El partido llegó al descanso y el DKV no podía haber soñado una noche mejor. Retorno a la máxima competición continental, presentación de la competición en su propio pabellón, uno de los favoritos en el otro lado de la pista y demostración de nivel por parte de los de Aíto: 18 puntos de ventaja.

Los verdinegros habían conseguido maniatar al Panathinaikos en defensa y aprovechar la superioridad de Betts en la pintura para imponerse en la zona a los de Obradovic. Además, Lubos Barton estaba dando una demostración de como ser un jugador completo y Ricky Rubio daba sus primeros pasos en Euroliga -ante el mejor defensor de los dos últimos años, Diamantidis- ante los problemas de faltas de Bennett.

Pero tras el descanso el sueño se derrumbó. Batiste y Tomasevic bloquearon la parte de arriba de la zona, dando muchas facilidades a los aleros griegos, Tony Delk demostró que no ha venido a Europa de vacaciones y en un abrir y cerrar de ojos el Panathinakos se había vuelto a meter en el partido.

Elmer Bennett resurgió en la segunda parte con una serie anotadora impecable que permitió mantener las opciones al DKV. Pero Batiste estaba imparable y la remontada iba consumándose paso a paso. Un triple de Becirovic y dos puntos de Hatzivrettas igualaron la contienda. Después un afortunado triple de Diamantidis (el balón golpeó en el aro, rebotó hacia arriba y cayó en la red) puso por delante a los griegos, que no perderían la iniciativa en el carrusel de faltas personales.

El triple de Rudy Fernández en el último segundo tras marcarse un “coast to coast” sólo sirvió para dejar la diferencia final en tres puntos: 79 a 82.