Jasikevicius, Sarunas: Nacido en Kaunas, (Lituania) en 1976, 1.92 metros de altura, formado en la Universidad de Maryland, se dio a conocer en el Lituevos Rytas, del que saltó al Olimpija Ljubljana y más tarde al Barcelona y Maccabi. Esta es su tercera final consecutiva, y ha ganado las dos anteriores.

Macijauskas, Arvydas: Nacido en Klaipeda, (Lituania), en 1980, 1.92 metros de altura, tras dos temporadas en el equipo de su ciudad, Neptunas Klaipeda, dio el salto al Lituevos Rytas, donde destacó, no pasando desapercibido para Alfredo Salazar, que se fijó en él y lo trajo a Vitoria. Es su primera final europea.

La ciudad de Vilnius, en Lituania, vibrará con esta final de la Euroliga como pocas en Europa. Dos de sus ídolos baloncestísticos se enfrentan en el partido más importante del año a nivel europeo en lo que, sin duda, es un éxito para el baloncesto lituano.

El Lituevos Rytas es un club exportador de jugadores. De su seno han salido, además de los dos protagonistas de la tarde de hoy, gente como Rimantas Kaukenas, Vladimir Kristc o Ramunas Siskauskas, y los siguientes serán el MVP de la final de la ULEB: Robertas Javtokas, o un terrible tirador de rachas como Simas Jasaitis.

Hoy Lituania tiene el corazón dividido. La máxima figura del baloncesto lituano siempre ha sido Sarunas Jasikevicius, sin embargo Macijauskas cuenta hoy con una ventaja: él derrotó al CSKA, el símbolo del poder ruso del que los lituanos guardan recuerdos nada gratos, por eso el Baskonia tiene con más simpatías entre los aficionados del país báltico que el Maccabi. Para el aficionado lituano, será una dura decisión elegir a que equipo apoyar.

Saras no hizo su mejor partido de cara al aro en la semifinal que enfrentó a su equipo con el Panathinaikos, pero supo dirigir con maestría al Maccabi (8 asistencias), y sacar faltas para decidir el partido. Macijauskas, sin embargo, fue el héroe de su semifinal, rompiendo el hielo con 9 puntos en los primeros minutos y volviendo a resquebrajar el hielo de la defensa rusa en los minutos finales (23 puntos en total).

Los promedios de ambos jugadores en la Euroliga (Saras: 15.3 puntos, 5.3 asistencias, Mache: 18 puntos, 2.8 asistencias), han hecho que destaquen en las estadísticas individuales, pero su capacidad de liderazgo en los momentos difíciles (Macijauskas este año está consiguiendo ese punto que antes le faltaba para ser decisivo), les han llevado al mejor quinteto de la competición.

Sin duda gran parte de las opciones de ambos equipos pasan por la mano de estos jugadores, que representan el orgullo de un país que desde las Olimpiadas de 1992 en Barcelona, en las que se hizo destacar en el mapa del baloncesto mundial, no ha dejado de dar gratas sorpresas al Baloncesto Europeo. ¡Gracias Lituania!.

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Previa de la final