La temporada en Europa se está acabando. Tanto la liga española como las más potentes (rusa, italiana…) llegan a su fase final y la tensión no cesa. Messina es uno de los protagonistas, el Baskonia está ante un fin de ciclo evidente y Joan Plaza se despide del Zalguiris con una carta escrita a mano. Una semana más, tenemos el Trash Talking de Europa.
En nuestro propio país, Rudy tuvo un pequeño susto tras caer en un intento de alley-oop que lo dejó dolorido y sin poder seguir en el choque. Pablo Laso, en la rueda de prensa, aseguró que no era tan grave como se esperaba: “Ha sido un duro golpe, pero parece que no va más allá de eso. Veremos su evolución”.
En Vitoria, tras el descalabro ante el Herbalife Gran Canaria, el Baskonia afronta un verano difícil y en el que se avecinan muchos cambios. Pionero en reclutar jóvenes valores (Prigioni, Garbajosa, Calderón, Nocioni, Scola, Splitter…), el Baskonia ve ahora como el resto de clubes también pesca en esos caladeros. Sus iconos no han encontrado relevo, no se ha atinado con las contrataciones y cierra su tercera temporada consecutiva sin disputar una final. El presidente, Querejeta, quiere mantener en la élite del baloncesto español al Laboral Kutxa: "Ha sido un fracaso total. Quedamos todos retratados. Hay que tomar las decisiones necesarias para volver a recuperar la ilusión de nuestra afición y hacer un equipo competitivo".
En Grecia, el MVP de la Euroliga y campeón con su Olympiacos, Vassilis Spanoulis, desborda felicidad allá por dónde va y ha igualado a un mito como Toni Kukoc, ganando tres MVP’s en tres ocasiones distintas. Cada vez que gana la Euroliga ha tenido un hijo, y el mejor base de Europa sigue ironizando sobre ese hecho: "¿Qué puedo decir? Es un regalo de Dios. Mis tres hijos están sanos y respecto a mi esposa, creo que debe estar preparada para para tener más hijos".
En Serbia, las semifinales de la liga están en el punto álgido y cada partido es trascendental. Las defensas son muy duras hasta el punto que Velickovic se fracturó la nariz en el primer partido. Su representante, Raztanovic, quiere que no arriesgue: “Tengo la difícil tarea de convencer a Novica Velickovic de perderse el partido del viernes debido a su fractura en la nariz para ese equipo que no le paga nada. Hoy no lo he podido conseguir. Pero al menos tengo dos días para cambiar su parecer”. Sin embargo, el pívot no duda ni un instante en querer ayudar a su equipo: “No me pierdo el partido por nada en el mundo”. Las semifinales enfrentan a su equipo, el Mega Vizura frente al Estrella Roja de Belgrado.
De otro lado, en Kaunas, Joan Plaza se despidió de la afición del Zalguiris con elegancia y siendo sincero. Con una buena Euroliga y una Liga en la que han competido de tú a tú con los mejores, el catalán está cerca de fichar por el Unicaja. La carta de despedida era breve, pero sincera: “La vida me ha dado la oportunidad de vivir grandes momentos y conocer a grandes personas en Lituania. Sentíos orgullosos de vosotros mismos como yo lo estoy de vosotros”.
En Rusia, las semifinales deparan un duelo entre dos de los mejores de Europa. El Khimki llegó a vencer al CSKA por 14 puntos en el primer partido de las semifinales de la VTB League en el que los de Kurtinaitis acabaron sumando el 1-0. Los de Messina tuvieron opciones de victoria y el técnico italiano se quejó de los problemas con el reloj en los últimos quince segundos del partido. Messina, que sonaba para fichar por los Hawks, se quejó de la mesa: “Sinceramente deseo que sean capaces de arreglar el problema con el reloj de partido ya que no es la primera vez que falla al final de un partido, especialmente cuando ellos van por delante. Un equipo tan fuerte no necesita esa ayuda”.
Ettore Messina, además, tiene la sensible baja de Teodosic, que estará dos meses de baja y no podrá ayudar a Rusia a luchar contra España en el Eurobasket. El base ha lamentado la lesión en este tramo final aunque asegura volver fuerte: “Evidentemente ahora estoy mal y fastidiado, pero son cosas que pasan. Tengo que ser positivo, hacer rehabilitación y volver más fuerte”.
Finalmente, en Italia, Sergio Scariolo ha mostrado su decepción por la temporada, asumiendo sus culpas y dejando en incógnita su futuro en Milán: "Este año no hemos alcanzado los objetivos fijados, y como siempre hago, doy la cara y asumo la responsabilidad que conlleva mi cargo. Cometimos un gran error la construcción de este equipo, que ha cambiado desde el año pasado mucho más de lo que queríamos originalmente: miramos más al talento ofensivo de los jugadores que a su compatibilidad y a la actitud defensiva. No puede encontrar la motivación para convencerlos a todos de que siempre pusieron los intereses colectivos por encima de los individuales: puedo asegurar que lo he intentado con todas mis fuerzas, pero no he tenido éxito".
Veremos qué nos depara esta próxima semana en Europa el Trash Talking.