Los de Laso llegaban a la cancha de una de las revelaciones de la temporada con una racha de tres derrotas consecutivas una mochila. Una presión muy pesada para visitar una cancha en la que los locales no perdían desde la jornada inaugural.

Sin embargo y a pesar de las tremendas dificultades, la fe y el empuje final del quinteto de oficio, más dos tiros libres de Sergio Llull, acabaron con la racha y provocaron una victoria de esas que se recuerdan al final de la temporada.

El partido empezó con un ritmo frenético. Un 9-8 inicial en los primeros dos minutos, con ambos equipos jugando a un ritmo vertiginoso, moviéndose en los 10 primeros segundos de todas las posesiones. Bajo la dirección magistral de Vasilije Micic y la ejecución de Tibor Pleiss (11 puntos en el primer cuarto), los turcos comenzaban a carburar y respondían en bloque al buen inicio de Llull, que volvió un mes después a las pistas.

Tras el empate del primer cuarto, a 23, se mantuvo ese “toma y taca” en el que ninguno de los dos equipos se separaba por más de 5 puntos. Hasta que apareció el combo Larkin-Beaubois y comandar un parcial con el que su equipo conseguía irse con ventaja al descanso, 52-45, a pesar de un segundo cuarto descomunal de Gustavo Ayón, con 10 puntos sin fallo en el tiro.

El punto de inflexión llegó en un tercer cuarto en el que Anadolou Efes alcanzó la máxima ventaja del partido. Esta vez fueron Micic y Larkin quienes coincidieron “on fire” en pista y comandaron un parcial de 14-2 con el que colocaron el marcador en 69-54 tras un triple del serbio. El Madrid, sin ideas en ataque, buscaba soluciones desde el banquillo pero solo consiguió reducir la diferencia hasta el 74-60 al final del tercer cuarto. La cuarta derrota consecutiva asomaba con fuerza.

Pero, como comentamos al principio, con ese quinteto de oficio sacado desde el banquillo (Campazzo, Rudy, Deck, Thompkins y Ayón) el Madrid consiguió ahogar al Efes y dejarle en únicamente 8 puntos en el último cuarto. Poco a poco los blancos fueron acercándose, con Rudy salvaje atrás y Ayón en su mejor partido ofensivo de la temporada. El esfuerzo de los blancos les permitió llegar a los últimos 17 segundos con un 82-81. Sergio Llull le sacaba la falta a Pleiss y anotaba dos tiros libres que le daban la primera ventaja a los suyos desde el minuto 15 de partido. La bola caliente fue a parar a manos de Micic, que falló el triple y Rudy transformó dos tiros libres casi sin tiempo para terminar de cerrar la victoria.

1.         El quinteto del oficio del Real Madrid

Un partido más, los jugadores suplentes del equipo de Laso dieron la cara y levantaron un partido que, por marcador y antecedentes, pintaba muy feo. La salida de la chispa argentina sentó como agua de mayo, y es que, tras casi 5 minutos en blanco, dos “2+1” de Campazzo y Deck y un triple del base sacaron a los suyos de un atasco mayúsculo. Con el cordobés a los mandos, el Madrid fue mucho más eficiente hoy que bajo la batuta de un Llull que, sin embargo, anotó los tiros libres de la victoria.

Y tampoco sorprende el nivel que está mostrando Rudy Fernández, sin brillar en la estadística pero brillante sobre la pista en ambos lados. También un Gustavo Ayón que merece ser, en sí mismo, la llave principal de esta victoria del Madrid.

2.      Un tercer cuarto realmente preocupante.

Más por la imagen colectiva que por las sensaciones individuales. Comprensible que Llull haya sufrido hoy, porque vuelve de lesión, pero el teórico quinteto titular del Real Madrid empieza a mostrar unas lagunas defensivas preocupantes (sí, con Tavares en pista).

Jugadores como Causeur o Anthony Randolph, realmente mal hoy, coincidieron en pista con los mejores minutos de Micic o Moermann, que hoy hizo del americano su juguete. Y cuando este Real Madrid no se siente cómodo atrás, la sensación se traslada a un ataque que esta temporada no cuenta, todavía, con una superestrella que saque las castañas del fuego.

Con todo ello, el Anadolou Efes endosó el parcial, un 14-2 que pudo ser mucho peor y que a punto estuvo de dar un enorme disgusto.

3.      Gustavo Ayón

El nivel del mexicano en las últimas semanas roza la perfección. Y sigue en ascenso. Esta tarde, jugó uno de los mejores partidos de su carrera, demoledor en las alturas, jugando con inteligencia al poste y compitiendo de tú a tú con una de las bestias físicas de la competición como es Bryan Dunston. Acabó con 34 de valoración gracias a sus 20 puntos, 11 rebotes, 3 asistencias y 2 robos.