Partidazo en Madrid. Partidazo entre los dos mejores equipos de Europa. Por segunda vez en apenas unos días, el Real Madrid se jugaba el primer puesto de una competición ante el otro líder. En esta ocasión, un CSKA de Moscú que llegaba con la baja de última hora de Sergio Rodríguez por lesión.

Sin uno de sus estandartes, los rusos salieron sin ningún complejo al parqué del Palacio, en busca de la revancha tras la derrota en la última semifinal de la Euroleague. Muy fuertes atrás, con Hackett en modo perro presa sobre Campazzo, conseguían sembrar las dudas en cada ataque del Madrid, que no encontraba la manera de superar el bloque moscovita. Un triple de De Colo ponía el 1-10 inicial y no sería hasta pasados los 4 minutos de juego cuando Campazzo anotaría la primera canasta en juego del Madrid.

Pero el CSKA ya había olido el miedo y, de la mano de Clyburn, aumentaba el parcial hasta una máxima de 3-17 (min. 6) que provocó un tiempo muerto de Laso que lo cambio todo. Pero de forma bestial. El Madrid empezó a carburar en ataque y encontró la fórmula atrás con un formato más pequeño comandado Ayón y Rudy desde el banquillo. El Madrid conseguía devolver el golpe en forma de un parcial de 14-3 que les ponía a tiro apenas unos minutos después (17-20). El CSKA, de la mano de Clyburn (7 puntos) supo manejar el tiempo para irse con ventaja al final del primer cuarto, aunque Campazzo la redujo con un lanzamiento desde 17 metros (20-24).

Pero, como decíamos, el panorama ya había cambiado completamente. Ahora era el Real Madrid quien tenía el control y, el CSKA, completamente a merced de la telaraña blanca y el endemoniado ritmo de Campazzo.

Con algunos de los mejores minutos de la temporada, el Madrid se gustaba y asestaba un parcial de 12-0 para abrir el cuarto. El dato, que tras el tiempo muerto de Laso con 3-17 se pasó al 32-24. Un 29-7 de parcial ante un CSKA que estuvo más de 6 minutos con el contador en blanco durante el segundo cuarto.

Pese a todo, si hay dos equipos capaces de remontar este tipo de golpes, son estos dos. De esos 6 minutos en blanco a los 8 puntos que anotaron los rusos en apenas un minuto para empatar a 32. Cuatro triples (dos de Peters) en un visto y no visto parecían dar la posibilidad al CSKA, incluso, de acabar el cuarto por delante. Pero volvió a cancha Campazzo y se alió con Rudy en los últimos minutos para dar algo de premio a un segundo cuarto, impecable en su mayoría, del Real Madrid (41-38).

Ambos equipos, con la espadas en todo lo alto y aprovechando las debilidades del otro. Salió Gabriel Deck de titular (con Taylor, de escola, defendiendo a De Colo) en el tercer cuarto para anotar 6 puntos, muy superior a Clyburn en la defensa. Pero es que, en el otro aro, el alero americano aprovechaba su velocidad (y que Tavares hoy no llegaba) para anotar de forma compulsiva, elevar su cuenta a los 16, y poner el 51-56 tras un 2-11 de parcial.

Era el momento de las estrellas moscovitas, hoy con todos los galones (solo 6 jugadores con anotación al final del primer cuarto) y respondiendo con autoridad. El cansancio de Campazzo (28:30 de los primeros 30 minutos) empezó a hacer mella y CSKA volvía a distanciarse de forma peligrosa (+10 a poco de terminar el tercero), pero un par de buenas acciones de Rudy al final ponían el 61-67.

El punto de inflexión llegaría con el 66-77 en el minuto 37, fruto de un Cory Higgins espectacular (20 puntos en la segunda parte) y un Madrid con muchas dudas sin Campazzo en cancha.

Pero la remontada era imposible sin solidez atrás. Higgins seguía haciendo un auténtico destrozo en las penetraciones y esta vez no estaba Tavares para solucionarlo. Otro nuevo lanzamiento exterior de Rudy (18 puntos) daba las últimas opciones a los blancos (78-86), pero el Madrid acabó siendo víctima de sus propios errores y no pudo volver a remontar el encuentro.

El CSKA es el primer equipo que asalta Madrid y lo hace sin Sergio Rodríguez, pero con el cuarteto Higgins (24), Clyburn (18), De Colo (15) y Peters (11) a toda máquina. Es el nuevo líder en solitario de la competición.

1. El tiempo muerto de Laso y el impacto de Rudy y Ayón en el partido. El marcador del Wizink Center podría parecer un error para el que no se hubiera enchufado al partido. Pero no; el CSKA estaba humillando al Real Madrid en su feudo como hacía muchísimo que no se veía. Un 3-17 inicial que sembraba todas las dudas y auguraba un partido menos competido de lo esperado. 

Pero, entonces, llegó un tiempo muerto de Laso que fue un puñetazo sobre el parqué. El Madrid salió con una cara completamente diferente y las ideas claras por primera vez en todo el encuentro. Todos sabemos la importancia de Tavares en este equipo, pero fue sin él y con Ayón en pista cuando el Madrid encontró el equilibrio en defensa. No desde la finalización o los tapones cerca del aro, sino desde el incordio con los brazos en las líneas de pase. Así lo entendieron él y un Rudy Fernández que dejaron al CSKA en 7 puntos en más de 10 minutos de juego. Ninguno en los primeros 6 del segundo cuarto. Su trabajo atrás y el buen oficio, como de costumbre, en ataque (14 puntos entre los dos), sirvió para que el Real Madrid remontase y terminase la primera parte por delante. 

Sabemos que la importacia de la estadística es relativa, pero, al final de la primera parte (+3 para el Real Madrid), ambos tenían un +17 en sus minutos en cancha, por el -14 de sus “relevos”, Causeur y Tavares. 

2. La segunda parte de Cory Higgins. Parecía que era Clyburn, con 16 puntos recién empezada la segunda parte, quien sería el líder anotador de los suyos hoy, pero, de pronto, apareció Cory Higgins para tomar los mandos. 

Tras una primera parte discreta, con 4 puntos durante el tremendo parcial del Real Madrid, se convirtió en una auténtica pesadilla en la segunda, anotando con facilidad en las penetraciones (5/8 en T2) y feroz desde fuera con un 4/7. 20 puntos y 4 asistencias en una segunda mitad en la que el tándem que formó con Clyburn (18 puntos y 32 de valoración) fue demasiado para cualquier emparejamiento blanco. 

3. Este Madrid puede necesitar un tercer base de garantías. El experimento Prepelic no estaba funcionando mal por los números del esloveno, pero el impacto que está teniendo en las derrotas es importante. El esloveno no es un “playmaker” y puede hacer de parte en ciertos escenarios, pero no ante un Olympiacos, Barça o CSKA, como se ha demostrado. 

Hoy, Campazzo, que estuvo sensacional en la primera mitad, fue perdiendo fuelle conforme pasaban los minutos. Se le hizo muy largo el partido al único base del equipo, y eso te acaba asesinando. Veremos si esta tercera derrota provoca algún movimiento o se seguirá esperando a la vuelta del menorquín.