La historia de… Vladimir Lucic, un ‘revolucionario’ con vena futbolera

Vladimir Lucic ha sido uno de los grandes nombres de esta Euroliga 2020-2021. Siendo un jugador de equipo, que destaca sin balón y que aporta más allá de puntos, el serbio se ha colado en el quinteto ideal de la máxima competición del baloncesto en Europa gracias a que ha promediado en esta temporada 13’6 puntos, 4’8 rebotes para 17’5 de valoración. Se puede decir, sin lugar a duda, que es su mejor campaña como profesional.

Es un chico muy trabajador, un jugador de equipo que pone en primer lugar el rendimiento de la plantilla al de sus propias estadísticas”, nos cuenta la periodista serbia Jelena Lazarevic (@jotajotabgd en Twitter). Lazarevic, que ha seguido la carrera del jugador, destaca que Lucic considera lo más importante su contribución al equipo y esto es algo muy característico de la cultura del baloncesto en Serbia. Lo hemos podido corroborar buscando entrevistas concedidas por el baloncestista serbio, que también le da bastante importancia a la defensa, con declaraciones como la siguiente: “el ataque gana partido, la defensa gana títulos”. Un trabajador nato que ahora empieza a ver su recompensa, y del que contamos su historia en este artículo.

Sus inicios: entre fútbol y baloncesto

Vladimir Lucic nació en la capital de Serbia, Belgrado, el 17 de junio de 1989. Desde pequeño parecía destinado al fútbol, pues su padre y su tío jugaban a este deporte y también lo hacían sus amigos más cercanos. Todos en su barrio practicaban el fútbol y para él fue una opción natural. Por eso, de niño, Lucic comenzó en ese deporte, y soñaba con convertirse en profesional en la posición de defensa. En aquel entonces admiraba a Michael Owen, que comenzó en el equipo del que es seguidor, el Liverpool.

En aquel momento, el baloncesto era difícil de entrenar para los más pequeños, ya que solo había un campo en su barrio y era complicado conseguir jugar allí siendo tan solo niños. Sería gracias a su hermano que Lucic probaría en el baloncesto, ya que lo jugaba en la escuela, y desde entonces, lo compaginó con el fútbol. Poco a poco se involucró más en el baloncesto, iba a ver a su hermano jugar los fines de semana y gracias a que lo tenía a él pudo también destacar más que en el fútbol, donde la competencia era cada vez más fuerte.

Ya en secundaria, a Lucic se le hacía más complicado compaginar ambos y no tuvo otra opción que dejar el fútbol para dedicarse exclusivamente al baloncesto. Pero el joven Vladimir ni siquiera tenía en mente convertirse en profesional, era un estudiante aplicado y esa era su principal ocupación. Sin embargo, fue escalando hasta llegar al KK Superfund de Belgrado, aunque todavía no tomaba el baloncesto en serio.

Haciéndose un nombre en Partizán

Así, Vladimir Lucic seguía estudiando y sin plantearse ser jugador profesional cuando por cosas del destino y a través de contactos, fichó por los juveniles del Partizán de Belgrado. Y sería una vez que comenzó allí, cuando se dio cuenta de que podía llegar alto en el baloncesto y empezó a tener en mente jugar de manera profesional.

Ya en el Partizán, Lucic fue mejorando con los años y tomó sus primeras temporadas como un momento de aprendizaje de cómo era el mundo profesional, aprender de sus errores y de sus compañeros. En la temporada 2009-2010 haría su debut en Eurocup, aunque sería en la siguiente en la que sería más habitual en el primer equipo.

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El Partizán de Belgrado fue el primer gran club en el que jugó Lucic. Fuente: Partizan Belgrado

En Partizán, Lucic tuvo la suerte de coincidir con compañeros de nivel, algunos de los cuales también comenzaban su andadura en el baloncesto profesional como era el caso de Jan Vesely, Bogdan Bogdanovic o Nikola Milutinov. Pero su mejor recuerdo lo tiene de esa última temporada, ya como capitán y plenamente parte del equipo, jugando con 25.000 personas en ese ambiente tan característico del equipo de la capital serbia.

Justo en su último año en Partizán, en la temporada 2012-2013, el baloncestista haría su mejor temporada. Por ejemplo, Vladimir Lucic firmó en Eurocup unos promedios de 13’7 puntos, 4’8 rebotes y 14’9 de valoración, siendo el jugador más destacado del equipo en la competición europea y el año que lo pondría en el mapa del baloncesto más allá de las fronteras de Serbia.

