Se dejaba atrás la pasión del día de ayer frente a Canadá, cuando la selección encontró su mejor juego en todo el campeonato. En el horario de siempre en este torneo, las 20 horas, nos citaban las chicas de Lucas Mondelo para disputar un importantísimo partido de semifinales delegando el papel de favoritas para Liz Cambage y sus compañeras australianas.
En un encuentro durísimo centrado en la figura de Cambage, el papel de los árbitros fue crucial en la lucha entre las interiores españolas y la estrella australiana que acabó con Laura Nicholls y Astou Ndour expulsadas y la aussie con cuatro faltas. España llegó claramente cansada después de un esfuerzo enorme en los tres primeros cuartos y con nada en el depósito perdió una renta de ocho puntos en el último cuarto para caer por 66-72.
El objetivo máximo estaba conseguido y mañana se luchara por la medalla de bronce en un partido que huele a revancha frente a la Bélgica de Emma Meesseman.
En la rueda de prensa, Lucas Mondelo afirmaba estar “muy orgulloso de mi equipo. El partido se ha ido en los últimos cinco minutos pero antes habíamos sabido volver al partido después de una diferencia importante”. Respecto al partido su reflexión ha sido breve: “El esfuerzo del equipo ha sido brutal y Cambage es la jugadora más determinante del campeonato”. Por último, intentaba esconder sus pensamientos sobre los árbitros sentenciando que “yo no voy a hablar de los arbitros, ellos hacen su trabajo, vosotros tenéis vuestro criterio y sacaréis vuestras propias conclusiones“.
Por su parte, Alba Torrens expresaba las conclusiones que sacaba el grupo tras el partido: “Fue muy duro para nosotras, creo que lo que hicimos para remontar fue algo muy grande pero duele porque tuvimos opciones”.
ESPAÑA 66-72 australia
Ganaba el salto Astou para el delirio de la afición, entregada desde el primer segundo, y Laura Nicholls, que se disponía a ser el verdugo de Cambage hoy, le sacaba la primera falta en ataque en la primera acción. Golpeaba primero Australia en la puntuación pero dos asistencias de Anna Cruz, con una magistral puerta atrás de Alba Torrens, sumaba los primeros puntos a nuestro marcador (4-6, min. 3). La conexión, que se presumía clave hoy, entre Laia Palau y Ndour funcionaba a cuentagotas y Mondelo decidía parar el juego gastando su primer comodín sin éxito pues, acto seguido, la portentosa pívot australiana asestaría un rotundo 2+1 bajo el aro (5-14, min. 5). La sangría seguiría hasta alcanzar un máximo de 15 puntos pero un minuto fantástico, forjado desde la defensa, con una Astou imperial devolvería a España a una diferencia menor de los ocho puntos (13-21, min. 9), obligando así a Sandy Brondello a pedir tiempo muerto.
Una selección con clara disposición a la remontada arrancaba el cuarto con las todoterrenos Xargay y Casas logrando cinco puntos seguidos que reducían el déficit. Recogían el testigo unas activas Palau y Torrens que eran las caras visibles de una defensa grupal que estaba dejando a las australianas sin ver aro en más de cinco minutos. Y en ataque España se gustaba, con Ndour y Nicholls triangulando y Alba Torrens, que si tenía alguna molestia desde el pabellón no se apreció ni un gramo, clavaba dos triples seguidos para poner el empate a 30 con tres minutos para el final de la primera mitad. Poco viento había en La Laguna pues el avión de papel que era el marcador no se movió en exceso, hasta que un soplido de Ndour en forma de triple y una suspensión de Cruz casi sobre la bocina dejaría a España con un favorable 35-34 al descanso.
Salían las anfitrionas con muchas dudas en ataque y con las de Brondello contribuyendo a la causa con muy buenas manos en defensa pero en ningún momento se apareció ninguno de los fantasmas del pasado. Sin embargo, seis puntos consecutivos de las opals provocaba un cambio de dominador en el encuentro (37-42, min. 24). El juego se tornaba fallón en ambos equipos, algo precipitados y con Cambage divirtiéndose con los continuos pitos del público hacia ella. Con este ambiente, llegaban dos pases mágicos de Palau y Xargay que solo eran contrarrestados por el magnífico talento de la pívot de 2,03 m. -que estaba ya en 22 puntos-. España estaba en problemas, con Nicholls, Gil y Ndour en cuatro faltas cada una, hasta que apareció Bea Sanchez. Unos minutos perfectos de la gaditana en defensa frustraban a Cayla George y a Liz Cambage a partes iguales y con el marcador en empate a 46 llegaría el clic en ataque. Cerraba Laia Palau un fenomenal parcial de 12-4 con un triple en la última posesión que arrancaba a toda la grada literalmente del asiento. 58-50 a favor y a jugársela en los últimos diez minutos.
Pero el vendaval Cambage aún tendría reservas de su paso por Tenerife y con seis puntos seguidos -y un triple de Ebzery- se pondrían por delante en algo más de dos minutos. Mientras Nicholls y Gil compartían lindezas con la estrella australiana, Ndour era expulsada en una, puede que infantil, falta en ataque. Curiosamente, con el marcador empatado a 61, la propia aussie era sancionada con falta técnica. Era su cuarta falta. Pero no sería ella sino la cantabra Laura Nicholls, que había cuajado hasta el momento y como siempre un partidazo en la sombra, la expulsada por falta en una rigurosa falta sobre la de siempre. Así el cuento de semifinales avanzaba y cinco puntos seguidos de Cayla George dejaba a España al borde del abismo (66-69, min. 38). Pero el destino no tenía un sitio reservado para España en la final. Una bandeja sencilla, para ella, de Cambage y una pérdida soprendente de Laia enterraba las opciones de las españolas en el último minuto. 66-72 al final en el mejor partido del campeonato en cuanto a calidad y emoción.