El Unicaja de Málaga hizo historia consiguiendo por primera vez su pase a la final a cuatro de la máxima competición del baloncesto europeo por clubes tras vencer al Barcelona por 67 a 64.
Los malagueños recibían horas antes del partido el mazazo de la baja de Daniel Santiago durante las próximas seis semanas, pero supieron reponerse y presentar alternativas en su juego.
Con unos sistemas muy encaminados a jugar con cuatro “pequeños” en pista y una defensa muy activa consiguieron llevar la ventaja durante la primera parte y el principio del tercer cuarto, en el que llegaron a ponerse 10 puntos arriba.
Sin embargo, el Barcelona apretó los dientes y consiguió darle la vuelta al marcador con una buena actuación de Fran Vázquez. En los últimos minutos utilizó a Kakiouzis para intentar contrarrestar la alternativa de Scariolo, que situó a Tusek de “center” y a Jiri Welsch de “cuatro”.
Con esta configuración Unicaja reactivó su juego y la igualdad volvió a adueñarse del partido. Roko Leni Ukic desentrañaba las defensas malagueñas con acciones individuales y Tusek anotaba desde la línea aprovechando su superioridad.
Pero finalmente fue la clase de Pepe Sánchez la que decidió el partido. Un triple del base internacional argentino en el momento clave apuntilló al Barcelona, que aunque intentaba a la desesperada volver a ponerse por delante en el carrusel de tiros libres finales no lo conseguía.
Dusko Ivanovic se queda sin su tercera Final Four consecutiva, pero Unicaja hace historia, se planta definitivamente en la élite del baloncesto europeo y estará en Atenas: “Para nosotros es como ganar un título“, dijo el protagonista Pepe Sánchez.
El Maccabi había sembrado la duda en una eliminatoria que se preveía favorable al CSKA tras su victoria en Tel Aviv el pasado jueves.
Sin embargo, Theo Papaloukas conocía la trascendencia que tenía el partido de hoy y estaba dispuesto a darlo todo no sólo para vencer y conseguir la quinta presencia en Final Four consecutiva del CSKA, sino también a dar un golpe de efecto que disipara dudas sobre el estado de forma de su equipo.
Y los rusos no dieron opción a los israelíes. “Repetimos el mismo escenario que en el primer partido de la serie“, reconocía un Neven Spahija que veía desde el banquillo cómo su equipo recibía 32 puntos en el primer cuarto y la diferencia era de 19 puntos.
No hubo demasiada historia. Los 14 puntos y 10 asistencias de Papaloukas hablan por sí solos. Y él aclara las cosas de viva voz: “Pedimos disculpas a nuestros aficionados por nuestra la en Tel Aviv, queríamos mostrar lo mejor de nosotros y por eso empezamos tan fuerte. El CSKA tiene orgullo“.
Ahora el Maccabi ya puede empezar a planear su futura temporada, en la que intentarán volver a la élite. El capitán Burstein hizo una valoración final de esta Euroliga: “No creo que hayamos tenido una temporada mala del todo, pero supongo que los cuartos de final fue lo que nos merecimos“.
El CSKA y el Unicaja ya cuentan los días que faltan para verse las caras.