El acierto en ataque del Oldenburg: El equipo alemán ha sabido aprovechar las concesiones defensivas de Unicaja, consiguiendo tiros liberados, con una gran aportación de su banquillo y muy buenos porcentajes de tiro de Campo, superando el 50% en tiros de 2 puntos, con un reseñable 50% (8/16) en triples.
 
Las pérdidas de Unicaja: Uno de los factores, sin ninguna duda, que han condenado al equipo de Luis Casimiro, con 16 balones perdidos al término del partido (6 en el segundo cuarto). Los jugadores del Ewe Baskets Oldenburg aprovecharon los regalos de los malagueños que, aunque dominaron el rebote (39 a 26), malgastaron demasiadas posesiones.
 
La falta de fluidez en ataque del equipo malagueño: Los verdes pretendieron ganar el partido a base de jugadas individuales en ataque, evidenciando cierta ansiedad por el mal inicio del tercer cuarto, tras un segundo cuarto dubitativo, algo que aprovechó el conjunto alemán, para abrir una brecha en el marcador insalvable para los intereses del conjunto verde.

Los malagueños, agotados por el desgaste físico empleado en el partido del pasado domingo ante Valencia Basket, cedieron ante un Oldenburg muy acertado, que no dio oportunidad a los verdes de conservar su condición de invicto de vuelta a casa.

El partido comenzó muy igualado, con la defensa de ambos equipos destacando por encima de todo. Unicaja golpeaba primero de la mano de un acertado Alexa Avramovic para conseguir la mayor renta hasta el momento a 4:38 para la conclusión del primer cuarto (7-11). El equipo alemán, muy errático desde el inicio, se mantenía en el partido de la mano de Rasid Mahalbasic, con 3 asistencias en menos de 6 minutos de juego. Josh Adams, muy activo en ataque, provocaba el primer tiempo muerto de los alemanes tras un jugadón con mate de la casa incluido, situando el marcador en 12-15 a falta de 2:52. La entrada de Elegar a cancha, brindó a los de Casimiro más músculo en defensa, que acabaron el cuarto por delante en el marcador (16-20).

Unicaja conseguía mantenerse por delante en el marcador al inicio del segundo periodo gracias al rebote ofensivo y las segundas oportunidades concedidas por el equipo entrenado por Mladen Drijencic. Nathan Boothe, lograba poner a los suyos por delante tras una acción de 2+1 (23-22). Los de Casimiro continuaban dominando el rebote, aunque no conseguían despegarse en el luminoso a pesar de un acertadísimo Avramovic, que seguía demostrando que es un jugador que puede marcar diferencias en esta Eurocup. Las pérdidas de balón seguían condenando al equipo malagueño (hasta 6 en este segundo cuarto). Mahalbasic se hacía fuerte en la zona, castigando el aro malagueño y consiguiendo la primera renta considerable en este partido (41-33), gracias a una canasta tras rebote ofensivo y un 2+1 ante la defensa de un Rubén Guerrero poco acertado. Un triple in extremis de Gerry Blakes, ponía a los alemanes 10 puntos por delante a la conclusión del segundo cuarto.

No podía empezar peor el tercer cuarto para los malagueños tras un parcial de 8-2, con dos posesiones agotadas para el cuadro verde en solo 2:30. El equipo de la Costa del Sol, muy espeso en ataque, solicitaba tiempo muerto tras un 2+1 de Brandon Hobbs, el verdugo de los de Casimiro en este tercer cuarto. El intercambio de golpes tras el tiempo muerto no beneficiaba al Unicaja, que seguía concediendo canastas fáciles en defensa y sobrevivía de acciones aisladas de Josh Adams. Unicaja intentaba subir el nivel defensivo con la entrada de Carlos Suárez, Jaime Fernández y Avramovic respectivamente, pero los germanos, que veían el aro como una piscina, no permitían a los de Casimiro acercarse en el marcador. Elegar ‘’regalaba’’ la última canasta del cuarto a Kevin Mcclain para poner una renta casi insalvable al término del tercer cuarto.

Durante los últimos 10 minutos, Unicaja continuaba perdiendo balones, algo que siguió aprovechando el cuadro de la Baja Sajonia para aumentar su renta en el marcador hasta los 22 puntos. Ni Adams, ni Avramovic (único jugador con dos dígitos de valoración hasta el momento) eran capaces de parar la sangría a pesar de las segundas e incluso terceras oportunidades concedidas en un mismo ataque por el cuadro teutón, que estaba completando un partido casi perfecto ante un líder de grupo irreconocible, tanto ofensiva como defensivamente. Dos triples consecutivos de Josh Adams colocaban a su equipo 16 abajo (85-69) a falta de 2:40 para el final del partido, buscando rebajar la renta en el luminoso de cara al partido de vuelta. El cuadro amarillo bajó su intensidad defensiva acusando el desgaste físico del partido, algo que aprovechó el cuadro verde para recortar distancias y poner un definitivo 91-78.

.