aunque sin una estrella demasiado rutilante.

El puesto de base lo tiene extraordinariamente bien cubierto, con tres jugadores de primera línea en Europa, como Pablo Prigioni, un jugador que se puede crecer por cuestión de carácter en un choque como estos, un Sergio Rodríguez que se siente feliz cuando tiene responsabilidad y que puede ser una de las sensaciones de la cita de Barcelona o Sergio Llull, el jugador que cambia el ritmo del partido o los revoluciona con su velocidad en un momento concreto, si bien sus decisiones a veces son erróneas por exceso de adrenalina.

Carlos Suárez es uno de los aleros más completos de la competición, no absorbe balón anota desde fuera, de fuera adentro o en el poste bajo y rebotea como un pívot. Su adaptación a estos niveles ha sido asombrosa. Infravalorado está Clay Tucker, que sin duda alguna es el mejor defensor de este equipo, más allá que en ataque pueda tener el día o no.

Fischer, Tomic, Reyes y Mirotic forman una columna interior sólida, con el primero en estado de gracia en las últimas fechas. Siempre volando por encima del aro, el pívot americano es uno de los jugadores más en forma de la competición. La calidad de Tomic –aunque excesivamente blando- y de Reyes está fuera de toda discusión, mientras que Mirotic ha ganado el rising star y se ha convertido en un factor clave para los merengues, sobre todo en el clutch time.

Maccabi Tel Aviv

Maccabi es otro equipo al que le gusta jugar muy duro. Es el equipo más físico y atlético de la Final Four. Les falta Doron Perkins que formaba un dúo muy difícil de parar en ambas partes de la cancha con Jeremy Pargo, que se ha convertido en la gran estrella del equipo.

Jeremy Pargo empezó de forma lenta, pero su fase final ha sido totalmente estelar. Su tiro ha mejorado una barbaridad en los últimos años hasta el punto de ser incluso un buen tirador, en velocidad es imparable, así como en el 1×1 donde crea con facilidad pasmosa.

Chuck Eidson es la otra gran estrella. Elegantísimo alero todoterreno zurdo, que puede hacer de todo, aunque como el año pasado sus prestaciones a partir del Top 16 han bajado sensiblemente. Por dentro el dúo Eliyahu-Schortsianitis son los que consumen la amplia mayoría de minutos. Eliyahu es uno de los cuatros más habilidosos de Europa, muy habilidoso de cara y de espaldas, el aro está entre ceja y ceja. Baby Shaq, está cuajando una gran temporada, muy fuerte y extraordinariamente habilidoso cerca del aro para su peso. Aún así, y a pesar de absorber mucho juego y hacerlo con éxito, el Maccabi puede ser más peligroso sin él y jugando aún más rápido si cabe.

Cuidado con los dos tapados, David Blu, un excelso tirador que puede matar desde cualquier rango y Guy Pnini, muy enérgico y buen tirador, sobre todo desde las esquinas.