
El inicio de partido fue muy igualado. El dominio no lo tuvo ningún equipo -aunque Jason Thompson se impuso en la pintura– y la igualdad reinó hasta el minuto 5, cuando Fenerbahce tuvo algo más de acierto y Baskonia erró tiros en varias jugadas consecutivas (18-12, min. 7). Pero poco duró la alegría turca, ya que Shengelia (7 puntos) volvió a poner las tablas en el marcador y los rebotes ofensivos permitieron a los vitorianos irse por delante al término del primer cuarto (18-22).
El segundo periodo arrancó con dos pérdidas de balón -una por equipo- y un Baskonia que quería más. Los triples, que hasta ese momento habían sido el punto débil de los de Pedro Martínez, empezaron a entrar y Baskonia obtuvo la máxima diferencia hasta el momento (21-29, min. 14). Aunque después Fenerbahce -con un Thompson enérgico y luchador- tuviera una ligera reacción, el mando del partido lo seguían llevando los vitorianos. Y ese liderazgo en el marcador se consiguió mejorando acpectos clave como el acierto en los triples o las asistencias. Al descanso, el resultado era de 36-38.
.@JTii6 gives @Baskonia the lead at the end of the 1st.
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— EuroLeague (@EuroLeague) 5 de enero de 2018
Después del descanso, Guduric sostuvo a su equipo mientras Baskonia apretaba para irse. Los intercambios de canastas fueron recurrentes en el inicio del tercer cuarto, pero un mate de Poirier y un 2+1 de Granger daban una ligera ventaja a los visitantes, pero de nuevo Guduric y Vesely volvía a poner el empate a 47. Fenerbahce, que en la primera parte solo había cometido 4 faltas, endureció su defensa y el Ulker Sports se fue ambientando para animar más y más a su equipo. El pabellón rugía y rugía y el partido iba hacia donde quería Fenerbahce. De hecho, el ritmo del partido lo cogieron los turcos, pero entonces toda la cancha enmudeció: a dos minutos para el final del tercer periodo, James Nunnally sufrió una aparatosa caída y tuvo que ser retirado en camilla. Tras unos minutos tensos, se pudo ver cómo el jugador americano movía la cabeza al irse con collarín y en camilla. Era una auténtica incógnita cómo se iba a desarrollar el encuentro a partir de ese momento, pero la cosa no cambió. La igualdad siguió hasta el final del cuarto y la grada, aunque algo esparcida, siguió ejerciendo su presión (63-59). Vídeo de la caída de Nunnally (vía @ivanbeas4):
La caída de Nunnally… vía @ivanbeas4 pic.twitter.com/8HnVHUKNZt
— Ignacio Ojeda (@Ojeda_SB) 5 de enero de 2018
Lejos de desanimarse, Fenerbahce no bajó la cabeza y luchó. El rebote ya estaba controlado por parte de los de Obradovic y eso les permitió jugar como querían. Además, Wanamaker también se enchufó y puso a su equipo con un +10. Otro dato que no animaba al optimismo fue que Baskonia se había puesto en bonus en el minuto 4 del periodo definitivo, pero no se rindieron. Sacaron ese carácter baskonista y pelearon hasta meterse de nuevo en el partido gracias a dos triples que hacían soñar al conjunto vasco a 2 minutos del final (75-73). Pese a que lo intentaron, al final no pudieron: llegaron ajustados al minuto final, pero Shengelia erró un tiro libre y, tras recuperar un balón, Beaubois falló una bomba y, finalmente, Poirier también falló el mate tras el rebote ofensivo. El resultado final fue el de 79-74.

1. El pabellón rugía y rugía hasta que llegó la caída de James Nunnally. Fenerbahce Dogus estaba remontando y el Ulker Sports and Events Hall lo sabía. Las casi 11.500 personas que asistieron al partido sabían que ese momento -tercer cuarto- era clave para su equipo. Por ello, la grada empezó a parecerse más a lo que ya se conocía y el ruido no hizo más que aumentar. Eran momentos difíciles para Baskonia y todo un goce para los locales. Hasta que llegó la caída. En un contraataque, James Nunnally se colgó del aro, para acto seguido descolgarse y caer doblado sobre la cancha. En un primer momento, todo el mundo se conmocionó. Tanto jugadores como aficionados se llevaron las manos a la cabeza; no querían recrear la imagen que acababan de ver. Tras unos minutos, se llevaron al jugador americano con un collarín y en camilla. La buena noticia, teniendo en cuenta lo que podría haber sido, fue que el jugador movió ligeramente el cuello -estanso consciente- antes de marcharse de la pista. Este hecho hizo dar más fuerza si cabía a los jugadores de su equipo, que no dudaron en seguir dando pasos para la victoria final.
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2. Marko Guduric, omnipresente; Wanamaker, el escudero perfecto. Ambos fueron los mejores de su equipo. Si bien es cierto que en el arranque del partido fue Jason Thompson quien tomó las riendas del equipo en ataque, los dos exteriores fueron los protagonistas el resto del encuentro. No fueron el revulsivo ni los jugadores más espectaculares -ese rol lo sigue ostentando Vesely-, pero poco a poco remontaron el partido e hicieron que Baskonia ya no pudiera ponerse por delante. Con las penetraciones de Wanamaker, los rebotes de Thompson y los triples de Guduric, Fenerbahce tuvo suficiente. El serbio acabó con 18 puntos y 21 de valoración, mientras que el americano realizó un partido más completo: 16 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias para 24 de valoración.
3. Un muy buen partido que deja mal sabor de boca; los rebotes, un problema. Baskonia realizó un buen partido en Turquía, pero no fue suficiente. Estuvo a punto de imponerse en casa de uno de los equipos más poderosos de la competición y en muchos minutos puso en problemas a Fenerbahce, pero faltó energía y acierto al final. Pese al buen hacer de Shengelia, quien intentó sostener a su equipo, los hombres de Pedro Martínez no supieron cerrar el rebote en momentos clave -13 rebotes ofensivos de Fenerbahce-. A falta de un minuto y medio para finalizar el partido, los turcos capturaron dos rebotes ofensivos muy importantes, pues Baskonia iba tan solo 2 puntos por debajo.


