En otra entrega sobre la situación actual de jugadores que dejaron su huella en el baloncesto y de los que se les ha ido perdiendo la pista poco a poco, llega Sofoklis Schortsanitis. La mole griega que marcó la década de los 00 por su voluminosidad y potencia bajo aros.
Sus características de juego eran claras, marcadas por su físico, que le otorgaba unas cualidades únicas y unas limitaciones comprensibles. A sus 2.08m de altura había que añadirles sus 150kg de peso en su mejor momento. Schortsanitis, de padre griego y madre camerunesa, nació en la ciudad porturaria de Tiko, Camerún, en 1985 (37 años). De muy joven, se trasladó a Grecia junto a su madre y a su hermano dos años menor, Alexandros. Comenzó a jugar al baloncesto en Kavala. A él no le gustaba mucho el deporte, pero sus padres vieron un talento en el que les empujó a animarle para que siguiera en la disciplina. Poco a poco, fue creciendo su pasión por el baloncesto, hasta que un ojeador captaría su valía para el deporte.
TRAYECTORIA
El grueso de su carrera como profesional se dio en Grecia, debutando, aún como adolescente, en el Iraklis BC. Su primera experiencia en la primera división griega fue como la de casi cualquier joven que salta gradualmente al panorama profesional. Dos partidos en la temporada 00-01 y, a la siguiente, jugó once encuentros abriéndose paso en la selección griega, disputando el Europeo Sub16. En la 02-03, ya formaba parte del primer equipo del Iraklis junto a un joven Dimitris Diamantidis, jugando 26 partidos y promediando 11.5 puntos y 6.2 rebotes en 21.5 minutos por partido, ganando la Supercopa italiana. Curiosa y lógicamente, en ninguna temporada más de su carrera, Sofoklis jugaría mucho más de promedio.
Ese verano, el interior se presentó al Draft de la NBA en 2003, donde sería seleccionado en el puesto 34 por Los Angeles Clippers. En los reportes predaft se podía ver su descripción como un jugador habilidoso para su tamaño, gran anticipador para poner tapones y buen control corporal para absorber contactos, así como su rapidez de manos con el balón. Sus debilidades estaban bien marcadas: carencias para evitar las faltas debido a su agresividad y poca visión a la hora de prever dobles defensas sobre él.
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Su primera experiencia en el extranjero fue con el Pallacanestro Cantú, donde llegaría a Playoffs para caer contundentemente en la primera ronda ante el Benetton Treviso. Tras este corto tramo en el que 'Big Sofo' sumó minutos de calidad, regresaría a Grecia de la mano del Aris Salónica, con el objetivo de materializar el potencial que tenía, con franquicias de la NBA en su radar. Dicho objetivo comenzaba a tomar forma: el primer gran salto en su trayectoria fue al fichar con el Olympiacos en la campaña 05-06, donde pasaría cinco años. George Garbolas confió en él para ser una de las referencias del equipo. Esto no le casó a la prensa griega, que afirmaba que Schortsanitis estaba pasado de peso. Precisamente, esa temporada los Clippers se interesaron por él, pero su contrato con el Olympiacos impidió cualquier movimiento. Su paso más próximo a la NBA fue en 2010, cuando terminó su contrato con el club griego, jugando la Summer League para la franquicia angelina, que no quedó demasiado impresionada con su aportación.
Volviendo a 2005, pívot no defraudó en El Pireo y su primera temporada fue de 10.7 puntos y 4.9 rebotes en Euroliga. Tras esto, el entonces seleccionador de Grecia, Panagiotis Giannakis, le convocó con la absoluta para el Mundial, donde Grecia caería ante España en la final. Sin embargo, el papel de Schortsanitis fue clave, sobre todo, su impacto defensivo en la victoria en semifinales ante Estados Unidos por 101-95, .
Sofo quería un cambio de aires, salir de la burbuja griega, lo que le llevó a firmar por dos con el Maccabi Tel Aviv de David Blatt. Al acabar contrato pasaría un año en el Panathinaikos para después regresar al club macabeo. En su segunda etapa en el Maccabi le pondría el broche de oro a su carrera con la consecución de la Euroliga. Su último año en la máxima competición europea fue con el Estrella Roja. A sus 30 años, su físico no podía seguirle el ritmo a su talento y tan solo jugó seis partidos en la Liga ABA y dos en Euroliga antes de ser transferido al PAOK, donde tendría más protagonismo, pero se avistaba el ocaso de su carrera.
Si una rotura de tendón de aquiles suele condicionar en gran medida la carrera de un jugador, para Schortsanitis, el problema sería proporcional a sus dimensiones corporales. Se perdió un año entero recuperándose, para después jugar un partido con el Trikalla y la temporada siguiente, cuatro con el Ionikos Nikaias, en un fallido intento por volver a ser útil en una cancha de baloncesto.
SITUACIÓN ACTUAL
Su decisión de abandonar el baloncesto profesional fue en 2020. El periodo de pandemia obligó a que muchos jugadores se despidieran del baloncesto en silencio. "Con la situación que vive ahora mismo en el mundo, he decidido dejar de jugar. He decidido retirarme. Tendré más tiempo para estar con mi familia", explicó el griego. Si sus condiciones físicas le impidieron volver a una dinámica competitiva al primer nivel, el contexto sanitario global fue la gota que colmaría el vaso.
Schortsanitis es un tipo que ha demostrado que, ante todo, su familia es lo primero. Su hermano, que intentó dar el salto al baloncesto profesional sin éxito, ya tuvo unas bonitas palabras sobre él en una entrevista para Eurohoops en 2016: "Sofoklis, como un hermano mayor que es, siempre me aconsejó y me mantuvo cerca. Tenemos una muy buena relación, hemos encontrado el botón del otro. Creo que es razonable estar celoso de él. Es lógico que yo también quisiera, si no ser Sófocles, tener una trayectoria como la suya, con todas las cosas buenas y malas. Es un hombre amado por el mundo y realmente me alegro mucho por mi hermano", dijo Alexandros. Además, Schortsanitis siempre ha tenido una perspectiva positiva de la vida y de sus oportunidades.
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Su 'no' a la NBA en 2005 lo acoge como una gran suerte que tuvo para conocer a su actual mujer, con quien lleva diez años de relación y junto a la que ha creado una familia. La delicada situación de la pandemia empujó al heleno a mantenerse cerca de los suyos y dejar atrás la competición.
SU POSIBLE REGRESO A LAS CANCHAS
A día de hoy, se puede seguir avistando al gigante griego por algunos estadios de Grecia. Ese deporte que en su infancia no terminó por convencerle ahora es su pasión y, a sus 37 años, podríamos ver de regreso a 'Baby Shaq'.
Según la infromación proporcionada por Corfu Press, Schortsanitis podría salir del retiro para vestir la camiseta del Ionian Corfu, club con el que estaría cerca de llegar a un acuerdo. Según este medio de comunicación local, ambas partes habrían establecido contacto y estrechado el cerco para hacer que Sofo vuelva a calzarse las botas.
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El panorama competitivo, por supuesto, no es nada parecido al que formó parte el jugador en su momento. El Ionian Corfu es un equipo de la cuarta división griega que tiene aspiraciones para subir a tercera liga nacional. ¿En qué estado físico volvería el pívot? Lo más probable, que no en el más adecuado, pero esto nunca ha sido un impedimento para que 'Big Sofo' domine los tableros.
Foto de portada: SLAM