Casi no había comenzado aquel año de 1987 cuando Aretha Franklin se convertía en la primera mujer en llegar al Salón de la Fama del Rock. Su “Respect”, himno musical y emblema del Rythm & Blues, resuena en nuestra cabeza con sólo oír sus primeras notas.
Ese mismo año de 1987, el 30 de noviembre, nacía Noelia Cacheiro Quintas. Lo hacía en Ourense, poco después de que se creara el mítico COB, como si de un guiño al deporte de la canasta se tratara. Pero no sólo Ourense ocuparía su infancia. Xunqueira de Ambía y Gueral, los pueblos de sus padres, siempre fueron su hogar, donde Noelia creció y se hizo como persona. La ley del más fuerte. La supervivencia en un campo de fútbol, el deporte que comenzó a practicar, hasta que años después se iniciara en el baloncesto.
Porque Noelia y el deporte de la canasta no siempre fueron uno. Era su hermana, Laura, la que comenzó con el baloncesto. Noelia iba a verla entrenar, pero ella prefería jugar al fútbol con sus amigos, sin equipos intermediando. Aunque eso no significaba que no se marchara a casa enfadada cuando perdía.
Aquellos momentos fueron, sobre todo, en Xunqueira, donde Noelia pasaba fines de semana y vacaciones. No paraba en ningún momento: música, pintura, baile… aunque, como ella dice, algunas cosas iban mejor que otras. “Como me veas pintar… ¡todo un despropósito!”. Su día a día se rodeaba de todo tipo de actividades. Pero todo se naturalizó con la llegada del baloncesto a su vida.
Laura era la que jugaba en Carmelitas, y Noelia la que iba a verla entrenar. Era raro que, siendo tan inquieta, no se aburriera teniendo que esperarla. Y así fue. Harta de tanta espera, Noelia decidió probar en el mundo de la canasta. Tenía, en aquel momento, 12 años cuando comenzó a participar en el equipo de su hermana. De allí, confiesa que todo fue muy rápido. Pasó de entrenar por no aburrirse, a poder jugar los partidos del fin de semana. De ahí, a la selección ourensana. Y tan pronto pisó una selección, la gallega llamaba a su puerta.
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Su progresión era sorprendente. Su inclusión en la lista de la selección gallega no sorprendía a quienes la veían jugar. Como en aquel torneo del Miño en Portugal que Noelia recuerda con tanto cariño, donde fue MVP, miembro del quinteto ideal y campeonas del torneo. Y, además, destacada en los periódicos. “Noelia Cacheiro desata la segunda revolución portuguesa”. Era la comidilla del instituto, gracias a un profesor aficionado al baloncesto que llevó el recorte de prensa a clase.
La evolución de Noelia Cacheiro era de mérito. Además de destacar baloncestísticamente hablando, nunca había descuidado sus estudios, además de sentir un fuerte interés por los idiomas, que la llevó a apuntarse pronto a la escuela de idiomas. Clase, comer, escuela de idiomas, entrenar y estudiar. Ese era su día a día. Y le encantaba.
Para ella, como bien describiría después, no le eran válidas las excusas. Trabajo y constancia, que la llevaron a crecer como jugadora. Pasó por el Vigo en categoría junior. Y también creció en sus estudios, donde su interés por los idiomas la llevó a estudiar la carrera de Traducción e Interpretación en la Universidad de Vigo.
Entonces, llegó Durham. De Erasmus, cómo no. El año en el que coincide todo el mundo: te cambia la vida. Para Noelia, no fue distinto. Durham se convirtió en pasión, donde volvería años después para continuar sus estudios. Y de Durham, donde estudiaba, a Northumbria University para jugar. Allí coincidió con Dominique Allen, a la que fueron a visitar de Oral Roberts, una universidad americana.
Fue entonces cuando cambió su vida. No sólo pusieron sus ojos en Dominique Allen. Noelia llamó la atención de los ojeadores de Oral Roberts, siendo MVP de aquel año en la Universidad de Durham, y le propusieron cruzar el charco para jugar en su universidad.
Allí, Noelia no cambió su forma de ser. Estudios y baloncesto. Aprovechó su estancia para estudiar la carrera de Lenguas Modernas, y además vivió de primera mano el baloncesto norteamericano. “En USA lo que intentan las jugadoras es ganar mucha exposición a los medios para así poder conseguir un contrato a posteriori”.
En Oral Roberts pasó de ser Cacheiro a ser “Cuintas” (ante la imposibilidad del speaker del equipo en pronunciar su otro apellido), volvió a casa otra Noelia. Se ganó el respeto, el que pedía Aretha Franklin en su gran éxito. Pero, sobre todo, vivió la auténtica profesionalización del baloncesto femenino, y pudo comparar con la situación que se vive en Europa.
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Aquellos dos años de baloncesto y estudios, fueron otra historia. Noelia contó con minutos y pudo disfrutar del ambiente del baloncesto universitario. En su debut, anotó seis puntos ante Marquette. Ante Houston Baptist, anotó nueve puntos, su récord en su primer año. En su segunda temporada, anotó 13 puntos, su récord de anotación en la universidad. Y llegó a anotar 12 puntos en 11 minutos.
