EL PARTIDO EN CLAVE

1. Una final es una final. Repetía por enésima vez Cuspinera en la rueda de prensa del pasado domingo que lo de hoy podía suponer el pase o la caída de Eurocup, pero que él no pretendía dar minutadas o quemar a jugadores que le podían hacer falta en el que es el campeonato importante para Fuenlabrada, la Liga Endesa. De ejemplo ponía a Paunic, que había disputado 31 minutos ante Manresa el domingo y que hoy, sin embargo, en parte por necesidad, con Llorca fuera de escena durante lo que queda de temporada (los jugadores vistieron una camiseta de "Ánimo Álex" en la presentación), y en parte por ambición, volvía a ser titular en el puesto, esta vez, de '2'. El conjunto madrileño afrontaba el último partido en una serie de circunstancias (la lesión de Llorca, la vuelta de un Popovic aún convaleciente) que le condicionaban en exceso, pero que no podían ser ingredientes más claros para la épica. Los de Cuspinera entraban mucho más enchufados al partido, con un ritmo alto y con un acierto algo dispar, pero, de nuevo como ante Manresa, mantuvieron a los lituanos con el marcador en blanco más de 4 minutos, que le sirvieron para poner ya un parcial de 7-0 del que se podrían engancha hasta el descanso. El propio Paunic volvía a agarrar las riendas del equipo (6 puntos en el primer período) siendo el buque insignia de ese baloncesto rápido a la contra al que tan bien le vino que los visitantes, desconectados durante casi todo el primer cuarto, cometieran tantos errores (hasta 5 pérdidas y 18% en tiros de dos), varios de ellos provocados por un Diagné que volvió a ser determinante en los dos aros y que sumó varias acciones (tapones y mates) tan espectaculares como significativas a nivel anímico.

2. Cuspinera suma dos bastiones en la nueva rotación. Amén de la recuperación de Popovic, cuyo papel tuvo hoy un impacto más anímico que deportivo, Cuspinera pudo dar una buena cantidad de minutos a Blagota Sekulic, que ya llevaba un par de semanas integrado en la rutina fuenlabreña, pero aún no había asomado la cabeza del todo en la rotación. Y hoy el Fernando Martín tuvo la oportunidad de ver sus primeros minutos de calidad y de darle, incluso, su primera ovación como jugador naranja en terreno madrileño. Fuenlabrada conseguía mantener el nivel de intensidad en el arranque del segundo cuarto, pero ahora se podía vislumbrar una versión bien distinta de Lietuvos, superados ya los primeros 10 minutos de sorpresa. Los visitantes comenzaban ahora encontrar hombres libres para levantar buenos tiros y a jugar con algo más de ambición y necesidad. Ese paso adelante de los hombres de Pacesas dio lugar a un intercambio de canastas que podía perjudicar a Fuenlabrada y que terminó dándole incluso más renta. El conjunto local se encomendó a una segunda unidad que hoy estuvo muy enchufada desde el primer minuto, en especial a unos buenos Pako Cruz (8 puntos en sus primeros 10 minutos, 15 al final del partido), O'Leary y un Blagota Sekulic que durante varios minutos, aún sufriendo con Gudaitis en la pintura, ejerció de sostén del sistema ofensivo local y que  al descanso ya firmaba 8 de sus 10 tantos. Su recuperación puede ser significativa para el nuevo panorama que se presenta en la rotación de Cuspinera, con Llorca fuera y con Rey con contrato hasta finales de diciembre.

3. La barrera de los 10 puntos. El paso por vestuarios tampoco nubló lo que le terminó de dar la victoria a Fuenlabrada hoy: su nivel de intensidad, muy alto todo el partido. El tercer cuarto arrancaba con la misma descripción que lo hacían los dos anteriores, con unos locales muy intensos atrás y encontrando casi siempre buenas situaciones de tiro. El partido entró entonces en una serie de intercambios que empezaron a desarrollarse dentro de su propia lógica interna: la barrera eran los 10 puntos y Lietuvos parecía plantearse en todo momentos romperla. Y en varias ocasiones lo logró, pero tras hacerlo, nunca encontró la siguiente canasta que lo terminara de acercar en el marcador. Al revés, era Fuenlabrada el que daba el do de pecho y volvía a ponerse a razón de unos 11-14 puntos por encima de los visitantes. Eran los peores minutos de los de Pacesas atrás, que en cada acción presentaban desajustes defensivos que dejaban algún hombre naranja con posición franca de tiro. Todo lo contrario pasaba en el aro de Fuenlabrada, que mantuvo un nivel defensivo tan excelso que incluso se pudo permitir ajustes puntuales, como la defensa en zona, sin que el marcador lo notara, y que en todo momento se vio protegido por una pareja de pívots, Diagné y Sekulic (y unos cuantos buenos minutos de Chema González), que superó a los dos mejores interiores de lo que iba de campeonato, Gordon y Gudaitis.

4. El tardio y estéril arreón de Logan. El partido se acercaba ya a sus últimos 6 minutos con Fuenlabrada muy por encima en marcador (hasta 17 puntos de renta obtuvieron en el último período) y anímicamente, con una afición que incluso se atrevió a corear la melodía de 'Hey, jude' 13 años después de David Wood, cuando Wear enlazó 5 puntos consecutivos, totalmente entregados a su equipo. Fuenlabrada daba su segundo gran paso consecutivo, después de tumbar tres días antes a un rival directo como Manresa en liga. En ese panorama, David Logan de repente hizo' click' y contagió a sus compañeros para dar algo de tensión defensiva. Ese pequeño arreón sirvió a Lietuvos para salvar el basket average, algo inútil cuando, al caer derrotado, el conjunto lituano caía hasta el cuarto puesto y Fuenlabrada se aupaba hasta el segundo.

5. Imposibilidad de pleno español en este grupo B, pero sabor ACB para el top 16. Lamentablemente, minutos antes de que arrancara el partido en Fuenlabrada, Khimki dejaba K.O. a Bilbao en Rusia e imposibilitaba la victoria a un Bilbao que dependía de la derrota de Fuenlabrada ante Lietuvos, clasificado automáticamente. La victoria local, de paso, deja ahora un cruce entre tres conjuntos españoles en la siguiente ronda de Eurocup: el propio Fuenlabrada, Murcia y Gran Canaria.