La etapa ‘agridulce’ en Valencia

Tras su buen año en Partizán, en Europa varios equipos comenzaron a fijarse en el jugador serbio, pero algunos pensaron que Lucic podría dar el salto a la NBA. Sin embargo, el serbio, aconsejado por su excompañero y compatriota Dejan Tomasevic, se decantó por Valencia Basket, como un sitio en el que poder seguir creciendo.

La etapa en la ciudad mediterránea fue agridulce, a pesar de que conquistó un título de Eurocup. Y es que Vladimir Lucic no tuvo suerte con las lesiones y no tuvo muchas ocasiones para demostrar su calidad, ya que no gozó de continuidad. Romain Sato le ganó el puesto tras la acumulación de lesiones y Lucic llegó así a su última temporada en Valencia saliendo del banquillo y sin contar mucho para Pedro Martínez.

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La etapa de Lucic en Valencia estuvo marcado por las lesiones. Foto: Superdeporte

En Valencia, a pesar de ello, el jugador dejó huella por sus cualidades, y él mismo recuerda con cariño esa etapa por lo bien que lo trataron y lo que disfrutó de la ciudad. Por eso, el serbio no ha dudado en reconocer que siente que no fue un ciclo cerrado y que le quedaron cosas pendientes que hacer en la ciudad del Turia.

Bayern Múnich: su gran oportunidad

En una de sus numerosas lesiones, Vladimir Lucic visitó Múnich en busca de un médico que le tratase. Durante ese tiempo en la ciudad alemana entre visitas médicas, el jugador pasó mucho tiempo libre con su compatriota Vasilije Micic, que entonces jugaba en el equipo bávaro, y le recomendó fichar por ellos al acabar su relación con Valencia Basket.

Y así fue, en verano de 2016, el serbio llegó al Bayern München y en él crecería tanto como jugador como persona. En la ciudad alemana, Lucic se ha hecho un nombre en la liga alemana y en Euroleague, además de ser uno de sus hombres importantes. Pero no solo eso, también ha formado una familia y es actualmente padre de dos hijas. En el verano siguiente, en 2017, en Turquía, conseguiría una plata que es su momento favorito con su selección, aunque no ganaron.

En Múnich, los inicios no acompañaron el buen momento personal con el deportivo. No sería hasta 2018 cuando llegaron los primeros títulos con la liga alemana y la copa el mismo año. Sin embargo, su gran año ha sido este, la temporada 2020-2021. Con la llegada del italiano Andrea Trinchieri al banquillo alemán y con la marcha de algunos nombres importantes este verano, el jugador ha ganado en importancia y liderazgo y eso le ha servido para dar ese paso adelante que necesitaba.

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Esta temporada 20-21, Lucic ha sido uno de los jugadores más destacados en Euroliga. Foto: Euroleague

Es el alma de nuestro equipo, uno de los mejores jugadores que he entrenado”, declaraba el propio Trinchieri para el diario Frankfurter Allgemein tras un partido de Euroliga. Sin ir más lejos, el técnico es el culpable del apodo con el que ya es conocido en el banquillo de Bayern Múnich: “Che Gevara”. Él no entendía al principio por qué, pero luego le explicaron que era por su alma de luchador e incondicional a una idea, un completo “revolucionario” en la pista. Ese carácter trabajador es lo que ha hecho una perfecta combinación entre entrenador y jugador, y si la sintonía continua, promete.

Porque, de momento, Vladimir Lucic no se ve fuera de Múnich, aunque pretendientes no le han faltado, incluso Valencia le intentó volver a fichar. Pero a él le gusta la ciudad, su familia está cómoda y disfruta en un ambiente futbolero. De hecho, aprovecha que juega en el Bayern München de baloncesto para no perderse partidos de fútbol del equipo bávaro. Y es que, aunque no se dedicó profesionalmente a ello, Lucic siguió siendo un fiel seguidor de este deporte y disfruta hablando de ello.

 

Sobre el autor

 
Imagen de andreablez Andrea Blez@andreablezPeriodista deportiva freelance. Andrea escribe contenido sobre baloncesto en Solobasket desde hace 5 años, con enfoque en baloncesto femenino pero con un punto de vista internacional gracias a los dos años que pasó en Alemania. Estudió el Grado de Periodismo y cursó un Máster en Redes sociales. Colabora además con radios como Plaza Radio, Radio Esport Valencia y el famoso podcast de baloncesto Tirando a Fallar. ¿Lo que más le gusta? Las entrevistas y los reportajes largos cuando el tiempo lo permite. Es nuestra redactora más internacional, con conocimiento de hasta 5 idiomas.
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