A veces nos encontramos jugadores con pasado en la ACB que están en ligas tán exóticas como las latinoamericanas. Otras, en cambio, viajan al continente asiático para estar en una competición menos exigente y, dicho sea de paso, ganar más dinero. Una de las competiciónes que más llama la atención es la CBA -liga china-, pero otra que está cogiendo protagonismo es la liga de Taiwán.

Dwight Howard puso la primera piedra, Jeremy Lin siguió su estela y DeMarcus Cousins ha sido la última estrella en estar la T1-League. Pero si nos vamos fuera de la NBA, también ha habido ex ACB que han emigrado a este país emergente en el panorama baloncestístico. Como curiosidad, cabe destacar que la liga de Taiwán está compuesta por tan solo 5 equipos.

Milko Bjelica, el nuevo pívot a la sombra de Lampe

El interior montenegrino dio sus primeros pasos en Estrella Roja, pero debutó en Euroliga con Lietuvos Rytas. Tras dos camapañas en el conjunto lituano, Baskonia lo fichó. Bjelica era un fijo en la rotación de Dusko Ivanovic, aunque por delante de él siempre estaba Lampe. Aquella temporada no le fue mal, aunque en las dos siguientes se esperaba que fuera dando pasos hacia delante, y eso no acabó de suceder. En la 13-14 abandonó el club y en la 17-18 Basket Zaragoza lo incorporó a sus filas, y con los rojillos logró su tope anotador: 19 puntos ante Fuenlabrada.

Después de algunas experiencias en Europa y Japón, ha acabado en Taiwán. Tainan GH, su equipo, es el último clasificado con un balance de 4-13. A sus 39 años, Milko Bjelica está promediando 13 puntos y 6 rebotes, unos números algo por debajo de las expectativas que puede generar su nombre. Pero el ex de Baskonia y Zaragoza nunca ha destacado por ser un gran anotador, así que no es extraño que no acapare titulares con grandísimas actuaciones.

Youssou Ndoye, una auténtica referencia ofensiva en la zona

A diferencia de Bjelica, a Ndoye aún le queda aún carrera por delante, pues tiene 32 años. Tras formarse en EEUU y destacar como gran defensor en la universidad, probó suerte en la G-League. Llegó a Europa de la mano de JL Bourg, y cuatro años más tarde, Betis se hizo con sus servicios. El pívot senegalés tardó algunas semanas en adaptarse al equipo y a la competición; a lo largo de la temporada, Unicaja, Tenerife y Gipuzkoa fueron sus víctimas perfectas. Ante estos equipos, superó los 30 de valoración.

Francia y Corea del Sur fueron los últimos países en los que compitió antes de que Granada ofreciera volver a la ACB. Sus actuaciones no fueron tan estelares, pero fue un buen interior de rotación. Este año ha hecho las maletas y su nuevo equipo es Taipei TM, el mismo en el que juega el hermano del ex NBA Rondae Hollis-Jefferson. Sus números son muy buenos: promedia casi 19 puntos y más de 10 rebotes por choque. Es poco probable que lo veamos de nuevo en la Liga Endesa, pero quién sabe si en un futuro algún equipo de zona baja lo incorpora con un contrato temporal.

Egidijus Mockevicius, un “pudo ser y no fue”

Mockevicius es otro de esos jugadores que estarían en la larga lista de los “pudo ser y no fue”. No solo porque sus condiciones físicas eran notables para poder destacar en alguna liga europea e ir creciendo, sino porque cuando le llegó la oportunidad de disputar la ACB, llegó la pandemia. De hecho, antes de todo ello firmó un contrato con los Brooklyn Nets, pero no llegó a debutar en la NBA. En 2019 llegó a Fuenlabrada y, a juzgar por sus dos primeros encuentros, cualquiera podría asegurar que estábamos ante un gran jugador (21 y 17 de valoración). 

Nada más lejos de la realidad. Aunque tuvo un buen tramo final hasta que se suspendió la liga regular, la verdad es que su impacto no fue el que parecía en un inicio. Tras su paso por España, unos años en Francia, otro tiempo en Lituania y otro en Italia para acabar en Taiwán. Allí tampoco es que esté luciendo unos números muy abultados (11 puntos y 10 rebotes), pero se está adaptando poco a poco. Por cierto: es su tercer equipo de la temporada.