Posiblemente sea el mejor alero que ha pasado por Holanda, donde es todo un ídolo para los aficionados del Eiffel Towers. Leon Rodgers abandonó a finales de la temporada pasada la que había sido su casa durante dos años y medio para emprender nuevos retos profesionales. Tras ganarlo todo con el equipo de Den Bosch y recibir numerosos galardones individuales, puso rumbo a Ucrania. Pero antes de todo esto hay una historia que contar, la de un anotador puro que un día decide dejarlo todo y probar suerte en Europa.
Leon Rodgers nació el 19 de Junio de 1980 en Estados Unidos. Formado en Northern Illinois, Rodgers cumplió su ciclo universitario de manera exitosa. En los cuatro años que defendió la camiseta de los Huskies, el alero fue el auténtico referente ofensivo de su equipo. Con unas capacidades innatas para anotar, Rodgers posee el récord de su universidad en tiros de campo anotados de manera consecutiva (13) y es el quinto máximo anotador de la historia de Illinois y el cuarto en tiros libres convertidos, entre otros logros.
Finalizada su época dorada de estudiante en 2002, Rodgers tuvo que elegir entre foguearse en las ligas menores estodounidenses o poner rumbo a Europa en busca de un buen contrato. Y optó por lo segundo. Su aterrizaje en el Viejo Continente se produjo en Alemania, donde se enroló en las filas del Brandt Hagen de la Bundesliga. Era la temporada 2002-2003 y Europa acogía a un auténtico cañonero, que pronto iba a demostrar su capacidad para destrozar las defensas rivales. Con apenas 2.00 metros de altura, Rodgers era capaz de jugar tanto de tres como de cuatro y de eso se valía un partido sí y otro también para anotar punto tras punto.
En Marzo de 2003, aludiendo problemas personales, da por acabada su experiencia germana. Hasta ese momento, el ex-Huskie llevaba una media anotadora espectacular: 19,4 puntos por encuentro.
Se le pierde el rastro hasta el verano de 2003, donde en Junio ficha por el Andrew Insurance de cara a disputar McDonald’s Summer League, en Columbus. Tras esa experiencia estival, que repetiría el año siguiente, Rodgers regresa a Europa para jugar en el EO 45 Orleans de la Pro B francesa. De nuevo el de Ohio es incapaz de cumplir una campaña completa en Europa, esta vez por lesión, y deja el club francés en el mes de Febrero de 2004. Sus números vuelven a impresionar (20.8 puntos, 10.2 rebotes y 2.4 asistencias en 18 partidos). Rodgers, antes de lesionarse, acude al All Star de la Pro B francesa, como ya hizo anteriormente en su paso por Alemania.
Recuperado de sus problemas físicos y tras disputar la mencionada Liga de Verano de Columbus, esta vez en las filas del Columbus Christian Center, Rodgers permanece a la espera de interesantes ofertas. En diciembre de 2004, su romance con el baloncesto holandés empieza a fraguarse. Desde el Eiffel Towers le llega una oferta temporal de quince días, que acepta. Poco tarda en convencer al cuerpo técnico que, asombrado por su capacidad de trabajo y su versatilidad, decide extenderle el contrato hasta final de campaña. En agradecimiento, el bueno de Leon se lleva el galardón de jugador del año en la liga holandesa, acude al All Star y lleva a su equipo hasta las semifinales del campeonato. Sus promedios, pues los de siempre :19.9 puntos y 10.3 rebotes por noche.
Las dos siguientes temporadas con la camiseta del Eiffel Towers serán magnifícas para el norteamericano, que conquista dos ligas de manera consecutiva. Su participación en los triunfos del Towers, determinate. En el séptimo partido de las finales de 2006 frente a los MPC Capitals, Rodgers se va hasta los 23 puntos y 12 rebotes para dar la victoria a su equipo. MVP, título liguero y la tranquila ciudad de Den Bosch revolucionada y rendida a sus pies.
El pasado año, Rodgers daba un salto más en su carrera al demostrar que tiene calidad para jugar en equipos de más alto nivel. A su quinta aparición en un All Star, Rodgers sumaba el mayor galardón individual que hasta ahora ha alcanzado: jugador de la semana de la Copa ULEB. Y lo hacía en dos ocasiones. En una de ellas, se fue hasta los 35 puntos frente al Dexia Mons belga. Todas estas exhibiciones le situaron en el top ten de los jugadores mejor valorados durante la primera fase de la ULEB.
Fin al exitoso ciclo holandés
Eliminado de la competición europea, Rodgers tuvo todo el tiempo del mundo para dedicarse al campeonato doméstico. Convertido en líder de la plantilla, no era raro verle disputar los 40 minutos, en los que daba clases magistrales de baloncesto ágil, rápido y directo. Su capacidad de dribling, su visión de juego y sus condiciones atléticas, unidas a una muñeca prodigiosa, hablaban de un jugador superior.
Se llevó una nueva liga, volvió a ser la clave de la conquista y decidió que era hora de marcharse. Su baloncesto requería más nivel y Ucrania era el destino. Desde la ex república soviética le llegó una oferta de los Cherkasy Monkeys para, en palabras del que iba ser su entrenador, convertirse en el líder del equipo.
No obstante, sus grandes actuaciones de los últimos años no habían pasado inadvertidas para los ojeadores de todo el mundo…incluso de la NBA. Antes de aceptar la propuesta ucraniana, Rodgers probó suerte en la Liga de Verano organizada por la ULEB y llegó a estar en la plantilla de los Wizards para disputar el torneo veraniego de Las Vegas. Sin embargo, fue dado de baja antes de enfundarse la camiseta que un día defendió Michael Jordan.
Con su decisión de recalar en Ucrania, el estadounidense sube un peldaño más en su trayectoria deportiva y añade unos cuantos ceros a su cuenta corriente. La liga ucraniana, con equipos de respetables presupuestos, ha adquirido cierto nivel en los últimos tiempos y la Fiba Cup, competición que disputarán los Monkeys, es un torneo donde Rodgers puede marcar la diferencia. Es el momento de que de un último estirón, el que puede colocar en el punto de mira de las grandes ligas europeas. Calidad tiene para lograrlo.