Las Jordan Eclipse son el modelo de Jordan Brand más formal, sobrio y discreto hasta la fecha. Un diseño clásico que probablemente forme parte de una estrategia de la marca para tratar de ganarse a ese amplio sector de compradores de zapatillas que no utiliza reediciones de modelos antiguos ni zapatillas orientadas al rendimiento sobre la cancha.

Las diferentes versiones de las Jordan Eclipse juegan con la presencia de distintos materiales en el upper. Los acabados en malla sintética, tela y piel se alternan para ofrecer posibilidades que no se limitan a lo estético y se adentran en el terreno de la funcionalidad. De esta manera, la malla sintética es altamente transpirable y la hace una zapatilla estupenda para los meses más cálidos, mientras que el acabado en piel es un auténtico «todoterreno» en cuestiones de resistencia y durabilidad. Como ven, distintas opciones para un mismo modelo dependiendo de los gustos y necesidades de cada usuario, lo que no está nada mal.

Las Jordan Eclipse son ligeras y muy confortables. Presentan una lengüeta de neopreno que proporciona un ajuste inmediato y una agradable sensación de comodidad, y dispone de una unidad Air-Sole en el talón que es visible desde la suela, pensada para proporcionar una amortiguación ligera a cada paso. Personalmente apenas he notado este sistema de amortiguación, tan rígido que casi pasa desapercibido si uno no echa a correr, pero no deja de ser encomiable que desde Jordan Brand traten de emplear recursos usados en zapatillas de alto rendimiento en modelos de uso diario, aplicando lo que funciona sobre el parquet a las exigencias del día a día.

En definitiva, nos encontramos ante un modelo distinto a lo que la marca nos tiene acostumbrados. Las Jordan Eclipse están disponibles en diferentes combinaciones de colores, algunas bastante atrevidas, y se pueden encontrar desde 100 euros. Unas zapatillas diseñadas para morder el asfalto con un aspecto que es al mismo tiempo urbano y elegante, si es que esos dos conceptos pueden ir juntos en la misma frase.

Como me dijo un amigo, «Ya puedes lucir el Jumpman sin que parezca que vas camino del país de Looney Tunes para enfrentarte a los extraterrestres». Cuánta razón.