Nemanja Aleksandrov, en el año 2003, saltó a la primera plana de los medios baloncestísticos más importantes como la mayor promesa del baloncesto Europeo. Hoy, tres años y medio después, el baloncesto está de enhorabuena por el regreso a las canchas de un jugador que estaba destinado a marcar una época, ésta es su historia.

El nombre de Aleksandrov va ineludiblemente ligado a la localidad madrileña de Rivas, lugar donde se disputó el Europeo Cadete del año 2003. Ese fue el año en el que, un 27 de julio, Nemanja Aleksandrov, realizando un excelente campeonato, llevaba a su excelente equipo, con grandes promesas del baloncesto Europeo como Milenko Tepic, Nenad Mijatovic o Dragan Labovic, a la victoria final del Europeo. ¿El MVP? ¿Acaso hay que preguntarlo?

Aleksandrov se coronaba como el mejor cadete de Europa, en un torneo con grandes esperanzas del baloncesto europeo como Cenk Akyol, Ersan Ilyasova, Artur Urazmanov, Vasily Zavoruev, Yaroslav Korolev, José Ángel Antelo, Sotirios Manolopoulos, Luigi Datome, Omri Casspi y Vilmantas Dylis, entre muchos otros.

El joven serbio de 2.09, y 16 años sorprendía por la combinación de un espectacular físico con unas cualidades técnicas espectaculares. Un alero, tremendamente coordinado, con un buen manejo del balón, una suspensión sencillamente espectacular, con una mecánica perfecta y rápida. Aleksandrov, además también sorprendía por su alto conocimiento del juego y una visión del mismo muy brillante. Nemanja, es un jugador capaz de sacar ventajas a sus rivales, en la amplia mayoría más débiles, tanto de cara, gracias a un gran primer paso, siendo un penetrador sensacional, como de espaldas al aro, con algunos movimientos muy buenos. Si, además, a eso añadimos, que en defensa no desentona y es un gran reboteador, nos encontramos con el jugador perfecto, un 2.09, capaz de entender el juego como un base, lanzar como un escolta, penetrar con la potencia de un alero, jugar de espaldas como un cuatro y rebotear como un cinco.

En la temporada 2003-2004, Aleksandrov era miembro de pleno derecho de la primera plantilla del KK Reflex, y aunque tuvo muy pocos minutos, en parte por una lesión, ese año debutó en una liga de primer nivel como la Liga Adriática y en la segunda competición continental, la Uleb Cup. Además, Nemanja compaginaba sus entrenamientos, desplazamientos y partidos con la segunda plantilla del equipo compitiendo en la segunda división serbia y con el equipo junior del Reflex, por ejemplo, apareciendo en el torneo internacional junior “Kamkabel” de la Final Four de la Euroliga en Tel Aviv.

En el verano del 2004, llegaba el gran reto para Nemanja Aleksandrov: el Europeo Junior de Zaragoza. Las expectativas después de lo visto en Madrid el año anterior eran enormes, y Aleksandrov, dentro de unos límites, decepcionó. Seguía siendo el mismo talentoso jugador, pero daba la impresión de que su baloncesto se había estancado. Lo cierto es que no se le vio cómodo en todo el torneo, y eso quedó reflejado en todas las facetas de su juego, sobre todo su tiro, a través del cual sostiene el resto de su juego. Ese mismo verano, decidió apuntarse a la lista de entradas prematuras para el draft del 2005, otorgándole algunos “mocks” posiciones muy privilegiadas, incluso el número uno.

Con 17 años, en la temporada 2004-2005, ya era jugador únicamente de la primera plantilla del KK Reflex, teniendo un papel importante en su equipo, tanto en Liga Adriática, promediando casi 18 minutos por encuentro, como en Uleb Cup, competición en la que promediaba 20 minutos por choque. Parecía que todo iba bien para el joven serbio, ya que tenía minutos y aportaba cosas, aun con la irregularidad propia de un jugador tan joven. Pero entonces llegó lo peor que le podía pasar.

Aleksandrov estaba en plena forma, y empezando a adaptarse a un baloncesto senior de primer nivel, ya siendo uno de los jugadores decisivos de su equipo. Venía de hacer un gran partido en la NLB en Zagreb ante el KK Zagreb de Marko Tomas con 22 y 8 rebotes, y de hacer otro buen partido en Uleb ante el mítico Cantú con 6 puntos y 10 rebotes. Todo iba sobre ruedas pero, un día 26 de febrero de 2005, en un partido ante el Bosna de Sarajevo, nada más empezar, se lesionó el ligamento cruzado (ACL) de una de sus piernas. “Estaba empezando a jugar mejor, iba a más, pero entonces… llegó la lesión” dijo Aleksandrov resignado.

La lesión en un principio le iba a mantener fuera de las pistas por un periodo de dos meses, pero se fue complicando y, finalmente, ha permanecido fuera más de año y medio. Aleksandrov se quedó así fuera del Nike Hoop Summit dos años consecutivos, cuando él iba a ser una de las grandes atracciones de este evento anual. Durante ese tiempo, Nemanja no estuvo parado, ya que practicó tiro cuando pudo, y se ejercitó en el gimnasio. Además también se ejercitó delante de representantes de Minnesota y Seattle, aparte de también realizar unas pruebas físicas con Chicago Bulls.

Tras una temporada y media sin jugar ni un solo minuto, bajo una lesión llevada con cierto secretismo, todo parecía indicar que su regreso a las pistas, no en forma de competición oficial, iba a ser en el RBK Treviso Eurocamp, pero finalmente se cayó del cartel al igual que Danilo Gallinari.

Este mismo verano, el FMP Zeleznik, antiguo KK Reflex, equipo de uno de los barrios de Belgrado, decidió vender a su gran promesa rota, con destino no muy lejos de su antiguo equipo, el centro de la ciudad, el Estrella Roja. ¿El traspaso? Ciertamente irrisorio por un jugador al que se le presupone un potencial espectacular, 150.000 euros, eso sí, un fichaje con mucho riesgo. Riesgo del que no quiso hacerse cargo el FMP.

Ya recuperado de su lesión, el 2 de diciembre de 2006, después de un año y nueve meses sin jugar un solo minuto, Aleksandrov volvió a jugar, ironías de la vida, ante el Bosna de Sarajevo, jugando dos minutos con un triple fallado y un rebote capturado. En la siguiente jornada, en 18 minutos consiguió anotar nueve puntos, capturar 4 rebotes y colocar dos tapones.

Además esta semana en Madrid, ha vuelto a jugar en la Uleb Cup. Sakota lo está metiendo poco a poco en ritmo competitivo, racionalizándolo.

Lo ha conseguido, “nunca perdí la fe, sabía que iba a volver a jugar a baloncesto”, y sí, Aleksandrov ha vuelto, y lo hace para quedarse, y conseguir su sueño, ser un jugador importante en la NBA.