El domingo 8 de mayo de 2005 a las 16:30 (hora española) el representante español en la Final a Cuatro de Moscú, el más débil económicamente de todos los participantes, el que llegó prácticamente sentenciado en todos los pronósticos por tener que jugarse las semis ante el anfitrión y máximo favorito, el CSKA de Moscú, tiene una cita con la Historia, una cita en la que deberá imponer su modo de juego, la filosofía de su técnico, y su credo baloncestístico sobre uno de los equipos más atípicos de Europa: el Maccabi de Tel-Aviv.

Las pizarras.
Es poco probable encontrar dos entrenadores más diferentes que Pinhas Gershon y Dusko Ivanovic. El primero podría calificarse como un loco en toda regla, un loco de la táctica, con multitud de variantes ofensivas, que saca el máximo provecho a una plantilla que desprende talento por los cuatro costados. Jasikevicius, Parker, Vujcic, probablemente los mejores de Europa en sus puestos jugando juntos en un equipo que se conoce de memoria (sólo Green y Kommatos reforzaron a los israelíes este temporada), un equipo que es el actual campeón y que sólo ha sido retocado levemente. El ataque del Maccabi es su principal arma, el juego de Gershon se basa en ser mejor que su rival de cara al aro.

La ‘locura’ de Gershon también se refleja en su defensa. Está claro que el quinteto inicial, y los mejores suplentes del equipo amarillo no son grandes especialistas defensivos, salvo Maceo Baston. De hecho, la indolencia de hombres como Jasikevicius en este aspecto es evidente. Por eso Gershon ha innovado en este aspecto, y utiliza una defensa nada convencional, la ‘Match-Up-Zone’, basada en los cambios de disposición.. ¡durante la jugada!. Por ejemplo en la semifinal, comenzaban defendiendo en zona 1-2-2, para después abrirse y formar una 2-3, o seguir los cortes a partir de una señal y ponerse en individual. Sin duda es un sistema desquiciante para el equipo rival, que complica muchísimo la lectura del juego, y que requiere un gran conocimiento de los jugadores entre sí para ser llevada a cabo de manera exitosa.

El Baskonia, de la mano de Ivanovic, representa el punto opuesto. La defensa del balcánico también es muy compleja, con un sistema consistente en una telaraña de ayudas que exige la máxima concentración a cada uno de los hombres que están sobre el parquet. El equipo, a pesar de ser básicamente el mismo de la pasada campaña (con el cambio de Hansen por Nocioni), ha ido mejorando progresivamente en defensa hasta alcanzar su mejor nivel para la cita de Moscú. Esta es la clave del Baskonia, más allá de la puntería de Macijauskas, la visión de Prigioni, la potencia de Calderón o el talento de Scola, de hecho Ivanovic no pierde ocasión de criticar duramente a sus jugadores cuando ve el más mínimo agujero en el muro defensivo, aunque ganen de 40 el partido (como en el partido ante el Granada).

Los sistemas ofensivos (marcados por Ivanovic en el inicio de cada posesión), aunque variados, no tienen tanta riqueza como los de Gershon. Cuando Prigioni está en cancha, las jugadas suelen iniciarse con un pick’n’roll entre el base argentino y uno de los jugadores interiores (Kornel David lo interpreta a la perfección, ofreciendo además la visión de juego dentro de la pintura que le hace convertirse en uno de los engranajes clave del equipo). Uno de los mayores problemas del TAU, el ataque a las zonas, se vio resuelto ayer después de unas dudas iniciales cuando el CSKA plantó la 2-3. El equipo buscó a Macijauskas, su mejor tirador, y éste consiguió abrir la zona roja gracias a su muñeca privilegiada. Una de las claves será cómo atacará el TAU la desquiciante defensa de Gershon.

