Se parecían por estatura y aspecto físico, Cubrilo también era delgado, rápido para su altura. Era el típico alero-tirador, con buena mano, pero flojo en defensa, sin cuerpo para pelearse bajo los aros. Aunque no le conozco bien personalmente, creo que le faltaba también un poco de carácter, este instinto de killer que tienen grandes jugadores. Era un jugador con talento, correcto, con un par de buenas temporadas en Partizan, pero con varios defectos y no alcanzó nunca lo que se esperaba de él eso nos comentó Vlady Stankovic, relaciones públicas de la Euroliga.
Aleksandar Cubrilo, del 75, tenía 7 años menos que Kukoc y compartió banco con grandes jugadores, uno de ellos, con una trayectoria más excabrosa que contar, Haris Brkic, quien fue tiroteado tras un entrenamiento en el 2000 y el caso, a día de hoy, aún plantea muchas dudas.
Volviendo a nuestro chico, en su octava temporada el Partizan decidió prescindir de sus servicios. Tenía 25 años y sus técnicos pensaron que el jugador ya no podía progresar. El alero se probó esa misma temporada con el Olimpija Ljubljana pero, aunque entrenó con el equipo esloveno, nunca llegó a disputar un partido oficial. Salir por la puerta de atrás del club que debería haberle impulsado hacia la NBA fue un golpe demasiado duro.
Creo que era, o es, rápido y con un buen uno contra uno para penetrar pero no tenía un cuerpo fuerte ni buen tiro de lejos aporta Aíto.
Cuando todo parecía desvanecerse en noviembre del 2001 el BK Samara ruso le hizo una oferta y el jugador se incorporó al profesionalismo de nuevo. 8 partidos en la liga rusa le sirvieron para exhibir 11.8 puntos, 3.1rebotes, 3.1asistencias (el chico seguí pasando la pelota bien) y 2.3 balones robados; en la Superleague fueron 15 los choques que disputó con una aportación de 12 + 3.9 + 2.7 + 1.3, números mejorados y propios de un hombre orquesta, como lo es el mito que, de alguna forma, también lo sepultó. Sin embargo, su físico y mente no se ganaron el respeto de los dirigentes para conseguir un nuevo contrató y Cubrilo tampoco tuvo fuerzas de buscarlo.
Novi Sad y la segunda competición serbia con el KK Avala Ada de Belgrado fueron sus últimos suspiros en el baloncesto profesional, allí volvió a desarrollar un rol marginal que apagó definitivamente sus esperanzas, ilusiones y motivaciones por el mundo de la canasta.
El último exilio de Aleksandar Cubrilo
Los 207 centímetros de Cubrilo han ido a parar, curiosamente, a un club con su mismo perfil: Radnicki Belgrado, el famoso equipo, campeón 1973, que vive sus peores días en las catacumbas de las ligas de Serbia, la cuarta división de la competición. Lo que en España vendría a ser la liga EBA.
Atrás queda haber sido ganador del mundo con su selección en la entonces categoría Sub-22, también lo fue en la absoluta, jugar un All Star y haber sido nombrado mejor defensor de la liga balcánica y haber formado parte del equipo defensivo. Al chico, incluso, le intentaron reciclar dejando a un lado su talento.
El chico sigue en su ciudad, pero ya no sueña.