Real Madrid – Olympiacos 83-69
CSKA Moscow – Panathinaikos 74-44
La magia del Real Madrid se venga de la leyenda
El final de una historia, de una leyenda. La tumba de un cuento mágico, cuyo nombre lleva Olympiacos y se encuentra en el Palacio de los Deportes de Madrid. Sólo uno de los que cayeron arrodillados ante la magia del hechizo del equipo que nunca se rendía, fue capaz de terminar con una de las historias más hermosas del baloncesto moderno. Su verdugo fue el Real Madrid, el equipo que lleva destilando magia durante toda la temporada, el equipo que hechiza, que hipnotiza. Que llena pabellones y ha traído de vuelta el gusto por las raíces del baloncesto, raíces que no habían desaparecido, pero que llevaban años ocultas, tachadas y borradas en las marañas de tinta que imprimen los rotuladores en las pizarras. Las piernas y puntería de Llull para abrir la brecha en el segundo cuarto, el corazón de Felipe Reyes en el segundo y último cuarto, más la omnipresencia de Rudy Fernández fueron el más mortal de los venenos ante una escuadra que mentalmente ya se sentía indestructible desde que inició su leyenda una tarde cualquiera en el Sinan Erdem de Estambul.
El choque inició con las defensas imponiéndose a los ataques, no tanto por lo ajustadas de las mismas, sino más bien por el tembleque, ese dichoso hormigueo que entra en las piernas en las grandes ocasiones. Curiosamente, Sergio Llull era el hombre calmado, el que tenía las llaves de los aros y el que explosionaba en el intervalo entre el primer cuarto y el segundo. Canasta tras canasta, puñalada tras puñalada, Llull abría la primera gran brecha de 11 puntos. Los campeones no iban a achantarse, pero el Real Madrid veía un espacio abierto, una brecha de agua a través de la que poder correr y sobreponerse al primer arreón griego. La velocidad, defensa, explosividad y talento volvían al primer plano. Felipe Reyes se mostraba inconmensurable en el segundo cuarto para irse a 13 puntos. Dos contactos muy duros sobre Reyes no pitados forzaban una técnica antes del descanso, que traían 5 puntos seguidos de Spanoulis y un 0-7 que acercaban a 6 puntos al descanso.
Bourousis y Mirotic se adueñaban del partido, un juego por parejas delicioso, siempre uno veía la ventaja generada por su compañero para asistir en una situación clara que llenaba de confianza al Real Madrid y subir la ventaja por encima de la decena. Spanoulis pedía más contundencia, faltas más duras para poder entrar en partido como ya hicieron en El Pireo. Lamonica pitaba otra técnica, esta vez a Spanoulis, de la que el Real Madrid sacaba tres puntos. Pentway mantenía a Olympiacos con un par de triples que ahora era el que mejor baloncesto estaba poniendo en pista ante un Madrid un tanto deslabazado, que no encontraba buenas opciones y acababa con tiros muy forzados, aún así los griegos no conseguían cerrar más el partido que se iba con un 59-52 a los últimos diez minutos, una distancia en la que sin embargo, los rojos son muy peligrosos.
Rudy entraba en acción, estaba omnipresente, en todas las acciones, en los dos lados, lo del mallorquín era un show impresionante, 7 puntos seguidos incluidos volvían a dar una docena de puntos a unos merengues que con ocho minutos por jugar ya entraban en bonus. El Madrid martilleaba desde el rebote ofensivo, con un Felipe Reyes ejerciendo de capitán general. Spanoulis era la imagen del orgullo del doble campeón, pero que no encontraba acompañamiento y sólo podía ver como el Real Madrid preparaba la tumba para esa cenicienta que se convirtió en un poderoso e infatigable guerrero campeón durante los dos últimos años. El Madrid, consumó su venganza.
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El CSKA irá a Milán después de atropellar al Panathinaikos
Por Pau Fuentes
El equipo ruso se ha clasificado para la Final Four de Milán, su onceaba participación en los últimos doce años, después de pasar por encima del Panathinaikos en el quinto y decisivo partido. Si en el tercer encuentro los de Messinaemplearon una gran defensa dejando en 51 puntos a su rival, su marca mínima en la Euroliga, hoy han conseguido que no superasen los 44, otro récord negativo para los verdes.
El CSKA, fuerte detrás y con las ideas muy claras en ataque, ha sido un equipo, han remado unidos y ha sido la fuerza del colectivo lo que les ha permitido no romper las estadísticas y convertirse en el décimo equipo que con un 2-0 de inicio en los playoffs alcanza la final a cuatro.
Con un Kaun dominante (18 puntos y 9 rebotes), los moscovitas han ido aumentando poco a poco la diferencia hasta dejar a los griegos a 14 puntos (35-21) al descanso. El partido parecía roto, el CSKA no tenía demasiados problemas en ataque con un juego muy abierto y con Kaun como la auténtica referencia, recibiendo, anotando y reboteando, mientras que los de Alvertis tenían muchas dificultades para anotar.
Durante el tercer y cuarto periodo la diferencia entre ambos equipos en el partido de hoy no ha hecho más que acentuarse, con la irrupción de Micov y Fridzon por parte local. Además de ellos también ha destacado el papel constante de Krhyapa, el mejor valor de Messina por todo lo que siempre aporta dentro de la pista. También apuntar el retorno a las pistas de Teodosic después de su lesión. El base serbio ha terminado con 7 puntos y llegará a Milán.
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