Su experiencia al otro lado del charco acabó ahí. Con su título de Lenguas Modernas y con cientos de historias bajo el brazo. Noelia volvió de Estados Unidos con ganas de comerse el mundo, y se propuso practicar todos los deportes posibles y de vivir distintas aventuras. Y, de ahí, salieron sus otras dos pasiones: el surf y la guitarra. Ambas la mantienen viva física y mentalmente durante el parón veraniego.
Tras EEUU, Inglaterra, donde tocaba retomar el mundo académico para lograr un Máster en Estudios de Traducción en Durham, donde comenzó todo. Pero habría más aventuras. Noelia tuvo dos opciones: Conquero quería contar con ella, pero optó por no tomar ese camino. ¿La otra vía? ¡Australia! A Noelia le salió un contrato en la isla, pero tuvo la mala suerte de romperse un pie y no poder acudir.
Una vez recuperada de la lesión, vuelta a casa. Ourense la esperaba, donde jugaría en Liga Femenina 2. 7.4 puntos y 3.2 rebotes firmó Noelia en 22 minutos de juego. Sólo jugaría una temporada en Ourense. Noelia quería más experiencias. Un año sin jugar, donde el baloncesto pasaba a un segundo plano, hasta que llegó una nueva oportunidad.
Fue entonces cuando se puso en su camino Holanda. Un proyecto baloncestístico interesante, donde se buscaba ganar liga y copa. Y donde nacería su libro.
Noelia vivió esa etapa rodeada de excusas. El proyecto no cumplió las expectativas, y nadie afrontaba los errores. Todos miraban hacia otro lado, y la frustración era evidente. Noelia, a la que acompañaba su diario desde pequeñita, pudo cumplir uno de sus sueños: escribir un libro.
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De esta aciaga etapa en Holanda nacía “Excusas”, donde aúna experiencia personal y reflexión, y donde cuenta la triste situación del baloncesto femenino por dentro. Compara también con sus vivencias americanas, y las diferencias son enormes: en EEUU, la jugadora es el centro de atención. El baloncesto femenino se ha desprofesionalizado en Europa.
Autora de un libro, estudios en EEUU e Inglaterra, la opción de la traducción abierta… Noelia pensó que era hora de colgar las botas. Sin embargo, el mal sabor de su experiencia en Holanda, le pidió algo más. No podía terminar así. El hijo de un antiguo entrenador se puso en contacto con ella. Le ofrecían la posibilidad de volver a Inglaterra, a Newcastle. Llamadas, consultas de vuelos, y disponibilidad. Todo encajaba. Volvía a Inglaterra.
Comienza, aquí, el idilio de Noelia Cacheiro.
Llegó a Newcastle para meter puntos. Para darle una nueva dimensión al equipo. Después de jugar toda su carrera de base o escolta, se encontraba entre las más altas de su equipo. Pero no había excusas. Era su momento.
Cómo no, sin abandonar los estudios. Pendiente de realizar el doctorado, para más señas. Noelia se presentó en Newcastle con ganas de jugar, de sentirse cómoda en una pista. Y despedirse a lo grande del mundo de la canasta.
¡Y menudo comienzo! MVP de las tres primeras jornadas, ejerciendo labores técnicas como segunda entrenadora, una temporada regular intachable… y títulos, cómo no. Con ella como líder indiscutible, como en la final de Copa en la que logró ¡27 puntos, 18 rebotes y 34 de valoración! El ambiente con las compañeras y el cuerpo técnico, inmejorables. Los resultados, lo mismo. Lo que se pedía en la pista, era porque se entrenaba. Lo que se prometía, se cumplía. Para ella, como dicen en Galicia: “con sentidiño”.
Pero no fueron sólo grandes sensaciones a nivel deportivo. También ha sido un gran año a nivel académico y laboral. A mitad de temporada, publicaba su libro, “Excusas”, compaginaba estudios y baloncesto con trabajo a jornada completa y, por si fuera poco, acaba la temporada de forma perfecta.
MVP del PlayOff de ascenso, logra subir de categoría con el Newcastle y contrato de tres años para, además, poder realizar allí el doctorado. ¿Parece poco? Pues añadimos que se graduará con honores por tercera vez, tras Durham y Oral Roberts, para completar un año de ensueño. “Una bocanada de aire”, dice, tras su último año en Holanda.
Pero aún hay más. Noelia no olvida su camino, lo duro que fue para ella su periplo, compaginar la vida académica con la deportiva, y más aún a tan excelente nivel. Ahora, busca chicas que quieran seguir su camino allí, en Newcastle, para compaginar tanto el baloncesto como sus estudios.
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Tres idiomas (español, inglés, gallego) fluidos, cuatro (italiano, francés, portugués y catalán) “chapurreados”, dos carreras, dos másters, y el doctorado, en camino. Noelia Cacheiro Quintas se ha ganado todo el respeto, absolutamente todo, de las personas que se han cruzado en su camino. Y ahora que siente que Newcastle es su segunda casa, abre las puertas para que otras jóvenes puedan seguir sus pasos. Es la auténtica MVP del año. Sin discusión alguna.
Ahora, sólo queda seguir deseándole suerte. Y que su camino sea tan exitoso, o más, que el de este año. Su tabla de surf y su guitarra la acompañarán este verano, para recargar pilas de cara a la próxima temporada. Ya sólo queda agrandar la leyenda de Noelia Cacheiro.