El pasado jueves el Maccabi ganó su partido contra el Efes en Tel-Aviv, recuperó el basket-average y se puso primero de su grupo de Euroliga. Sin embargo, Pini Gershon no estuvo nada conforme con el juego desarrollado por su equipo, y realizó unas declaraciones que no tienen desperdicio.
“Una de dos, tenemos jugadores estúpidos o el entrenador es estúpido“, dijo dejando claro con su tono que la primera opción era la correcta. Gershon no estaba satisfecho con el resultado, “creo que somos mucho mejores que el Efes, más de lo que demuestran los siete puntos de diferencia“, y en el descanso, al que el Efes llegó con cuatro puntos de ventaja, se desbordó la ira del entrenador: “Me he vuelto loco, he gritados a mis jugadores como nunca antes lo había hecho, me desquician“.
Quien conoce a este judío de pelo blanco no se sorprende excesivamente de las declaraciones del entrenador y no le dan mucha importancia, sin embargo Gershon sabía que había obrado mal en el descanso y al finalizar el partido no fue a los vestuarios: “Tenía miedo de que mis jugadores, que son más fuertes que yo, me pegaran, algún día pagaré por los tacos que les suelto“.
Sharp, el más veterano de la plantilla, resumía así las palabras que les dijo su técnico: “Pini habló de nuestros padres y nuestras madres“, mientras que Anthony Parker, que está volviendo a brillar en las últimas jornadas se ciño a comentar los aspectos deportivos desde un punto de vista diferente al de su técnico: “La diferencia entre las dos partes fue que en la primera al Efes le entraron los tiros y en la segunda no“.