La temperatura en la pista (el escupitajo de Diamantidis a Teodosic en el tercer partido de la serie vale como ejemplo) y fuera de ella (el cuarto partido retrasó su comienzo en 45 minutos porque la policía no era capaz de controlar a las masas) fue más lejos de lo tolerable.

En el transcurso del tercer cuarto, con 42-48 en el luminoso, un artefacto explosivo (bomba de humo) cayó en la zona de banquillo de Panathinaikos, lo que hizo que se suspendiera por primera vez el partido, desalojándose la zona del graderío posterior a los banquillos de ambos equipos. Bourousis cogió el micrófono para tratar de calmar a los aficionados que aún poblaban las gradas y bien entrada la madrugada se reanudó el choque.

Fue en el último parcial, cuando un 2+1 de Drew Nicholas dejaba en bandeja el título para los de Obradovic (1:26) y tras fallar el siguiente ataque los del Pireo, dos bengalas se precipitaron sobre la cancha, la segunda de ellas sobre el túnel de vestuarios en el momento en que el PAO abandonaba la pista. El partido se dio por suspendido en este momento bien entrada la madrugada. Panathinaikos tuvo que celebrar la consecución del título en vestuarios.

En rueda de prensa Zeljko Obradovic declaraba que “a todo el equipo le hubiera gustado jugar hasta el último segundo pero, ¿qué más se puede hacer y esperar cuando vuelan a la pista botellas, monedas e incluso dos cuchillos?”. Y añadía que “en 11 años que llevo en Grecia siempre he dicho que hay que sentarse para hablar de este problema. No es la primera vez que ocurre en N. Smirni.”

Fue totalmente categórico al asegurar que “¿Qué puedo hacer? Es vuestro país, dime ¿qué puedo hacer? ¿quién organiza esto? ¿quién les presiona para hacer esto?¿quién quiere jugar al baloncesto así? ¡Todo el mundo sabe quiénes son los culpables!”.

Para finalizar afirmó que “hay que conseguir parar los lanzamientos de objetos en los Pabellones. He jugado con muchos equipos pero cuando Olympiacos juega contra Panathinaikos no sé qué sucede. Es fácil: los organizadores se tienen que reunir y mantener fuera del baloncesto a los causantes de estos problemas. En Reino Unido tenían hooligans pero ahora no los tienen y juegan al fútbol. La solución no es difícil pero ¿quién la quiere? ¿por qué ellos no tienen el mismo problema cuando disputan la Euroliga?”.

Por su parte, Spanoulis aseveraba que "no es la primera vez que suceden estas cosas en un Pabellón. Aguantamos demasiado en Grecia y se toman decisiones muy lentamente. La solución es la que el entrenador dijo que si las monedas caen tenemos que salir. No queremos a estos fans. Nosotros, los griegos son un poco masoquistas. Yo no me quiero ir de mi país y espero que las cosas cambien. Al entrar en la cancha de juego no tiene que haber riesgo a nngún nivel. Necesitamos prevenciones. En Berlín hay vándalos, pero en Alemania tienen principios y leyes. Nosotros no queremos este tipo de amigos. Entre nosotros (jugadores de Olympiacos y Panathinaikos) somos amigos y en 15 días vamos a estar en el equipo nacional juntos y los mismos aficionados nos aplaudirán".

En lo que se refiere al partido, los visitantes superaron un 11-0 de salida, tomando la manija en el transcurso del segundo cuarto para llegarse al descanso con 32-38 gracias a un espectacular Batiste. Teodosic y Bourousis mantuvieron a su equipo en el choque pero Pekovic estiro la renta al final del tercer cuarto con cinco puntos consecutivos (54-63). Papaloukas y Childress llegaron a poner a 4 tantos de diferencia a su equipo pero no fue suficiente.