Hombres clave.
Ya hemos citado a los Sarunas, Anthonys o Nikolas macabeos, pero si Dusko pudiera eliminar para el partido a uno de los israelíes probablemente elegiría a Maceo Baston. Baston es la clave defensiva del conjunto de Tel-Aviv, su privilegiado físico le otorga la ventaja de ser uno de los mayores intimidadores de Europa, además es un gran reboteador tanto en ataque como en defensa. Si Baston entra en problemas de faltas (algo a lo que es muy propenso), el TAU verá la luz a través de un agujero en la pintura del actual campeón. Ni Kommatos (básicamente un anotador), ni Green (que está muy verde aún, haciendo gala de apellido), ni Shelef (en la cuesta abajo de su carrera) pueden sustituir con garantías al americano. La baja de Deon Thomas es la principal vulnerabilidad que podrá aprovechar el Baskonia.

En ataque es evidente que la calidad del Maccabi tiene que salir obligatoriamente, aunque algún hombre tenga un mal día en la anotación, la visión de juego de Saras, la capacidad definitoria de Parker, los movimientos en el poste bajo de Vujcic, la experiencia y capacidad anotadora de Sharp o el saber estar de Burstein no pueden ser controlados totalmente por ninguna defensa.

El Baskonia, por su parte, demostró ayer que no tiene dependencia de ningún jugador, se impusieron al CSKA con un Macijauskas que brilló al principio y al final pero desapareció en el segundo y tercer cuarto, con un Scola que sólo pudo jugar veinte minutos por sus sempiternos problemas con las faltas personales, y jugando durante buena parte del segundo cuarto con un quinteto formado exclusivamente por suplentes. Esa es una de las ventajas baskonistas, a pesar de que Ivanovic no ha sido partidario durante la mayor parte de la temporada de rotar mucho el banquillo, en la semifinal consiguió tener 10 hombres de rotación que no dejaron de aportar cosas positivas.

La prensa.
El trato con los medios es una de las principales diferencias entre Ivanovic y Gershon. El ex-jugador de la Jugoplastica es un hombre muy serio, tajante en sus afirmaciones, partidario de la critica a su equipo, que siempre muestra por el rival, sea cual sea, que rara vez habla de los árbitros, y que es capaz de irse de una rueda de prensa si es interrogado acerca de rumores de cara a futuras temporadas.

Gershon, sin embargo, transforma cada intervención en un Show mediático, habla sin tapujos sobre las ofertas que tiene para el año que viene, critica cada uno de los aspectos que le molestan lo más mínimo (lo último, el aire acondicionado del hotel del Maccabi, que según él, no funcionaba correctamente porque la organización no quería verlos en la final), despotrica sobre los equipos y jugadores rivales incluso en una ocasión hizo una clasificación de la inteligencia de los jugadores según la oscuridad de su piel. Pero sobre todo, lo que no puede faltar en unas declaraciones de Gershon, es algún comentario ácido acerca de los árbitros, si no son basados en hechos que han ocurrido, serán basados en suposiciones acerca de los próximos partidos. Pini Gershon, genio y figura.

El método frente a la improvisación.
Después de repasar los apartados anteriores, uno puede hacerse una idea de como es cada uno de los dos técnicos. Ivanovic es un obsesionado por el método, su equipo debe salir a calentar justo veinte minutos antes del inicio del partido, ni uno más ni uno menos, y cada uno de los jugadores debe dar lo mejor de sí mismo en cada uno de los entrenamientos.

Gershon por su parte, es más despreocupado por esas cosas. La única norma que sigue a rajatabla es respetar el Sabbath judío, el resto lo deja más a la improvisación, sabe que el juego de su equipo depende del talento de sus mejores jugadores, así que no cambia a Jasikevicius aunque defienda con la mirada, ni se molesta con Parker cuando este declara que su técnico “no le gusta como persona”. Pero no hay que engañarse, el israelí es un entrenador que sabe lo que hace en todo momento, y cada una de sus acciones va encaminada a obtener ventaja para los próximos partidos.

La hora de la verdad llegará mañana, y el destino ha deparado una final a todas luces representativa de dos estilos en el Baloncesto moderno. Las cartas están sobre la mesa, cada uno confía en sus posibilidades, y ya solo queda disfrutar de la resolución final.

Retransmisiones:
11:30, Radio Vitoria comienza su especial Final Four, con conexiones y la retransmisión de los dos partidos. Emisión digital
16:30, TV: Canal + Deportes 2, Canal + (analógico)