Uno de los históricos de Europa ha revolucionado el mercado estival, creando una escuadra llena de estrellas pero que se mantendrá fiel al estilo de su entrenador, Panagiotis Giannakis, que tendrá que lidiar con la nueva pléyade residente en el Pabellón de la Paz y la Amistad.

Herencia del año pasado

Si nos atenemos a los componentes de la plantilla, poco queda del proyecto ateniense del pasado año. Sin embargo, la ofensiva por el título de esta temporada empezó a fraguarse con el fichaje de Panagiotis Giannakis, que dio carpetazo a la etapa de Pini Gershon en el Pireo.

El carácter del equipo y la filosofía de juego cambiaron de la noche al día, así como las sensaciones que dejaron sobre la cancha.

Permanecen en el equipo jugadores de la talla de Lynn Greer, Vasilopoulos -la apuesta más fuerte en cuanto a renovaciones-, el carácter de Printezis, la evolución mantenida del versátil pívot Bouroussis y el desmedido potencial de Sofoklis Schortsianitis ante una nueva oportunidad de comerse el mundo.

Los nuevos jugadores

Los refuerzos del Olympiacos para este año han sido de altísimo nivel y cualquiera de sus tres fichajes estrella podrían haber sido la más brillante de las incorporaciones en un verano menos movido que el que hemos vivido este año.

El movimiento que ha marcado una tendencia ha sido el de Josh Childress, un jugador joven, que no ha alcanzado la cima de su carrera y que ha preferido venir al Olympiacos antes que continuar con una carrera en la NBA que gozaba de buena salud. El alero debe ser una referencia por su físico y su calidad.

El retorno a Grecia de Theo Papaloukas también ha sido un golpe de efecto del equipo rojo. El base ya está mostrando síntomas de empezar su cuesta abajo, pero viniendo de un nivel tan alto todavía debe dar muchísimos minutos de buen baloncesto. Será el que mande sobre la cancha.

La tercera nueva perla del equipo de Giannakis es Nikola Vujcic, que durante años ha sido el pívot más dominador del continente. Su visión de juego y capacidad de pase lo convierten en un segundo cerebro que vivirá en el interior de la zona. Sólo sus problemas de espalda podrían suponer una rémora en su juego.

Michalis Pelekanos regresa a Grecia tras un año con más sombras que luces en el Real Madrid. El alero deberá asumir un rol de secundario al que ya está acostumbrado en la selección griega, ya que Giannakis prefirió llevarlo a las Olimpiadas, por delante de jugadores en boga como Peperoglou.

Otro fichaje de gran nivel es el de Yotam Halperin. La gran esperanza del Maccabi abandona su hogar para triunfar en el viejo continente de la mano de Giannakis. Si su adaptación es buena, podría dar mucha guerra desde la posición de escolta.

La incorporación de Zoran Erceg es una carrera ganada contra los clubes más poderosos de Europa, ya que este jugador de 2,10 que proviene de la prodigiosa cantera del FMP Zeleznik es una de las promesas más perseguidas de los Balcanes. El año pasado promedió 15 puntos por partido en Liga Adriática.

El base greco-serbio Igor Milosevic es otra apuesta por la juventud. Es del 86, pero ya ha sido titular en el primer partido de la Euroliga. Asistirá a Papaloukas y Teodosic en la función de organizar el juego mientras aprovecha para aprender del mejor maestros que podría tener.

Completa la plantilla el pívot de 2,12 Ian Vougioukas, un griego nacido en Londres y con formación universitaria estadounidense que fue fichado el año pasado procedente de la Universidad de Saint Louis pero cedido al Rethimno, con el que promedió 11,2 puntos y 6,1 rebotes por partido.

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