Por séptimo año consecutivo el Emporio Armani Milan ha sido eliminado antes de hora de la Euroliga. En esta edición no ha podido superar la liguilla, como ya le ocurrió en cuatro ocasiones anteriores además de no superar el Top16 en las otras dos participaciones. Aunque lo más preocupante es que, tras la fuerte inversión realizada hace un par de años con la llegada de Sergio Scariolo al banquillo y con una auténtica revolución del mercado con fichajes de la talla de Fotsis, Bourousis, Drew Nicholas o Keith Langford, el equipo italiano cosecha decepción tras decepción, tanto en competición europea como en competición doméstica.

Inicialmente el proyecto era ilusionante y parecía que la llegada del técnico de Brescia a Milán era un movimiento muy acertado por parte de la entidad, que veía en el ex seleccionador español al entrenador idóneo para liderar el resurgir del club. El objetivo, reinar en Italia y conquistar de nuevo el trono europeo, como hizo el club en los años ochenta aprovechando el dominio del baloncesto italiano en el viejo continente. Pero de momento no ha sido así y Scariolo está constantemente en la picota, cuestionado por los malos resultados y por el juego aburrido y poco definido de los suyos. De hecho Livio Proli, presidente del club, tuvo que ratificar a Scariolo hace un par de semanas defendiendo que la conquista de la liga y la Copa de Italia aún son posibles y reconociendo, eso sí, que la eliminación en la Euroliga había sido inesperada.

Centrándonos en dicha competición europea y en el breve trayecto recorrido por parte milanesa, el resultado es muy preocupante. Si bien es cierto que la diferencia media en las derrotas ha sido de sólo 5,6 puntos en contra, no se puede considerar esta cifra como un dato positivo cuando un equipo con un presupuesto que ronda los 20 millones pierde siete de los diez partidos que juega y cae a las primeras de cambio. Para colmo, el Emporio Armani es una auténtica cenicienta cuando juega en casa acreditando un balance de 4 victorias y 7 derrotas (sumando resultados en Euroliga y Lega). Según Scariolo, tal despropósito cuando ejercen de locales se debe a que: “hay mucha tensión y esto pasa factura en los momentos clave”.

Si además ampliamos el cerco a la competición local, la Lega Basket Serie A, veremos que la trayectoria del Milano no mejora en absoluto, ocupando la séptima posición a cinco victorias del líder (Cimberio Varese) y con un racha de cuatro derrotas consecutivas en casa, la última contra el primer clasificado. En lo referente a la Coppa Italia, que se juega en el Mediolanum Forum de Milán, el conjunto lombardo está al límite (al igual que en España la juegan los ocho primeros) y a falta de dos jornadas por cerrar la primera vuelta debe enfrentarse al Cantù (cuarto) en casa y al Brindisi (sexto) a domicilio. Factible pero complicado.

El mal juego y los constantes cambios de jugadores

Resultados en mano la temporada del Olimpia Milano no ha empezado de la mejor manera posible, más bien todo lo contrario. Situación, similar a la de hace un año, que se refleja en el mercado, ya que después de los 11 fichajes de la temporada pasada este verano ha incorporado a 5 jugadores más, dando la baja a otros 7. Pero esto no es todo. Recientemente ha cortado a Cook y Hendrix y ha sumado a JR Bremer y a Marques Green a la plantilla. También se especula con la marcha de Fotsis del equipo destino Fenerbahce con la consiguiente recuperación de Radosevic, cedido al Lietuvos Rytas, para completar el mermado juego interior de los italianos. Aunque está operación ha sido negada por el presidente del club, que apuesta por la llegada de un interior, en ningún caso sería Radosevic, cuando se consiga colocar a Hendrix en algún otro equipo.

Tanto cambio no es buen síntoma en ningún equipo y no ocurre lo contrario con el conjunto de Scariolo, que no ha conseguido desarrollar un juego sólido y que dé estabilidad a los suyos, ni en una competición prolongada ni en un partido de 40 minutos. Muestra de ello es la derrota contra el Caja Laboral en el Fernando Buesa Arena, donde desaprovechó una ventaja de 14 puntos al descanso en un partido clave para ambos conjuntos.

Ahora, con el cambio de base, el equipo busca, presumiblemente, más velocidad e ir erradicando los ataques lentos que le caracterizan en muchos momentos, fruto de una vocación por buscar constantemente el uno contra uno. No es mala opción teniendo en cuenta el gran talento que poseen muchos de sus jugadores, pero sí lo es si no viene precedida o genera un movimiento de balón entre los otros compañeros en pista, demasiadas veces quietos y a expensas de lo que hará el jugón de turno. Incluso en muchos ataques ni se contempla la opción de jugar un balón interior para Bourousis, uno de los referentes del Emporio Armani en muchos aspectos. Tienden a jugar todos abiertos para generar espacios que luego desaprovechan con malas decisiones individuales.

Y si partimos de la base que la mayoría de los ataques pasan por las manos de Keith Langford, que se ha ganado la distinción de líder a pulso, todo ello consigue un juego previsible que cierra a las defensas contrarias al intentar dificultar las penetraciones italianas. ¿El peligro para los rivales? Los lanzamientos de 3 puntos. Pero muchas veces el balón no circula y no llega a los estáticos compañeros. Además, hablamos de un equipo que vive mucho de su defensa. Así que si hoy no es el día de apretar los dientes atrás, a sufrir.

La posible solución a todos los males

Posiblemente la solución a todos los problemas pasaría por un cambio de proyecto de nuevo. Una nueva apuesta en verano y un nuevo derroche de dinero por parte de los patrocinadores. Sería una opción, la más fácil, aunque no segura como se ha demostrado. En cambio, la opción difícil pasaría por apostar por un conjunto de jugadores sin hacer tantos cambios en la plantilla; definir bien los roles en pista de cada jugador e introducir una mayor circulación de pelota en ataque partiendo de la idea que ya tiene de juego el Olimpia Milano en base a los unos contra unos exteriores y los dos contra dos con jugadores interiores. Posiblemente el hecho de confiar en un grupo humano y de asignar unos roles concretos serviría para dar confianza al equipo y para quitarse de encima esa tensión a la que alude Scariolo como un factor decisivo en las derrotas en casa.

¿Tendrá aún tiempo esta temporada de conseguir el EA Milan los objetivos que Basile marcaba a inicio de temporada? “Este Armani, es de Scudetto. En esta ocasión, los favoritos somos nosotros”. ¿Sigue siendo el Olimpia favorito al título de liga situado en la séptima posición y con el historial que le rodea? ¿Tendrán paciencia los directivos?