La Virtus de Roma repite este año en la Euroliga con ganas de tener un año sin tantos sobresaltos como la pasada temporada, en la que tras un inicio, horrible, en la que llegó a encadenar seis derrotas consecutivas, lograron pasar al Top 16. El objetivo de los romanos debe ser adquirir una regularidad, y llegar hasta donde lo hizo la pasada temporada.

Para esto, el conjunto de Claudio Toti y de Dejan Bodiroga, – ahora en los despachos como General Manager-, ha realizado varios cambios y mantiene parte de la plantilla del pasado año, como por ejemplo la inesperada continuidad de Hawkins. En Roma, se espera un año más tranquilo, en el que los cambios durante la temporada en busca de la configuración ideal, le estuvieron lastrando todo el año.

Herencia del año pasado

En el párrafo anterior se menta la dificultad que tuvo el año pasado el equipo romano para encontrar una configuración idónea para poder competir. Desgraciadamente esto, es algo que atañe a la amplia mayoría de equipos de una Lega, bastante devaluada por la marcha de los más importantes mecenas que les surtían de dinero, a excepción del poderoso Mens Sana de Siena. Por esto, el club romano ha tenido que recortar gastos, por ello, no pudieron fichar a Jasaitis, o por ejemplo han tenido que bajar el 40% de la ficha del otrora potencial estrella europea David Hawkins.

Además la marcha de Dejan Bodiroga deja en el Palalottomatica, un hueco muy difícil de cubrir.

David Hawkins marcado como un jugador con potencial para ser una estrella europea, no logró rendir el año pasado al más alto nivel continental. Jugador muy físico, intentará redimirse este año, tras su mala temporada finalizada con un positivo por marihuana.

En el exterior continua, gente como Giacoppo Giachetti en el puesto de base “microondas” suplente, Jon Steffansson, que llegó mediada temporada en la operación Mavrokefalidis, y que se ha convertido en una de las mejores bazas del equipo romano, con su buena capacidad en la anotación y una buena visión de juego.

Erazem Lorbek, tras una mala media temporada en Málaga y la polémica en la que se vio salpicado por el caso Cuccarolo, encontró la estabilidad en Roma, donde vuelve a demostrar porque fue el mejor junior de Europa, y fue nominado a la mejor estrella emergente hace unas temporadas. Un jugador, con una clase enorme tanto para jugar de espaldas como de frente, pero con una mentalidad un tanto dudosa.

Siguen en el interior del año pasado también, el cuatro-tres argentino Roberto Gabini, un viejo conocido ACB, que tendrá buenos días en ataque y otros en los que se dedicará a realizar el trabajo sucio y Alessandro Tonolli, todo un clásico romano, cuyo papel será básicamente defensivo.

Los nuevos jugadores

A Roma han llegado jugadores que tienen que aportar inmediatamente, y otros cuya incursión en la plantilla es meramente anecdótica como los jovencísimos Casale, Valeriani, e incluso Bagnoli, aunque este podrá disponer de algunos minutos.

También han recalado en Roma jugadores con experiencia a nivel continental, como Gregor Fucka, un auténtico clásico del baloncesto europeo, que con 36 años, vuelve a una de sus competiciones favoritas, para ofrecer su experiencia y su escuálido cuerpo con brazos interminables lleno de calidad en las dos partes de la cancha.

Roko- Leni Ukic, tras dos temporadas no demasiado buenas, llega a la capital Italiana para asentarse, con un estilo de juego más de director, – ya era un buen director en sus primeros años en Split-, pero sin perder esa magia anotadora, y el mejor manejo de balón del continente. El danés Drejer también llega al exterior romano, con ganas de afianzarse como un jugador completo, capaz de asistir, rebotear y anotar. Su frialdad, lo convierte año tras año en un jugador que es una incógnita.

El fichaje estrella del año ha sido el de Erik Daniels, un cuatro con gran físico, capaz de jugar como un interior, rebotear como un salvaje, tirar y jugar de fuera hacia dentro como un alero. Su regreso tras una lesión que sufrió en pretemporada tendrá lugar en Noviembre.

Sin experiencia, pero con muchas miradas puestas en él, Allan Ray, famoso por salírsele un ojo en un partido universitario, es un jugador que tiene que ser clave en el exterior virtusino, gracias a su tiro en cualquier posición, y su capacidad penetradora.

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